En la investigación realizada, se estableció una demanda de 366 mil usuarios diarios, quienes pagarían una tarifa de Q4 a Q5 por viaje.
Propuestas ganadoras
El estudio mencionado identifica las áreas de ingeniería civil, así como una cuantificación del costo, para dos proyectos: creación de un sistema BRT (Bus Rápido de Tránsito) con flota una mixta (entre sistema eléctrico y diésel), que tendría una inversión proyectada de US$333 millones. Y el otro es un tren denominado metro ligero (LRT) con una inversión que podría rondar los US$1 mil 400 millones.
Octavio Jiménez, de la compañía IBI Group, que tuvo a su cargo el estudio solicitado por la Anadie, recalcó que se identificó la demanda diaria mencionada (eso, al inicio de las operaciones), así como la selección del eje por donde va a recorrer el sistema: Calzada San Juan; Bulevar Liberación y Bulevar los Próceres, aparte de la selección del material rodante y su tecnología, que en este caso es un BRT a superficie, que podrían ser unas 71 unidades articuladas.
Expresó que el costo paramétrico rondará los US$333 millones (unos Q2 mil 564 millones), que es para el capex (costo capital paramétrico), recursos que se destinarían a la adquisición de predios, infraestructura de carril desagregado (exclusivo), 23 estaciones de carga y dos terminales, sistemas de pago y de integración urbana, pasos a nivel, desnivel y elevados para evitar algunos puntos de conflicto vial sobre el tramo.
El tiempo de construcción de corredor está estructurado en 24 meses, que incluyen las obras de ingeniería civil, compra de la flota, construcción de las estaciones y el sistema “que es un tiempo bajo, para el potencial beneficio que se pueda obtener en la ciudad, respecto a otros modelos de transporte, que pueden durar hasta 10 años”.
Subrayó que, al compararlo con otros sistemas de transporte público masivo, tiene un costo mucho más bajo que un tren y puede tener un beneficio importante para la municipalidad, a lo largo del periodo de concesión.
El proyecto puede ser operado a través de un modelo público-privado para compartir el riesgo que puede ser trasladado al operador, que no tienen que ser necesariamente las municipalidades involucradas (Mixco y capitalina).
Por otro lado, “es un buen proyecto para detonar otras actividades productivas en el corredor, que no solo le va a servir al usuario o vecino, sino que se puede aprovechar una reconversión integral y atraer inversión de terceros, que pueden ser desarrolladores inmobiliarios en puntos de transferencias donde se concentra una gran demanda y generar polos de vivienda y trabajo”, citó Jiménez.
Bajo análisis
Álvaro Rodas Martini, gerente de operaciones de la comuna capitalina, manifestó que con el proyecto de la Anadie y los resultados que presentó IBI Group, se plantea el proyecto descrito, pero también se presentó la alternativa de tren ligero LRT, y son situaciones que hay que analizar.
Aunque aclaró que la recomendación de la firma fue un BRT, que necesitará carril segregado (exclusivo), el perfil de la Calzada San Juan no da para construirlo, pero en algunos puntos se propone que sea a nivel, en otros elevado, y otro subterráneo.
“Lo vemos con simpatía; antes de presentar cualquier propuesta se deben hacer los estudios y contamos con la primera base que nos permite hacer ese análisis. Con toda la data que se generó, los técnicos de movilidad e infraestructura de Guatemala y Mixco, debemos ponernos de acuerdo sobre cuál es la mejor opción”, remarcó.
También precisó que en la capital guatemalteca hay dos tipos de tránsito: en la Calzada Roosevelt, hay mucho vehículo particular; y en la Calzada San Juan, demasiados automotores de transporte de pasajeros, por lo que se necesita un modelo masivo de soporte.
Entonces, el plan BRT y un tren ligero, lógicamente tienen un componente de inversión diferente, aunque cada proyecto cuenta con sus beneficios y contingencias.
Por otro lado, el funcionario edil aseguró que se estará requiriendo apoyo al Gobierno Central, sea cual fuere la decisión.
“Hay proyectos de esta magnitud que la comuna capitalina ni la de Mixco tienen la capacidad de impulsar, si no se cuenta con el apoyo del Gobierno Central”, puntualizó.
Las fases del proceso
Karla María de la Cruz García, subdirectora de Estructuración y Contratación interina de la Anadie, explicó que hay una línea de tiempo a seguir y la presentación de los resultados de estos estudios de prefactibilidad es solo es uno de los pasos, antes de lanzar una licitación.
- Los estudios de prefactibilidad determinan que el proyecto se puede ejecutar, el suelo puede soportar la carga, el costo estimado y la infraestructura que se necesita, con una definición de un trazo.
- Esta pendiente la parte de factibilidad del proyecto, que llevaría un año, para analizar la ingeniería final, obras complementarias, parte de las bases de licitación, modelo de negocios, y preparación de la información que permitirá al participante privado la presentación de las ofertas técnica y económica.
- La perspectiva apunta a que a finales del 2024 podría lanzarse un concurso internacional.
