Aun así, los ingresos de los hogares fuera del 1% más acaudalado parecen estarse recuperando finalmente de la Gran Recesión, que acabó oficialmente hace siete años. Teniendo en cuenta la inflación, sus ingresos promedio subieron 3,9% el año pasado, a 48,768 dólares anuales: el mayor incremento desde 1998. En contraste, en el período de 2008 a 2011, cuando la economía estaba varada en recesión, los ingresos para el 99% cayeron.
“Fue realmente el mejor crecimiento anual para el 99% desde finales de la década de 1990”, dijo Sáez. “Al mismo tiempo, los máximos ingresos subieron a una tasa más rápida, lo que causó una inequidad aún mayor, que continúa siendo una tendencia alarmante”.
La inequidad de ingresos ha sido un tema central en las elecciones de 2016, con más estadounidenses temerosos y furiosos por la declinación de la clase media.
El republicano Donald Trump ha prometido restaurar la prosperidad anulando acuerdos comerciales internacionales y usando aranceles para regresar empleos manufactureros al país. Hillary Clinton dice que respalda que haya salarios mínimos más altos y una opción para la educación universitaria que signifique no endeudarse.
Gran parte del debate ha sido alimentado por estudios realizados durante años por Sáez y su colaborador Thomas Piketty.
Los datos del Servicio Interno de Impuestos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (IRS por sus siglas en inglés) examinados por Sáez muestran que la brecha de ingresos es aún mayor para los superricos: el 0,1% más acaudalado. Sus ingresos subieron 9%, a un promedio de 6,75 millones de dólares anuales.