Economía

Energizan nueva línea hacia Izabal

Una nueva línea de 98 kilómetros para transmisión de electricidad que va de la subestación de Panaluya (Zacapa) a otra de Morales (Izabal) comenzó a funcionar la semana pasada, y permitirá conectar a varios generadores de energía y comunidades del oriente del país a la red nacional.

En Varios municipios se debieron declarar los atrasos en las obras como de fuerza mayor por rechazo de comunidades.

En Varios municipios se debieron declarar los atrasos en las obras como de fuerza mayor por rechazo de comunidades.

Para ese tramo fue necesaria una inversión de US$17 millones que, ade- más de las subestaciones Panaluya y Morales, incluye el reactor de esta última y el banco de autotransformadores, informó Néstor Pérez, gerente de Trecsa.

La estructura forma parte del Plan de Expansión del Sistema de Transporte de Energía (PET), que tiene a su cargo la Transportadora de Energía de Centroamérica, S. A. (Trecsa), empresa afiliada al Grupo Energía, de Bogotá.

Pérez explicó que la nueva línea, que forma parte de un anillo de transmisión, ayuda a aumentar la confiabilidad para el suministro de energía y limita la posibilidad de fallas, así como baja las pérdidas de energía en transmisión.

A esta se podrán conectar varios generadores para transportar su energía, y ayudará a conectar a comunidades, en ambos casos, de municipios como Teculután, Gualán, Zacapa y lugares aledaños, agregó el ejecutivo.

Panaluya es la estructura que conecta al país con Honduras.

Avance del 53%

Como parte del PET, Trecsa debe construir 850 kilómetros de red, del cual se reporta el avance físico del 53%, dijo Pérez.

Esto incluye 335 kilómetros de línea a junio de este año. Para finalizar el 2015 se espera llegar a 420 kilómetros.

Los otros 430 kilómetros se construirán entre el 2016 y el 2017, agregó.

Trecsa tiene dispuesta una inversión total para el proyecto de US$400 millones, de la cual ya erogó US$320 millones, comentó el ejecutivo.

El avance físico en construcción real alcanza el 53%, y para el cierre del año, la compañía espera llegar a entre 65% y 70%.

La obra lleva dos años de atraso respecto del cronograma original, debido a problemas por derechos de paso en terrenos privados, municipales o comunales, como en Sololá, San Pedro Ayampuc y el proyecto en Río Dulce, Izabal, donde pobladores rechazan la instalación aérea de líneas.

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