El estudio Una aproximación a la brecha digital en Guatemala concluye que esta es “sumamente” ancha, lo que afecta a casi dos terceras partes de la población, según el documento, elaborado por el Fondo para el Desarrollo de la Telefonía (Fondetel).
Además, el estudio reconoce que este déficit digital es un fenómeno altamente perjudicial, de tipología transversal y con efectos nocivos en sectores como economía, salud y educación. Esa situación, indica, impide que el país pueda participar activamente en procesos globales, en franca desventaja.
“La brecha digital se ha convertido en el presente lo que el analfabetismo fue en el pasado, pero con un terrible añadido: pasa desapercibida en los niveles políticos y sociales”, señala la muestra.
El estudio resalta que entre los factores que contribuyen a esa brecha digital está la falta de infraestructura, falta de asequibilidad, contenido digital y falta de utilización de recursos.
También advierte de que ese resultado está sometiendo a las personas afectadas a una nueva exclusión sin precedentes, la cual puede tener efectos devastadores, por la pérdida de oportunidades y opciones de desarrollo.
La muestra piloto abarcó los departamentos de Quiché, Huehuetenango, Alta Verapaz y San Marcos, los cuales tienen altos porcentajes de pobreza y pobreza extrema, así como una elevada migración.
Ineficiencias
Aunque el estudio fue utilizado como base para la primera Encuesta Nacional de Brecha Digital (ENBD), que será presentada en el primer semestre de este año, arrojó resultados interesantes.
Entre los principales hallazgos se incluye que el 17.3% de la población tiene acceso a la banda ancha fija y 62% posee un aparato móvil para tener acceso a internet.
Detalla que el 81.7% de los encuestados utiliza el celular, que es el medio predominante en las actividades de tecnología, telecomunicaciones e información, mientras que el 69% lo hace desde una computadora de escritorio; el 42.2%, de una computadora portátil; y el 24.4%, desde una tableta.
Guillermo Gutiérrez, director de Fondetel, aseveró que la telefonía móvil está ganando terreno; sin embargo, entre las dificultades que se recolectaron está la falta de infraestructura y que el servicio no es eficiente.
El otro dato interesante, según dijo el director, es que la mitad de la población aún usa un teléfono móvil de segunda generación —2G—, comúnmente llamado “frijolito”, lo que se interpreta como una deficiencia.
La muestra reveló que el 57.9% de la población encuestada tiene un teléfono móvil de tercera generación —3G—, también conocido como smartphone, pero eso no significa que se tenga total acceso a la conectividad, y en algunos casos la falta de energía eléctrica para cargarlos es la causa. Además, el 40% posee un celular básico y el 23% tiene acceso a telefonía fija.
Siete de cada 10 usuarios acceden a internet por medio de su celular, mientras que un 17.3% lo hace por medio de un router, que es congruente con la telefonía fija.
A la pregunta de por qué no tiene un teléfono móvil, un 39.5% respondió que es un servicio “caro”, y un 24.3% dijo que es un bien que por ahora no necesita, mientras que un 22.4% afirmó que no hay cobertura donde reside.
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Ricardo Flores, consultor en telecomunicaciones de la firma Global Group, explicó que las personas priorizan el consumo de alimentos ante un servicio de telefonía, lo cual hace que la brecha sea muy amplia y explica el estancamiento.
Principal uso
La muestra también determinó que el 80.7% de los consultados utiliza el internet para conversar —chatear— a través de diferentes plataformas como whatsApp o messenger; el 58.7% para redes sociales, el 42.6% para enviar y recibir correos electrónicos, el 42.3% para hacer llamadas de voz, el 36.9% para videollamadas y el 17.5% para visitar o crear blogs.
El estudio reflejó que el 30.4% utiliza internet para hacer compras en línea y el 29% para hacer pagos o liquidaciones, entre otros usos. El 75.8% busca información para sus estudios y el 45.6% lo usa para lectura de diarios y noticias.
Encuesta aplicada en cuatro departamentos del país evidencia que la brecha tecnológica se ensancha.
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