Dicho entendimiento prepara el terreno para negociaciones entre el gobierno cubano y aerolíneas estadounidenses, las cuales podrían llevarse meses, y no está claro cuándo comenzarán los primeros vuelos. Los tres funcionarios no están autorizados a declarar públicamente y exigieron quedar en el anonimato.
En la actualidad los viajeros estadounidenses y cubanos deben viajar en vuelos fletados que son complicados para reservar, pocas veces tienen una página en internet y con frecuencia obligan a los viajeros a enviar documentos e información de pago por correo electrónico a un agente de viajes.
“Este año pudiera cerrar con el arribo de 155 mil estadounidenses” , un 71.4% más que en 2014, dijo a la AFP José Luis Perelló, profesor y consultor en asuntos de turismo de la Universidad de La Habana.
Turismo
En el centro de La Habana, turistas extranjeros caminan apiñados y sonrientes. En Costa Rica, migrantes cubanos desesperados se aglutinan por miles en albergues, a la espera de poder seguir su viaje hacia territorio estadounidense.
Cuando Cuba y Estados Unidos anunciaron hace un año que dejarían atrás cinco décadas de enemistad y normalizarían sus relaciones políticas, quizá pocos imaginaron el efecto doble que esto produciría.
Por un lado, olas de visitantes que quisieron conocer la isla antes de que se “americanice” , y por el otro, mareas de cubanos intentando salir en busca de mejores ingresos y temerosos de perder los beneficios migratorios que les otorga Estados Unidos.
Erika Preli, una italiana de 25 años, apresuró los planes para conocer Cuba porque temía que el país cambiara drásticamente por el acercamiento a su otrora enemigo de la Guerra Fría.
Sentada junto a su pareja disfruta “congrí” , un plato típico cubano que mezcla arroz con frijoles negros, en uno de los restaurantes privados, conocidos como paladares, que al igual que los turistas crecen como espuma en la isla.
“Debo reconocer que decidimos venir aquí tan pronto nos enteramos de la noticia (de la reanudación de relaciones). La oímos y dijimos: vamos antes de que las cosas cambien mucho” , señala Preli.
Hoy, en el centro de La Habana Vieja, un casco histórico de 2 km2, es más fácil tropezarse con un turista que con un cubano. Las cifras lo corroboran: este año casi 3,2 millones de extranjeros visitarán Cuba, un 17.6% más que en 2014.
Y ese aumento -que ubica a Cuba como el destino del Caribe que más crece en turismo- es más espectacular aun cuando se observan los datos de los viajeros estadounidenses.
“Este año pudiera cerrar con el arribo de 155 mil estadounidenses” , un 71.4% más que en 2014, dijo a la AFP José Luis Perelló, profesor y consultor en asuntos de turismo de la Universidad de La Habana.
Kasan Amatar, un palestino de 29 años, se siente atraído por la historia comunista y no quisiera que la mayor isla del Caribe se “americanice” .
“!Me encanta la vieja cultura de aquí! Toda esta historia que no ha cambiado…no quiero que se americanice, para ser honesto” , dice a la AFP durante una pausa en su recorrido por la ciudad.