El dato corresponde a los conteos de interrupciones o apagones, que consisten en la falta de suministro temporal de electricidad en una o más áreas, sectores, municipios o departamentos, que pueden durar entre tres minutos y 48 horas y se atribuyen a fallas (de la infraestructura de electricidad o por eventos climáticos), trabajos de mantenimiento programados o por cortes colectivos.
Este último caso se refiere a las suspensiones del servicio, cuando muchas personas en una localidad adeudan sus facturas y se resisten a pagar, lo que ha provocado conflictos entre pobladores y empleados distribuidoras. En otros casos, también han resultado afectados los habitantes de comunidades aledañas, ajenas al problema, indicó la CNEE. Lo que no incluye el conteo son las suspensiones del servicio por falta de pago individual.
Aparte de las tres mencionadas también operan otras 16 distribuidoras como empresas eléctricas municipales que enfrentan también interrupciones.
Por interrupciones del servicio y fluctuaciones de voltaje, entre 2020 y 2021 la CNEE ha recibido 885 reclamos de los que aproximadamente el 40% han sido atendidos por las distribuidoras. Otro 40% se está verificando y un 20% permanece pendiente.
Detectan vulnerabilidades
La causa más recurrente de interrupciones es la falla de elementos de red por incidencia de factores climáticos (como viento, lluvia y otros) sobre instalaciones, las que requieren mantenimiento preventivo o correctivo, mencionó el presidente de CNEE, Rodrigo Fernández.
En orden de importancia, las interrupciones y problemas de voltaje se deben a vulnerabilidad de los sistemas de distribución, fallas en el sistema de transmisión y en mínima escala, a debilidades del sistema de generación, explicó el funcionario.
Respecto a la distribución, la vulnerabilidad radica en lo extenso de las redes, su dispersión geográfica en condiciones de orografía variada (montañas, valles, barrancos, bosques, selva y otros), lo que disminuye en cuanto a la transmisión porque este tipo de sistemas es más robusto por la infraestructura que requiere. Sin embargo, también están expuestos a factores climáticos y a fallas por el fin de la vida útil de los equipos.
En generación, la vulnerabilidad es mínima y los inconvenientes radicar en factores técnicos inherentes a las centrales de generación, explicó Fernández.
Casos por distribuidora
En el primer semestre del 2021, se registraron 4 mil 364 interrupciones en áreas que le corresponden a la EEGSA (Guatemala, Sacatepéquez y Escuintla) y en el mismo plazo del 2020 fueron 4 mil 584, refiere la CNEE.
Mientras que en el área cubierta por Deocsa fueron 13 mil 806 en los primeros seis meses del presente año, cifra que refleja un aumento ya que en el mismo plazo del 2020 se registraron 12 mil 980. En Deorsa, el comportamiento fue diferente, ya que las fallas sumaron 12 mil 593, una reducción respecto de las 13 mil 760 del primer semestre del año pasado.
Pero las interrupciones han continuado en el resto del año y uno de ellos ocurrió el domingo 9 de octubre por la noche cuando se registró un apagón que afectó varias áreas de las zonas 12 y 13 de la capital e incluso alcanzó al Aeropuerto Internacional La Aurora. Semanas antes se habían reportado apagones de hasta cuatro horas en la zona 17.
El 19 de julio hubo apagones en varias zonas del área metropolitana y la EEGSA indicó que se trataba de una falla en el sistema de transporte de electricidad ajena a la compañía, pero según los reportes del AMM, se derivó de una falla en la red de la Transportista Eléctrica Centroamericana S.A., (Trelec) empresa afiliada a EEGSA.
A finales de agosto, pobladores de varios municipios de Zacapa quedaron sin servicio por casi tres días debido a una falla técnica en un transformador de potencia en la Subestación Panaluya, a cargo del Inde.
El 16 de septiembre se registró otra interrupción en varias zonas de la capital y en esa ocasión también se refirió que era una falla en el sistema de transmisión, ajeno a la distribuidora.
Entre el 22 y el 23 de diciembre del 2020, el servicio de electricidad fue interrumpido por más de 15 horas en municipios de Alta Verapaz, Quiché y Huehuetenango debido a daños ocasionados por una bala disparada contra la subestación Cobán. En esa ocasión Energuate informó que 106 mil clientes resultaron perjudicados.
Al consultar a las empresas distribuidoras, la EEGSA explicó que en el primer caso, el problema se originó en el sistema de transmisión, pero el servicio se restableció media hora después. La distribuidora reconoció que han aumentado las interrupciones, pero argumentó que se debe a causas ajenas a su red de distribución y las atribuye a choques de vehículos con los postes, inconvenientes en redes de transmisión, acciones de protección del Administrador del Mercado Mayorista (AMM), así como a aspectos climáticos como la lluvia y tormentas eléctricas.
“En los últimos cinco años no ha aumentado el promedio de interrupciones de servicio originadas por fallas en nuestra propia red. Con las tormentas pueden caer ramas u otros objetos sobre la red y esto hace que se active el mecanismo de autoprotección y es cuando se percibe un “bajón” momentáneo, porque así se defiende el sistema para evitar que se quemen elementos y dejen de funcionar”, explicó Ivette Zambrano, vocera de la empresa.
También hay cortes de energía que son planificados y con previo aviso como parte de los planes de mejora y crecimiento de la red, otras son suspensiones son para mantenimientos preventivos que garanticen la continuidad del suministro eléctrico, añadió.
Por su parte, el Instituto Nacional de Electrificación (Inde), informó que dentro de la actividad de la Empresa de Transporte y Control de Energía Eléctrica (ETCEE) solo han existido suspensiones de energía debido a tormentas eléctricas, caídas de árboles sobre las líneas de transmisión que están fuera del alcance del personal y por suspensiones programadas por mantenimiento en subestaciones y líneas de transmisión.
“El voltaje dentro del sistema de transmisión se ha mantenido estable. La red de transmisión, al igual que el funcionamiento de las subestaciones se encuentra en óptimas condiciones”, aseguró el Inde.
Aunque por las fechas en que sucedieron, no están incluidas en el conteo de CNEE que se refiere al primer semestre del 2020 y del 2021, también se han reportado interrupciones relacionadas con el sistema de transmisión de electricidad.
En cuanto a Energuate, no respondió las reiteradas solicitudes de información sobre los motivos de los apagones en sus áreas de influencia, que incluyen 19 departamentos del país.
Fallas regionales
Edgar Navarro, presidente del AMM, amplió lo mencionado por la EEGSA acerca de las interrupciones por acciones de protección que realiza la entidad que dirige: “Han surgido muchos problemas en el sistema eléctrico regional por fallas en otros países de Centroamérica, por lo que en Guatemala se activan de forma automática los sistemas de protección para evitar un mayor impacto en el país y con el objetivo de nivelar la oferta con la demanda y comenzar a restablecer el servicio lo antes posible”.
- En todo el año 2019 se registraron ocho eventos en otros países de la región y que ocasionaron la desconexión del servicio en Guatemala, en el 2020 fueron 10 y al 10 de octubre del 2021 se han registrado ocho, refieren los datos de AMM.
Expuso que los impactos no han sido tan grandes porque el país ha trabajado en el área para fortalecer su sistema eléctrico y es uno de los más robustos en toda la región, mientras que otros, aún hay debilidad en sus sistemas de transmisión o han introducido más volumen de generación intermitente (solar y viento entre otras) que por su forma de funcionamiento, no están disponibles todo el tiempo.
En el caso de los problemas en distribución mencionó por ejemplo que las líneas de Energuate pueden ser más vulnerables por su longitud ya que cubren el 85% de todo el país, y a su criterio, también afecta el robo de energía, aparte de que en ciertas áreas, no permiten que personal de la distribuidora entre a dar mantenimiento al equipo e infraestructura.
“En ocasiones, personas ajenas manipulan el equipo y se interrumpe un proceso que se denomina calidad y continuidad del servicio. En el occidente y en el oriente del país se tienen problemas de calidad del servicio, pero en algunas áreas no han dejado que terminen las obras incluidas en los planes de expansión de la red de trasmisión del país para fortalecerlo”, aseguró Navarro.
Sube el consumo
A nivel nacional aumentó el consumo de energía.
- En cuanto al consumo de energía, este subió 8.8% entre enero y septiembre del 2021, respecto al mismo plazo del 2020 y ya superó los niveles del 2019 con 6.7% más, informó el AMM. El comportamiento muestra una recuperación, ya que en ese período del 2020 bajó -1.9%.
- En demanda de potencia durante el 2020, quedó casi igual que un año antes y en el 2021 llegó a 1 mil 829.5 megavatios, 2.37% más. La potencia es el máximo de la demanda en un momento dado.
La EEGSA expuso que la demanda en la actualidad se encuentra por encima de los niveles que se registraban antes de la pandemia, pero sin alcanzar la proyección de crecimiento para el año.
- A septiembre pasado fue de 290.1 gigavatios hora (GWh), dividido en los segmentos residencial con 53.8%; comercial, 30%; industrial, 3.4%; gobierno, 2.8%; municipal, 4.4%; auto productores, 0.06% así como alumbrado público y cuotas fijas con 5%.
Desde el punto de vista técnico, EEGSA afirmó que tiene cubierta la red, porque monitorean, pronostican y planifican el crecimiento de demanda en la red, tanto horizontal como verticalmente y así evitan sobrecargas y posibles interrupciones.
- En Energuate, de enero a agosto del 2021, el consumo ha sido de 2 mil 127.59 gigavatios hora, alrededor del 5% más que en el mismo plazo del 2020, indican datos de la comisión.
- La demanda de potencia también creció en ese período a 586.97 megavatios (1.7% más).