“El empleo se redujo en prácticamente todos los principales sectores industriales, con una caída más marcada en los sectores de ocio y la hotelería”, indicó el Departamento de Trabajo.
En un año electoral un desempleo de dos dígitos complica las posibilidades del presidente estadounidense, Donald Trump, de cara a la reelección en noviembre.
El mandatario trató de bajarle el perfil a las malas noticias y dijo que estos datos “no son sorpresivos”.
Los datos “eran completamente esperados. No son sorpresivos. Todo el mundo lo sabe”, declaró Trump a la cadena de TV conservadora Fox News. “Incluso los demócratas no me echan la culpa de esto”, aseguró el mandatario, cuya gestión comenzó el año con un desempleo en mínimos históricos.
El número de personas sin empleo pasó así de 15,9 millones a 23,1 millones y la cantidad de personas que tienen un empleo a tiempo parcial por la situación económica se duplicó y llega a 10,9 millones.
Esta destrucción de empleos a un ritmo récord, se suma a una lista de indicadores que componen el panorama recesivo: débiles datos del consumo de los hogares, magras cifras de inversión y comercio y la más importante, el PIB en el primer trimestre en Estados Unidos registró una contracción de 4,8% en proyección anual.