Tanto Zepeda como Raúl Bouscayrol, secretario de la directiva, indicaron que en el 2020 el sector llegó a caer hasta un -11% en junio 2020. Sin embargo, el panorama de la industria es positivo ya que el índice de actividad industrial (basado en ventas), con los datos a septiembre 2020, se ubicó en un -5.7%, refirió Zepeda mientras Bouscayrol agregó que al cierre del año se situó en -5%.
Recuperar empleos perdidos
Bouscayrol expuso que este año aparte de la búsqueda de recuperación económica también se enfocarán en la recuperación de los empleos perdidos y en la generación de nuevos, al mencionar que en el país se perdieron 100 mil empleos sumando todos los sectores.
“La prioridad es buscar la reactivación que nos pueda llevar a recuperar la industria. Aún hay déficit de más de 100 mil empleos que se perdieron y nos colocan en la urgente necesidad de seguir reactivando la economía con ese objetivo”, agregó, al indicar que el sector es la fuente del 22% del empleo formal de la PEA.
El plan incluye agendas de trabajo con sector privado y público que permitan ambos aspectos.
Oportunidades para subsectores
Los sectores que están teniendo mayor dinamismo son los de alimentos y bebidas, el sector de plásticos, la industria farmacéutica, así como la industria química, comentó Eduardo Girón, presidente de CIG.
Expuso que el sector de hotelería y las empresas que dependen de esta actividad han tenido una fuerte contracción y continuarán así mientras no se reduzca significativamente la percepción de riesgo de contagio en las personas.
El índice de actividad industrial mide 14 sectores, de los cuales 6 ya se encuentran en fase de recuperación. Aquí se detalla que a septiembre del 2020 presentan crecimientos con respecto al mismo mes del 2019 los de metales y minería, industria química farmacéutica, plástico, salud, agroindustria, energía gas y agua.
En tanto reportaron caídas bebidas alcohólicas, transporte almacenamiento y logística, papelería y útiles, servicios, industria alimenticia, telecomunicaciones, ropa y calzado, hoteles y restaurantes.
“Un buen rebote industrial”
Paulo de León, director de Central American Business Intelligence (Cabi) mencionó que el cierre del 2020 fue bueno para muchos sectores, incluso algunos se quedaron sin inventarios.
Expuso que en el sector construcción el tema de vivienda y reparaciones o de dar mantenimiento a vivienda fueron los líderes y eso ha generado la demanda de otros productos como materiales de construcción, puertas, madera, pérgolas, ferreterías, cerámica.
Mencionó que en las cuentas nacionales actualizadas a septiembre del 2020 se observan crecimientos en manufacturas y agroindustria.
En la industria manufacturera hay sectores que crecen a 18% y 15%, refiriéndose a productos minerales y farmacéuticos respectivamente, además también crecieron la fabricación de cemento cal, yeso, además de productos de molinería, con alrededor de 9% cada uno, productos de metal maquinaria y equipo, además de productos no alimenticios, bebidas no alcohólicas. Pero indicó que seguían a la baja aceites vegetales y animales, conservados de carne y pescados, papel e impresiones, bebidas alcohólicas y productos de tabaco, y textiles y confección.
De León no brindó un dato específico de crecimiento para el 2021 del sector industrial, pero mencionó que hubo un “buen rebote industrial” en noviembre y diciembre y que el comportamiento que han tenido los últimos cuatro meses del 2020 los subsectores será el mismo que tengan durante el presente año.
Cautela ante crecimiento en EE. UU.
Respecto a las perspectivas el rebote de la economía de Estados Unidos, y para la cual el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó un crecimiento de 5.5% para el 2021, de León dijo que es bueno para Guatemala, porque el país sigue dependiendo de ellos, y puede dinamizar la demanda de productos exportados, el comercio y en remesas.
Sin embargo, advirtió de que la posibilidad de un nuevo confinamiento y las decisiones del nuevo presidente Joe Biden de aumentar a US$15 el salario mínimo y el aumento de precios podrían tener efectos negativos en la economía de ese país.
Guatemala sigue dependiendo de Estados Unido, se mide el ciclo interno versus el ciclo de dicho país y se refleja que se mantiene la correlación en torno al 47% dijo de León.
“Es decir, alrededor de la mitad de lo que nos está pasando es porque algo pasó en el norte”, agregó.
“Las perspectivas económicas de los Estados Unidos de un crecimiento del 5.5% son importantes para Guatemala dado que nuestra economía está fuertemente vinculada, tanto en lo comercial como por las remesas familiares y es un factor importante para la economía guatemalteca”, coincidió Girón.
Respecto a otros retos internacionales mencionados por el analista de Cabi, están el aumento en costos de logística y fletes, debido al crecimiento mundial de la demanda de productos lo cual ha presionado al sector.
Empresas: entre lo temporal y lo permanente
La movilidad en el país estuvo en 105% en diciembre con respecto al promedio anterior a la pandemia, y en enero de este año ya llegó a 92%, refirió de León.
En los escenarios de movilidad para la segunda ola que está viviendo Guatemala se refleja que cae a 75% en febrero, por lo que Cabi extendió el plazo de regreso a la normalidad hasta junio próximo que se llegaría a entre 93% y 100% de movilidad.
Por ese aplazamiento se espera recaída lo cual eso afectará ventas y PIB, agregó el consultor, pero depende de las restricciones del gobierno, y decisión de las personas, agregó. A pesar de las restricciones o confinamientos en el 2021, el impacto será menor que respecto los primeros meses de pandemia del 2020 en donde solo hubo 40% de movilidad.
Las medidas en los países para evitar la propagación del coronavirus han cambiado los patrones de consumo, y ahora las empresas se deben hacer la pregunta de cuáles cosas son temporales y cuáles son permanentes o estructurales. La pandemia vino a cambiar la visión de las cosas, decisiones de compra y patrones de consumo, recomendó de León. “Hacer esa diferenciación ayudará a tomar las decisiones y estrategias en sus negocios” indicó.
Respecto a perspectivas para el 2021, mencionó que se avizora un tipo de cambio estable, banca sólida, mejora en ventas y producción, más ingreso de divisas por remesas, exportaciones y menor salida por compra de petróleo. Agregó que se registrará un alza en los productos de la canasta pero que no habrá una fuerte inflación.