Este comportamiento confirma que las remesas se han convertido en uno de los pilares de la economía guatemalteca, que aporta el 13 por ciento del PIB, en especial por la vía del consumo en los hogares.
Se estima que las transferencias cerrarán este año en US$11 mil 300 millones (unos Q87 mil 911 millones), superando en US$792 millones lo acumulado en el 2019, que fueron US$10 mil 508 millones, según registros del Banco de Guatemala (Banguat).
Aunque la emergencia sanitaria provocó altibajos en el primer semestre, en diciembre se ajustó la proyección de crecimiento al 7 por ciento.
Para comprender el salto basta observar el ingreso promedio mensual en los siguientes años: en 2020 fue de US$925 millones; 2019, US$875 millones; 2018, US$774 millones; 2017, US$682 millones y 2016, US$596 millones.
Las remesas benefician a unas 6.2 millones de personas, que equivale al 37 por ciento de la población.
Marca histórica
De enero del 2000 a noviembre del 2020, el ingreso de divisas por remesas familiares alcanzó US$101 mil 897 millones, unos Q784 mil 606 millones —a un tipo de cambio de Q7.70—.
Al hacer ese recuento histórico, de los US$563 millones en 2000, hasta noviembre de este año, la variación 18 veces mayor.
Por ejemplo, del 2000 al 2010, el monto acumulado de las transferencias fue de US$30 mil 477 millones, y del 2011 al 2020 suman US$71 mil 420 millones, lo que pone de manifiesto el ritmo de crecimiento en los últimos 10 años.
En el período de análisis, solo en 2009 hubo una contracción, asociada a los efectos de la crisis financiera mundial. A partir de entonces, se observó un acelerado y notorio crecimiento de dos dígitos anuales.
“Hay un fuerte impacto en las remesas, y es una cifra bastante significativa que está contribuyendo a la economía”, resaltó Jahir Dabroy analista de la Asociación de Investigación de Estudios Sociales (Asíes).
Consideró que las remesas, en el período de análisis, se han convertido en una pieza fundamental para la economía del país, y su dependencia de estos flujos.
El fenómeno de las remesas está vinculado a la migración. La mayoría de personas que migra va en busca de mejorar su nivel económico, y el resto lo hace por la falta de oportunidades laborales. Estas son las principales causas.
¿Qué se puede hacer?
Es posible imaginar un escenario como este: si en esos 20 años el Banguat hubiera abierto una cuenta bancaria y ahorrado todo ese dinero, al retirarlo tendría efectos multiplicadores.
Con esos Q784 millardos —a un tipo de cambio de Q7.70, por ejemplo—, alcanza para construir 526 mil 420 escuelas públicas de cuatro aulas; se pagaría el costo de la canasta básica de alimentos para 18 millones de personas en un año, y el salario a 21 millones de personas en el mismo lapso.
La cifra es 33 por ciento más alta del PIB del 2019, con la cual se podría cancelar cuatro veces la deuda pública que Guatemala tiene acumulada, cuyo saldo a octubre era de Q189 mil 631 millones.
Distribución
Las remesas han contribuido a sostener la economía en las regiones donde sus habitantes perciben menos ingresos y en áreas de pobreza. Por lo menos siete departamentos concentran el mayor porcentaje de flujos que motivan el consumo interno y local.
Según el modelo y la estructura de la Encuesta sobre Migración Internacional y Remesas, de la Organización Internacional para las Migraciones del 2016, en el departamento de Guatemala se recibieron unos Q10 mil 764 millones el año recién pasado.
Le siguió San Marcos, con Q6 mil 879.2 millones; Huehuetenango, Q6 mil 879 millones, y Quetzaltenango, Q5 mil 584 millones.
Se incluye Petén, con Q5 mil 179 millones; Alta Verapaz, Q4 mil 694 millones, y Quiché, Q4 mil 446 millones.
Alta Verapaz, Quiché y Huehuetenango forman un cinturón de pobreza y pobreza extrema, por lo que el impacto de las remesas es determinante.
El monto recibido en estos tres territorios, en 2019, fue de Q44 mil 422 millones; el 55 por ciento del total. En el resto del país se calcula que acumula Q36 mil 905 millones, según la validación realizada.
El principal destino que dan las familias a las remesas son inversión y ahorro, consumo, consumo intermedio e inversión social.
Dabroy señala que las condiciones económicas de los hogares que reciben las transferencias son notablemente diferentes de los que carecen de ese ingreso.
El dinero de las remesas aumenta el consumo y ofrece mejoras en la construcción, lo cual incide en las economías locales y la activación del empleo, concluyó el analista.