Los aíres de la llegada de un nuevo gobierno allana el camino para que soplen nuevos aires en la economía, generación de empleo, mayor inversión pública y privada, hasta la posibilidad de lograr un consenso político para el avance de una agenda mínima.
El 2020 se perfila como un año normal, pero con mayor optimismo en la producción nacional, y por parte de los agentes económicos y los tomadores de decisiones, hay más confianza.
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Los principales indicadores muestran que la actividad productiva se mantendrá estable y continuará por una senda de ligero crecimiento, que podría llegar al 3.6%, o sea levemente mayor al potencial 3.5%, con el que cerró el 2019.
Es más, se pronostica que Guatemala, tendrá el mayor crecimiento del PIB en Centroamérica, recuperando el liderazgo.
La agenda
La expectativa de representantes empresariales como analistas consultados por Prensa Libre es de una percepción positiva, con la reactivación de nuevos proyectos y un crecimiento económico mayor al alcanzado en el 2019.
Además, se pone fin a un período de polarización que se vivió en los últimos cuatro años y las nuevas autoridades ya no enfrentarán esa carga política.
Parte de esa dinámica para este año será empujada por las remesas que envían los migrantes a sus familiares en Guatemala, el sector de la construcción y un mayor consumo interno.
Pero también dependerá de las señales que envíe en los primeros meses de gobierno el presidente electo Alejandro Giammattei Falla y su equipo de ministros, aseguran los consultados.
La administración saliente, tanto del Ejecutivo como del Legislativo en el 2019 consolidaron efectos negativos y positivos; pero este año se presenta con una “mayor mejora”.
Por otro lado, se espera la ejecución de los primeros proyectos del programa América Crece, iniciativa que contempla acciones ejecutivas y concretas mediante asistencia en programas económicos en determinados municipios y apoyo técnico para la generación de empleo, facilitación del comercio y acceso al financiamiento sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, para evitar la migración.
Más confianza
Como si fuera en automático, el ingreso de un nuevo Gobierno tiene una ventaja, que es la generación de confianza en el sector productivo y ahora no será la excepción.
“Es un año en el cual se puede mejorar el clima de inversión y la nueva administración podrá articular de mejor forma la agenda económica, en el sentido de que ya no habrá más polarización que detuvo el crecimiento económico en los últimos años”, manifestó Juan Pablo Carrasco, presidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (AmCham).
En ese mismo sentido, Eduardo Girón, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), expresó: “La entrada de una nueva administración genera una buena percepción, siempre hay un dinamismo cuando ingresan y hay expectativas positivas”.
Explicó que al respecto y como CIG ya han efectuado reuniones con los ministros designados y diputados electos para transmitir las inquietudes gremiales trasladando los principales problemas, que aquejan al empresariado, con el fin de buscar soluciones integrales en este período.
A nivel del sector privado y construcción se tiene mayor confianza, por el buen desempeño que se tuvo en el 2019, y también hay optimismo para 2020, comentó Fernando Estrada Domínguez, director de la Comisión de Estadística de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC).
El ejecutivo recordó que la actividad de construcción tiene un efecto multiplicador ya que es intenso en la generación de empleo y tiene un impacto positivo en otras áreas de la producción como los servicios, servicios financieros, industria, comercio, etc.
Según el consultor fiscal Juan Carlos Paredes, si las autoridades entrantes dan muestras de una buena ejecución presupuestaria, una administración ordenada y si logran un buen equilibrio con lo político y económico, el desempeño será muy positivo, en relación con el año anterior.
Aseguró que hay condiciones para hacer crecer la economía hasta en 4%, ya que será un Gobierno más empresarial, con mayor poder de decisión en lo político y la reacción será en apoyar iniciativas enfocadas a la generación de más fuentes de empleo e incentivar el consumo por medio del gasto público, que a la vez fomenta el privado.
Una visión más crítica la refleja Hugo Maúl, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), quien aseguró que uno de los desafíos es priorizar el desarrollo económico de Guatemala y que las políticas públicas apoyen esta meta, ya que no es suficiente enfocarse únicamente en el cambio de gobierno.
Incentivo desde el exterior
Uno de los motores de la economía en este año serán las remesas familiares, que, de acuerdo con los pronósticos oficiales, sería la principal fuente generadora de divisas y por primera vez estaría desplazando a las exportaciones de bienes y productos.
El año pasado se empezó a reflejar la tendencia alcista y marcó unas cifras históricas, superando un ingreso de US$1 mil millones en octubre y se espera que en diciembre el cierre haya sido de US$10 mil 525 millones.
El crecimiento que se observa en los últimos cinco años es de dos dígitos, y Guatemala fue uno de los países de América Latina que tuvo más crecimiento en el 2019 en ese rubro.
Este año, las transferencias de dinero estarían situándose en unos US$11 mil 683.2 millones, —Q90 mil millones—, mientras que las exportaciones, alrededor US$11 mil 325.2 millones.
Es decir que por US$328 millones más, según la proyección, las remesas serán un factor relevante en el crecimiento económico para 2020.
Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), destacó que el dinero de las remesas estaría generando dinamismo en el consumo privado, pero también los salarios, que son los ingresos que perciben en los hogares y que estaría incentivado la demanda interna.
Casi el 98% de las transferencias proviene de Estados Unidos y según Hugo Beteta Méndez-Ruiz, director de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), los flujos de remesas han representado el 12% del producto interno bruto (PIB) por un largo período.
Maul indicó que la economía del país seguirá dependiendo de las remesas.
Por otro lado, para este año hay mejores expectativas de precios para productos agrícolas, que se han mantenido deprimidos, expuso Amador Carballido, director general de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport).
“Ya tocaron fondo algunos precios y esperamos que venga la fase de recuperación”, expuso.
Las exportaciones estarían creciendo en el rango de 1% a 4% y las importaciones de 1.5% a 4.5%, según el informe oficial.
¿Sabes cuánto crecerá tu país el próximo año? Revisa las proyecciones para 2020 entregadas por la #CEPAL en su más reciente informe anual sobre las economías de América Latina y el Caribe. Accede a todas las cifras en https://t.co/SZAG0Wu238 pic.twitter.com/adac4loGZe
— CEPAL (@cepal_onu) December 20, 2019
Pilar de crecimiento
El sector construcción tendrá este año un desempeño positivo, luego de que en el 2018 y 2019 presentaran signos de recuperación, impulsada por la construcción de vivienda —sobre todo vertical—, comercial, así como una mayor inversión pública en infraestructura.
El año recién pasado el sector duplicó su tasa de crecimiento promedio anual que es de 3% para situarse en 6.8%, y para este ejercicio se proyecta en 4.2%.
La actividad tiene impacto positivo para la generación de empleo, así como en otras actividades del PIB como servicios financieros, industria, alimentos, comercio y otros.
Los análisis de la CGC señalan que el crédito hipotecario para la adquisición de vivienda aumentó dos dígitos el 2019, y cerrará entre 12% y 15%, al igual que las cédulas hipotecarias del Instituto de Fomento de Hipotecas Aseguradas (FHA), por lo que se espera que la tendencia se mantenga.
“La construcción es un sector que va a evolucionar de manera positiva, sobre todo por los proyectos que están pendientes de ejecución y que se desarrollarán en este año”, señaló Paredes.
El presidente de AmCham precisó que hay una gran necesidad y demanda de infraestructura, energía eléctrica e inversión en el área rural, y la expectativa es un aumento y hay una visión de impulsar esos proyectos, debido a las nuevas autoridades.
Aún hay dudas
Estrada Domínguez dijo que a pesar de que hay confianza y expectativas, aún persisten dudas sobre la persona que será designada para dirigir la cartera de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) en el nuevo gobierno.
“En el sector construcción aún hay incertidumbre, porque no se sabe quién será el ministro de Comunicaciones, a pesar de que ya surgió un nombre —Josué Edmundo Lemus Cifuentes—, pero no se sabe quién exactamente será el titular y no se sabe que planes traerá”, recalcó el directivo de la CGC.
Recordó que el CIV es uno de los ministerios que tiene su propia dinámica y a la vez dificultades para lograr el ritmo de ejecución de gasto.
Por otro lado, señaló que hay incertidumbre con los programas de la Agencia Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica (Anadie), luego de la decisión del Congreso de no aprobar el proyecto de reconstrucción de la carretera de Escuintla a Puerto Quetzal, con el esquema de alianza público-privada.
Sin embargo, dijo que se espera el apoyo del portafolio de iniciativas que están en la Anadie, como el metroriel, el ferrocarril, el aeropuerto y otras.
Actividades sectoriales
Además de la construcción, se espera que los 17 sectores productivos —medidos en el PIB— tendrán una variación positiva, según la política monetaria.
La explotación de minas y canteras tendrá el mayor crecimiento con 16%, aunque solo tiene un peso de 0.9% en la economía.
Las actividades financieras y de seguros crecerían 6.9%; alojamiento y de servicios de comidas, 4.8%, y actividades inmobiliarias, 4%.
El resto de los sectores tendría un crecimiento menor al 3%, según el informe de política monetaria, cambiaria y crediticia.
El presidente del Banguat, Sergio Recinos resaltó que todas las actividades tendrían un desempeño positivo, por lo que continúa con la tendencia.
Por aparte, el crédito bancario al sector privado estaría creciendo en el rango de 6% a 9% con un valor central del 7.5% y el flujo de la inversión extranjera directa (IED) en 5%, para alcanzar los US$1 mil 60 millones.
Mientras que la tasa de inflación —alza generalizada de precios en la economía— estaría situándose entre 3% y 5%, mientras las Reservas Monetarias Internacionales (RMI) estarían creciendo US$1 mil millones para ubicarse en US$15 mil 555 millones, que es la disposición de dólares que tendrá el país.
Además, para el 2020 se modificó la política cambiaria, como resultado del volumen negociado en el mercado cambiario, asociado al incremento de divisas por remesas familiares.
El Banguat participará en el mercado cambiario por un monto diario de US$50 millones en cinco subastas de US$10 millones, para suavizar las fluctuaciones cambiarias.
La deuda pública —interna y externa— estaría ubicándose en 27.4% con relación al PIB; la carga tributaria en 10.3% y el déficit fiscal —gastos programados por el Estado que superan los ingresos— en 2.4%.
Las nuevas autoridades contarán con un presupuesto de Q87 mil 715.1 millones, que es el mismo monto del 2019, ya que el Congreso no aprobó el plan de gastos propuesto para este año.
Álvaro González Ricci, ministro de Finanzas designado, informó que esperan acudir al Legislativo en el primer trimestre del año con una propuesta de readecuación y ampliación presupuestaria, ya que deberán cubrir compromisos, sobre todo salariales con el magisterio, salud y la Policía Nacional Civil, así como la aprobación de una cartera de préstamos con organismos financieros internacionales.
Acuerdos políticos
Los consultados aseguraron que se necesitan pactos políticos entre el Ejecutivo y el Congreso lo antes posible, en una agenda mínima.
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Las nuevas autoridades necesitarán consolidar acuerdos para el apoyo en una ampliación presupuestaria y un paquete de leyes que a estas les interesa trabajar. Eso implicará consolidar una relación y negociación con la principal fuerza opositora y otras bancadas.
En este Congreso habrá 110 legisladores nuevos y los agentes económicos consideran que puede haber una mejor coordinación con el Ejecutivo.
“Esperamos que exista un nuevo aire y respiro con una agenda mínima en los tres organismos del Estado, para poder sacar adelante al país en un consenso mínimo en cuanto a los aspectos económicos”, indicó el presidente de AmCham, Juan Pablo Carrasco.
Resaltó que la falta de capacidad para lograr una agenda mínima económica, desarrollar proyectos de infraestructura o aquellos que fomentaran la actividad económica fue una de las causas que repuntó la migración hacia los EE. UU., por la caída en el empleo y la inversión.
Estrada Domínguez manifestó que hay un pliego de iniciativas que pueden aportar a un mayor crecimiento económico y que se han quedado rezagadas.
Hasta este momento no hay certeza de quiénes integrarían la Junta Directiva del Congreso y los nombres que se conocen son Orlando Blanco y Allan Rodríguez.
Omar de La Torre, analista de la agencia calificadora de riesgo país Standard & Poor’s, advirtió de que el nuevo Gobierno tendrá un entorno político desafiante y el Congreso entrará en las mismas condiciones, por lo que se deberán buscar alianzas y avanzar en las reformas.
No se perciben amenazas
A pesar de que hay una corriente de movimientos en América del Sur, para la economía guatemalteca no se presentan mayores amenazas de ese nivel para el 2020.
A nivel político no hay decisiones en determinadas áreas sensibles, como educación, salud, incremento al precio del servicio de transporte público, combustible o suministro de energía eléctrica.
En general, según los entrevistados, no hay un panorama con sobresaltos, que motiven movimientos.
Otros temas en los cuales, se deberá avanzar es en la elección de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y los magistrados de salas de Apelaciones, perfiles que tendrá que elegir la nueva legislatura, la cual podría ser más consensuada y balanceada que una alineada a determinada agrupación política o grupo.
La #deuda pública de los gobiernos centrales de América Latina y el Caribe promedió 43% del PIB en el segundo trimestre 2019, según el #BalancePreliminar de las Economías de #ALC, difundido recientemente por la #CEPAL. Conoce todos los detalles en https://t.co/SZAG0Wu238 pic.twitter.com/lFerl8QMAw
— CEPAL (@cepal_onu) December 16, 2019
Escenario político
En el plano político, las nuevas autoridades tendrán marcar diferencias “profundas” en sus acciones y ser más asertivas para evitar improvisación, como ocurrió en la gestión saliente, opinó Rubén Hidalgo, director general del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep).
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Señaló que, si bien hay un beneficio de la duda para la presidencia de Alejandro Gimmattei Falla, tendrá que contribuir con acciones prontas que reduzcan la polarización, asumir compromisos para la lucha contra la corrupción y buenas estrategias para recuperar los sistemas de seguridad, salud, educación, infraestructura, empleo y desarrollo económico.
“Las nuevas autoridades están llamadas a responder a las acciones que dejará el gobierno saliente y esos elementos deben ser pronto para superarlos”, dijo Hidalgo.
Agregó que esas deben ser las políticas prioritarias que tendrá que abordar la nueva administración, y la ciudadanía debe dar el beneficio de la duda.
Otra área que está débil y que se tendrá que recuperar al corto tiempo es en el campo diplomático.
También los gobiernos locales deben contribuir a las expectativas de la ciudadanía y por el lado del Congreso, que se dedique a su labor legislativa.
Jahir Dabroy, analista de la Asociación de Investigación de Estudios Sociales (Asíes), comentó que, en términos generales, Giammattei Falla tiene experiencia en la administración pública y conoce la dinámica pública, pero tendría que controlar su temperamento.
Expuso que, en el caso de las designaciones para los ministerios de Gobernación y Economía, solo habrá cambio de actores y que probablemente la línea de trabajo será la misma que se desarrolló en la actual gestión, ya que prácticamente “es la misma lógica”.
Dabroy coincide con Hidalgo al indicar que se debe trabajar intensamente en la política exterior. Este año habrá elecciones en EE. UU. y será determinante con qué ala política se sentirá más cómodo, es decir, con los republicanos o con los demócratas.
“No se pueden ignorar los resultados de las elecciones en EE. UU., y el respaldo de estas corrientes a países como Guatemala, donde hay intereses geopolíticos”, resaltó.
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