“El crecimiento mundial debería reforzarse en 2015 y 2016 pero seguirá siendo modesto en relación al periodo previo a la crisis”, afirma la organización, que agrupa a 34 países industriales.
Para Estados Unidos, la OCDE prevé ahora un aumento del PIB del 2% en 2015 y de 2.8% en 2016, frente al 3.1% y al 3% previstos en las anteriores previsiones de marzo.
Después de haberse contraído en el primer trimestre, la economía estadounidense debería volver a crecer gracias a las “condiciones monetarias alentadoras”, “precios de la energía más bajos” y el “aumento del patrimonio de los hogares”, aunque la subida del dólar y la caída de las inversiones en el sector de la energía suponen un riesgo, según la OCDE.
En China, la organización augura ahora un crecimiento del 6.8% en 2015 y de 6.7% en 2016 (frente al 7% y al 6.9% de las previsiones anteriores), un freno con relación a las tasas de crecimiento de los últimos años.
“En la zona euro y en Japón, la actividad tendrá el apoyo de los precios más bajos del petróleo, la depreciación de las divisas y de las medidas monetarias”, indicó la OCDE.
La institución también subraya que faltan inversiones para crear más empleos y más crecimiento y se muestra preocupada por las políticas fiscales en Estados Unidos y Japón, la posición de Grecia en la zona euro y los sistemas financieros de las economías emergentes.