Cristina nació en Guatemala y su padre murió cuando ella tenía nueve años. Luego su madre, para no perder el contacto con la familia paterna, enviaba a sus hijas a visitar a la abuelita.
“Ella nos recibía con alegría, pero como estaba ocupada nos dejaba jugar”, y uno de esos juegos “era hacer collares”. Así empezó desde niña a interesarse en el mundo de las joyas.
“Desde los 14 años mostramos interés junto con mi hermana gemela para hacer collares. Luego íbamos a Nicaragua a traer piedras para poder crear, hacer collares y vender” recuerda. Entre los 16 y 18 años de edad trabajó de vacacionista en el negocio de joyería de sus tías en Honduras.
En el 2010 Cristina fundó con su esposo, C’Santos Joyerías, que ya lleva nueve años en el mercado nacional. Ahora manejan cinco establecimientos y una planilla de 40 personas. C’Santos Joyerías es orgullosamente guatemalteca.
Cristina comparte un recorrido en su fase de preparación e inicios laborales.
“Hay que enfocarse en lo positivo. Cada reto que afrontamos es una oportunidad de crecer y de hacer las cosas mejor. Cuando hay alguna caída hay que ver por qué pasó, y cómo hacer que no vuelva a suceder”. Cristina Santos, Cofundadora de C’Santos Joyería
La preparación es muy importante, asegura. “A los 17 años me di cuenta que me encantaba el mundo de las joyas y busqué estudiar una carrera donde me pudiera realizar en este mundo”, comenta. Así encontró el Gemological Institute of America —Instituto Gemológico de América—.
La gemología es el estudio de las gemas, además estudió diseño de joyas a mano alzada y diseño en computadora, manufactura y el proceso para crear joyas.
También decidió estudiar Economía, pero mantenía contacto con el ámbito de las joyas, ya que en ese tiempo trabajó también en Estados Unidos en una empresa especializada en diamantes, donde le correspondía calificar y surtir diamantes para los pedidos de varios clientes en el mundo. “Me tocaba ver diamantes todo el día”, dice sonriendo. Además estuvo en el área de servicio al cliente en la cadena de joyerías Tiffany & Co., en Estados Unidos.
Toda la experiencia y conocimientos que adquirió, combinado a su creatividad, le sirvieron de base e inspiración para cofundar su empresa. Expone que fue su esposo quien vio todo su potencial y la impulsó para crear el negocio.
Ella se considera más creativa que ejecutiva, por eso su la labor en la empresa la hacen en conjunto con su esposo, él se dedica a la administración del negocio, mientras Cristina al diseño venta y exposición de joyas.
Una de las sugerencias que ahora comparte con otros ejecutivos es que es necesario experimentar en el ámbito en donde se desarrollan los estudios, ya que es diferente estar en el ambiente de un aula que en la vida real. “La práctica lo hace aprender muchísimo más a uno”, añade.
Otra de las experiencias es aprender a impulsar la parte positiva, identificarse con su negocio y trabajar de forma que el personal se identifique con él. Si el personal está identificado tiene mucha más ilusión de aportar desde sus respectivos cargos, señala.
“Con mi esposo hemos evolucionado con el negocio”, expone, y agrega que no pensaba que llegaría a manejar personal, pero ahora se ha tenido que convertir en líder para los colaboradores que trabajan en C’Santos.
“Es un gran reto para cualquier persona. No te dicen: ‘mirá, como una bola de cristal, vas a tener 40 o 50 personas a tu cargo’, sino es algo que se va aprendiendo en el camino”, indica acerca del crecimiento del negocio y los retos que han asumido.
En la actualidad, el negocio se encuentra en un momento de fortalecer su posicionamiento, quieren atender los diferentes segmentos y se preparan para cada temporada.
La inspiración viene de las piedras
La innovación, creatividad e identificación son base esencial de C´Santos.
Al momento de crear sus diseños, su inspiración son las piedras, las cuales ella misma elige con diferentes proveedores mundiales.
“Para crear me siento y coloco todas las piedras en una mesa, las observo y según su forma, consistencia y color, me inspiro en ellas para definir mis diseños. No creo diseños antes, sino de las mismas piedras voy jugando con las ideas” comparte Cristina.
Hay 1 mil 300 especies de piedra y millones de variedades, “lo primero que me ha dado esta carrera es la apreciación por la creación de la naturaleza, por la belleza natural”, añade.
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