En el primer caso, el viernes pasado, el Banco Central Europeo (BCE) fijó el cambio de referencia del euro en US$0.9797 (US$1.15 el 1 de octubre de 2021), luego de la publicación del informe del mercado laboral estadounidense de septiembre, en las que se muestra la generación de empleo y que puede permitir a la Reserva Federal elevar tasas de interés. Por lo tanto, comprar productos europeos, hoy resulta más barato.
En tanto, Centroamérica y la Unión Europea (UE) consolidan una década de haber suscrito un Acuerdo de Asociación (AA) en la cual, los números de intercambio comercial e inversión han mejorado, pero en las circunstancias actuales internacionales de una posible recesión, el impacto de la crisis energética, la devaluación del euro y el conflicto entre Rusia y Ucrania, se presentan mayores oportunidades.
Por ejemplo, ahora es posible exportar, con mayor valor agregado desde Centroamérica, productos como café, aceite de palma, camarón, artículos de vestuario y frutas, pues son bienes que tienen dificultades para llegar desde Asia, entre otros motivos de escasez.
Un segundo dólar
De acuerdo con el analista financiero peruano Eduardo Recoba, en este momento, el euro se encuentra a la espera de una reacción, ante el incremento de las tasas de referencia del Banco Central Europeo (BCE), aprobado hace cuatro semanas. Sin embargo, la respuesta está demorando debido a la crisis energética que se vive a consecuencia del conflicto en Ucrania, lo que aumenta la expectativa negativa ante la llegada del invierno, al no contar con 40% de la oferta de gas que normalmente provee Eurasia a Europa occidental.
Por otro lado, el dólar está saliendo mejor fortalecido tras los aumentos en la tasa de referencia aprobados por la Fed “y hay que mantenerse a la expectativa, por si el euro continúa con una trayectoria de divisa fuerte y de recurrente intercambio”.
Sobre cómo aprovechar el juego cambiario para hacer importaciones, dijo que el hecho de que el euro está muy cercano a la paridad con el dólar no lo convierte en una moneda débil, sino al contrario, “ya se habla de otro dólar en el mercado, por lo que se deben diseñar estrategias de importación de bienes de capital, aprovechando que el euro cuesta menos que antes y es una situación que puede variar”.
Finalmente, para las consideraciones en el juego cambiario entre el euro y dólar, Recoba puntualizó que ambas monedas están en la misma trayectoria, pero también se ubican bajo la misma presión. Es decir, que las dos están expuestas a una mayor inflación, a una crisis alimentaria, a problemas energéticos. “En algún momento, ambas monedas van a responder de la misma forma frente a esas señales”.
A su juicio, lo más importante es que ambas divisas, están sometidas y expuestas a una tasa de referencia que ya subió por parte del banco central europeo, con lo que la retórica de la tradicional tasa cero ya terminó y lo que sigue es que el euro reaccione. “Entonces se observarán resultados muy positivos para quienes han confiado en esa moneda”.
Aprovechar el diferencial cambiario
Emmanuel Seidner Aguado, vicepresidente de la Cámara Guatemalteco Francesa de Comercio e Industria, también opinó al respecto y dijo que en términos prácticos, por ejemplo, es conveniente comprar equipos europeos en euros, ya que resulta más barato que comprar con dólares. Y, por otro lado, se esperaría una mayor demanda de diversos productos desde los países de la Unión Europea.
Es decir, que se puedan comprar equipos europeos que permitan brindar más valor agregado y mejorar la competitividad aquí en Centroamérica, tales como maquinaria para procesar alimentos, farmacéuticos, equipos para el sector azucarero, la industria cementera, textiles y calzado. Y luego, exportar productos de mayor calidad, logrando mejores precios.
“Europa se vuelve una buena opción para la compra de bienes de capital, aparte de que es un continente muy bueno en propiedad intelectual, en el diseño de equipos y tecnología. La baja del euro es da como resultado precios más económicos”, resaltó.
La balanza comercial
En cuanto a las cifras del intercambio comercial, Seidner expresó que la en 2011, la balanza era deficitaria para Centroamérica, pues Europa en ese año despachó €4 mil 146 millones y la región exportó €3 mil 500 millones. Pero al entrar en vigencia el AA (en diciembre de 2013), la gran ganadora fue esta región, que pasó a exportar €6 mil 875 millones, mientras que la UE vendió €5 mil 985 millones.
El comercio entre la UE y Centroamérica es muy complementario porque la mayor parte de las exportaciones de la región consisten en productos agrícolas como el café, aceite de palma y banano, pero también hay otro componente de vegetales y frutas, que han obtenido buenos precios.
En tanto que la UE le vende a la región maquinaria, productos manufacturados, equipos, automóviles, pero últimamente ha tenido dificultades para abastecer no solo a la región, sino al resto del mundo a raíz de la pandemia y del conflicto en Eurasia.
Un reto por superar
Tanto para los importadores como para los exportadores, uno de los obstáculos a vencer es el tema logístico. El consultor empresarial, René Muñoz Barnoya, declaró que este seguirá siendo un reto para las empresas, por lo que este año han diseñado estrategias como el incremento de inventarios (de forma preventiva) pero a su vez, ello representa un aumento de costos.
Pero ello se compensa con una disminución en los precios de las materias primas, en comparación con las de hace un año y medio, “lo que vendrá a relajar ciertos precios para los consumidores. Pero el tema logístico sigue siendo el reto más grande”.
Además, tras la liberación de las exportaciones en el Mar del Norte, ya hay productos de Rusia y Ucrania en Centroamérica, especialmente los relacionados con el acero.
