Se trata de una acuarela que representa el castillo de Neuschwanstein, un edificio construido por el rey Luis II de Baviera, cuya forma inspiró el logotipo de los estudios Disney.
Todas las obras, realizadas entre 1904 y 1922, encontraron comprador, precisaron los organizadores.
La casa de subastas no reveló la identidad de sus clientes, que deseaban guardar el anonimato, pero sí indicó que había compradores de Brasil, Emiratos rabes Unidos, Francia y Alemania.
“Esos coleccionistas no se centran en las obras de ese pintor en particular, sino que se interesan más bien por el arte de alto valor en general” , explicó Katrin Weidler, de la casa Weidler, a la prensa local.
En su juventud, Hitler intentó entrar en la Academia de las Artes de Viena, pero su candidatura fue rechazada por falta de talento.
Siguió pintando escenas copiadas de tarjetas postales que vendía a los turistas.
Años después, se convirtió en el líder del partido nazi, con el que fue elegido canciller de Alemania en 1933.
Los expertos consideran mediocre la producción artística de Hitler y las grandes casas de subastas suelen negarse a proponer obras del dictador.
Alemania permite, por su parte, la venta de sus obras, siempre y cuando no contengan ningún símbolo prohibido.