Leonel Alarcón, presidente de la Asociación Centroamericana para la Vivienda (Acenvi), expuso que además del área de la capital, también se han identificado varios proyectos que están en planificación en Villa Nueva y Villa Canales de edificios para la vivienda con fácil acceso financiero.
Se le conoce como vivienda social a unidades habitacionales con valor de hasta Q250 mil, para personas con un ingreso promedio de Q6 mil mensuales.
Alarcón citó como ejemplo los módulos urbanos de vivienda integral sustentable (Muvis) que se han construido en el sector de la zona 6 de la capital, así como otros que están en desarrollo.
“La vivienda social está creciendo y es un sector al cual la industria le está apostando”, afirmó el directivo durante el foro.
Demanda de capital
Para la construcción de vivienda existen varios instrumentos de financiamiento e inversión tanto pública como privada.
El ejecutivo explicó que, en la ley vigente de vivienda, existe la titularización, un sistema poco utilizado para captar fondos, pero que es una alternativa que los desarrolladores empiezan a evaluar.
La titularización, significa acudir a la Bolsa de Valores Nacional (BVN), es decir, al mercado bursátil, para la captación de fondos y ejecutar los proyectos.
Recordó que el objetivo captar la inversión de los ahorrantes y esos fondos regulados a través de BVN para financiar proyectos habitacionales.
Nuevas herramientas
“Existe la posibilidad de utilizar esos recursos que en otros países han sido exitosos”, afirmó director.
Otros instrumentos de financiación para proyectos de vivienda lo constituyen los fondos de pensiones, en este caso podría ser el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y a ese respecto, dijo el ejecutivo, existe una normativa en la cual el seguro social tiene límites para hacer inversiones en diferentes actividades y los proyectos podrían ser una parte, pero no todos los activos.
Finalmente, dijo Alarcón, en el Congreso está la discusión de la ley de leasing o arrendamiento, que permitiría a las personas adquirir una vivienda por medio este instrumento.
No se ha usado en Guatemala
Rolando San Román, gerente de la BVN, explicó que, en el país, no se ha realizado ninguna operación de titularización para el sector vivienda o habitacional, aunque es un sector que llama la atención a los potenciales inversionistas.
Explicó que la cédula hipotecaria es el instrumento financiero más común que se utiliza para la financiación de este sector.
“La titularización no ha sido explorada, ni usada y no existen emisiones que hagan uso de estos procesos como ocurre en otros países”, afirmó.
El directivo de la BVN dijo que este proceso de titularización es uno de los más importantes, porque brinda garantía específica de ciertos bienes o de ciertos flujos de dinero a las emisiones y limita el riesgo a los inversionistas de esos valores.
La @AcenviGT lleva a cabo foro sobre el sector vivienda social en Guatemala, así como la experiencia de Brasil. Hablan sobre el acceso al crédito y programas de urbanización. @prensa_libre @Economia_pl pic.twitter.com/STjll11QWm
— Urías Gamarro (@ugamarro_pl) June 6, 2019
La fuente de repago ha sido identificada y separada de los flujos de la emisión, que permiten que los activos responden por la emisión que en este caso pueden ser ciertos bienes inmuebles o las rentas que provengan de estos activos.
“Son instrumentos que ayudan a levantar capital para financiar otros proyectos y que funciona en otros países ya sea por medio de cédulas hipotecarias, de los propios bienes inmuebles o de los rendimientos”, subrayó San Román.
Por otro lado, afirmó que en la ley existe un articulado que brinda un tratamiento especial tributario para los procesos de titularización.
Las principales emisiones que se han emitido en la BVN son de grupos financieros, tarjetas de crédito, arrendadoras, rentas de bodegas, entre otras, añadió el gerente.
Enfoque
Édgar Monzón, director de ProDatos, que presentó la investigación “Nosotros los guatemaltecos”, explicó que ahora los núcleos familiares son más pequeños y que existe un segmento de jóvenes que se interesa en la demanda de vivienda de acorde a sus necesidades familiares.
“Los jóvenes pueden aprovechar su potencial de compra de vivienda porqué son más estudiados y preparados, sin embargo, tienen una actitud de elegir a familias más pequeñas”, aseguró.
Según los datos de Acenvi, el déficit habitacional en el país es de 300 mil nuevas viviendas al año y 1.3 millones cuantitativas.
En promedio se construyen unas 25 mil unidades cada año.
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