Ese comportamiento fue el propicio para que en el país se comenzará con un proceso para impulsar el consumo interno del café, que permitiera contrarrestar ese efecto. En ese camino surgieron diversas escuelas para preparar bebidas especializadas.
El Bar Escuela del Centro de Capacitación en Turismo del Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap) gradúa dos promociones al año, de 25 alumnos aproximadamente cada una.
Mientras que la Escuela de Café de la Asociación Nacional del Café (Anacafé) surgió en el 2003 y recibe entre tres mil y cuatro mil estudiantes anuales.
Scott Conary, juez principal del Festival de Cafés Especiales en Anacafé, que se celebró la semana pasada, comentó que los ganadores influyen de manera positiva en la industria nacional del grano.
Conary confía en que Guatemala alcanzará mayores reconocimientos a escala internacional, pero debe fomentar el conocimiento y llegar a un público más amplio para que las personas comprendan los beneficios del café de especialidad.
La tendencia, dijo, se orienta a mejorar la calidad del café y formar comunidades de profesionales con apoyo empresarial.
“Disciplina y concentración son la clave para triunfar”
Dulce Barrera, de 37 años, viajará a Budapest, Hungría, del 12 al 15 de junio próximo para representar a Guatemala en la Competencia Mundial de Catadores de Café. Dulce nació en San Miguel Dueñas, Sacatepéquez y es catadora de la finca Bella Vista, en Antigua Guatemala.
¿Cómo surgió el interés por ser catadora de café?
Empecé a trabajar en el área administrativa en la Finca Bella Vista, en Antigua Guatemala, en el año 2002. Hace cinco años instalaron un laboratorio y varios colaboradores recibimos la invitación para asistir a un curso de catación.
¿Por qué recibieron esta capacitación?
Recibimos estos cursos porque debíamos poseer conocimientos de cómo diferenciar la calidad de los distintos tipos de café para poder ofrecerlos.
¿A partir de ese momento se adentró en ese mundo?
Exactamente, me llamó la atención conocer más del tema, del proceso del café, diferenciar los sabores y aromas. Es un tiempo adicional el que se debe dedicar a la catación para tomar la experiencia que se necesita.
¿En la actualidad se dedica a la catación o mezcla sus actividades?
Así es. El tiempo que dedico a practicar y perfeccionar la catación es adicional a mis atribuciones en la parte administrativa de la empresa. No es un sacrificio, al contrario es un gusto y agradezco la oportunidad a los gerentes de la finca por este espacio para poder continuar mi preparación.
¿Ya había participado en otros concursos de catación?
El año pasado fue mi primera experiencia, los gerentes de la finca me inscribieron un día antes en el Festival de Cafés Especiales que se realiza en la Asociación Nacional del Café, y no tenía idea de cómo era la competencia.
¿Cómo se sintió?
Todo fue repentino, los nervios me ganaron y quedé en séptimo lugar.
¿Pero esta vez fue diferente?
Me sentí más segura y mejor preparada, ya conocía los requisitos de la competencia, por lo tanto, me concentré y enfoque más en los tiempos.
“Trataron de desmotivarme, pero confié en mi capacidad”
Jenner Fuentes, de 46 años, compró en 2008 su primera máquina de café y comenzó a capacitarse. Recuerda que su relación con el grano fue por el gusto de su esposa por la bebida. Fuentes es padre de Diego, 9, y Marcela, 12.
¿Siempre fue apasionado del buen café?
No, al principio no me gustaba el café, pero a mi esposa le encantan los capuchinos y le tomé gusto, luego me interesé más por cómo preparar bebidas a base de café y comencé a entrenar hace cuatro años.
¿Dónde recibió su capacitación como barista?
Estudié en una escuela de café en El Salvador. El primer año no competí, ya en el segundo participé, pero no tenía los suficientes recursos para comprar el café con el que deseaba competir.
¿Cómo le fue en esa ocasión?
Quedé en cuarto lugar y me dijeron que mejor me retirará de ese tipo de competencias, pero decidí perseverar y continuar luchando por el sueño de ser el mejor barista.
¿Cómo se preparó para la próxima competencia?
Recibí asesoría de mi entrenador Noé Castro, quien ha sido cinco veces sub campeón y representó a Guatemala en Tokio, en el 2007.
¿Qué consejos le ayudaron?
Noé siempre me orienta y aconseja que me enfoque en lo sensorial, en brindar una buena experiencia tanto al preparar la bebida de café como al presentarla a los jueces.
¿Con cuánto tiempo de anticipación debe prepararse para la competencia?
Al menos con tres meses se debe seleccionar un buen café. Hay que probar varios para poder elegir el mejor, hablar con el productor para que esté listo cuando lo necesite y el entreno se vuelve más intensivo dos semanas antes del evento.
¿Después de haber ganado el primer lugar como barista en el Festival de Café a dónde irá?
Participaré en el concurso mundial de baristas en noviembre de este año, en Corea del Sur, pero aún se necesita apoyo o patrocinio para poder tener todo listo para la competencia.