Contrariamente a sus promesas electorales, el Gobierno decidió una subida de los impuestos a los más ricos durante dos años, con la que, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, espera ingresar 6 mil 275 millones —unos US$8 mil 135 millones— en el 2012.
Estas medidas de austeridad, mayores de lo esperado, son consecuencia de “la desviación” del déficit público, que en el 2011 será”muy superior” al 6% del PIB prometido por el anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó Sáenz de Santamaría, que adelantó una cifra en torno al 8%.
“Estamos ante una situación extraordinaria y no prevista” que ocasionará”medidas extraordinarias y no previstas”, dijo.
También advirtió: “Estas medidas son el inicio del inicio”, con lo cual dio a entender que pueden verse incrementadas cuando el Ejecutivo de Rajoy presente, a finales de marzo, su proyecto de presupuestos para el 2012.
Las medidas de ahorro, destinadas a calmar las inquietudes de los mercados sobre la salud financiera de España, afectarán en primer lugar a los funcionarios.
Después de que el anterior gobierno socialista redujo un 5% sus salarios en el 2010 y los congeló en el 2011, el nuevo Ejecutivo optó por mantener la congelación para el próximo año.
El Gobierno decidió asimismo no reemplazar las plazas vacantes en todas las administraciones públicas —a excepción de servicios básicos como educación, salud y fuerzas de seguridad— y aumentar la jornada laboral de los funcionarios en dos horas y media semanales.