- Contrabando: Importaciones materiales e ilícitas de alcohol, bebidas como producto terminado.
- Falsificación: Alcohol ilícito vendido como marca legal. Botellas vacías de productos legítimos rellenados con alcohol más barato (recargado) o industrial producción de marcas ilícitas o alcohol ilícito sin marca.
- Artesanal Ilícito: Bebidas alcohólicas artesanales, producidas para fines comerciales.
- Evasor de Impuestos: Bebidas legales de alcohol producidas a nivel local, pero no pagan impuestos especiales.
- Sustituto: Alcohol no producido para humanos, es decir, alcohol de farmacia, desviado a la bebida alcohólica.
Uno de los hallazgos del estudio indicó que el 6.6% del volumen total de alcohol consumido en Guatemala es ilegal.
El reporte multirregional recopila resultados de 24 países en África, Europa del Este y América Latina, y los resultados indicaron que el 26% del volumen total de alcohol consumido en estos países es ilegítimo.
Además, resaltó que el mercado de alcohol lícito de la región está dominado por bebidas fermentadas. La cerveza es la bebida alcohólica más popular en la región y representa el 63.1% del alcohol legal consumido.
Sin embargo, solo el 3.7% del alcohol ilícito que beben los consumidores latinoamericanos es cerveza, por lo tanto, esta bebida alcohólica es la que menor probabilidad tiene de ser objeto de contrabando.
Lourdes Chavarría, gerente senior de consultoría en Euromonitor International, señaló que los hallazgos reflejaron una clara necesidad de mejorar las condiciones de las regulaciones globales sobre el alcohol.
“Regulaciones complejas e inadecuadas, así como impuestos pueden generar consecuencias indeseadas. Se debe poner considerable atención a este tema, ya que hay áreas como África donde el alcohol ilícito representa el 40% de todo el mercado de alcohol”, resaltó Chavarría.
Alta Vulneración
Enrique Lacs, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB), opina que ese 6% de consumo de alcohol ilícito aún es alto y representa una vulneración de la libertad de comercio y de las empresas que son formales.
“Aún persisten los productos que no están respaldados por las instituciones gubernamentales encargadas del control sanitario, por lo tanto, se deben realizar más esfuerzos para reducirlo a su mínima expresión”, enfatizó.
Lacs indicó que uno de los principales puntos por donde ingresa el producto de contrabando y específicamente en diferentes tipos de bebidas y alimentos es la frontera con México.
El problema, según el profesional, radica en que muchas veces no se logra identificar que es ilícito, porque vienen con marcas que tienen controles sanitarios de la autoridad mexicana, o vienen falsificadas o adulteradas, entonces esa es la parte que preocupa, porque en ese caso “nadie tiene control” opina.
Soluciones
Lourdes Chavarría, gerente senior de consultoría en Euromonitor International, sugirió algunas soluciones para reducir el consumo de alcohol ilícito como: Evitar medidas regulatorias innecesarias e introducir medidas que sean efectivas, específicas y proporcionadas. También, aumentar la aplicación y sanciones si es necesario, reducir la corrupción, establecer alianzas para combatir holísticamente este flagelo, cerrar la brecha de precios entre alcohol ilícito y el legal; aumentar la asequibilidad de los productos legales.
Además, medir el tamaño y la dinámica del mercado de alcohol ilícito y desarrollar campañas de sensibilización, aumentar los controles e intervenciones dirigidos, por ejemplo, controles de aduanas y comercio electrónico más efectivos.
Daño a la salud
Además, del daño económico que provoca el contrabando también existe un potencial daño a la salud de las personas que consumen los productos, de los cuales se desconoce su producción, procedencia, manejo y distribución, advirtió Lacs.
“El principal riesgo es para la salud de los compradores, porque los productos de contrabando no cumplen con los requisitos sanitarios por parte del Ministerio de Salud o con adulteraciones de fechas de vencimiento no garantizan el estado del producto”, refirió.
Algunas de las enfermedades que provoca el consumo de productos de dudosa procedencia son intoxicaciones, enfermedades gastrointestinales, alergias, entre otras.
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