Economía

Hincan a la economía

Estimado lector, estoy segura de que le ha tocado estar en una larga cola de vehículos en la carretera, causada por un accidente de tránsito o un derrumbe.

Al final, después de renegar, comprende lo que pasa y se arma de paciencia, se entretiene con algo, esperando que las ambulancias y las grúas despejen el camino.

Cuando la situación anterior se da por un bloqueo deliberado de personas que entorpecen la libre locomoción, irrespetando los derechos de los demás, su actitud es totalmente diferente.

La indignación es muy grande y reclama a las autoridades porque no hacen uso de su fuerza y herramientas legales para quitarlos del camino.

Si esos bloqueos son constantes en su diario caminar, su enojo hacia esos grupos que abusan de la libertad de los demás es muy grande.

Quiero ahora, estimado lector, que se imagine que usted, con un año, 6, 4, o 2 meses de anticipación, decidió invertir su poco o mucho capital propio o prestado de un banco para producir.

Compró materia prima, sembró, contrató personal, trabajaron duro, consiguió sus clientes y al final con satisfacción ve cómo todo está listo para ser entregado a su cliente, que de paso, en el caso que voy a mencionarle, está en el exterior.

Su comprador confió en usted y con base a ello, a su vez él hizo compromisos con toda una red de distribución en los mercados de destino, fijando fechas de entrega sujetas a serios castigos económicos si existe un retraso en lo comprometido.

De pronto, recibe una llamada donde le dicen que inconformes han cerrado el puerto de salida.

Le dicen que las autoridades ya están dialogando con los protestantes para atender las demandas y que tiene que esperar. Usted sabe que el barco tiene un horario y que si no embarca en punto, seguirá su camino mientras su contenedor se queda tirado.

Este es el caso que se ha estado viviendo reiteradamente en puertos, fronteras y carreteras casi cada semana.

Al momento de escribir esto, el puerto Santo Tomás de Castilla lleva paralizado dos días por un grupo de pilotos y tramitadores.

Esperando están deteriorándose 20 contenedores de vegetales, 97 contenedores con banano, otros más con mangos, melones frescos, plantas ornamentales, productos manufacturados, alimentos, vestuario, café, muebles, artesanías, etcétera.

Aun cuando no es lo usual, el barco espera un día completo en Honduras, esperando una solución en Guatemala; sin embargo, se vio obligado a pasar de largo dejando la carga. Eso, del lado de la exportación, pero también cientos de contenedores de importación están inmovilizados conteniendo materia prima que las fábricas esperan para trabajar o productos para ser distribuidos internamente.

Las pérdidas son de millones y millones, y el desprestigio del país es enorme. Ya se anuncia que siendo esto tan reiterativo en el país prefieren ya no poner trabajo en Guatemala. Si usted es un colaborador de cualquiera de estas actividades, les provee servicios o insumos, está corriendo el riesgo de perder su fuente de ingresos.

En este caso, las autoridades al más alto nivel, incluyendo negociadores de la PDH, han colaborado.

A lo mejor esas peticiones son solo excusas de quien sabe qué otros propósitos. Hasta el sábado, luego de que depusieron el paro, estos personajes se habían negado a firmar los acuerdos divirtiéndose con tener hincado al país, sin importarles las graves consecuencias que ya son irreversibles.

Nadie tiene el derecho de atropellar a los demás y causar enormes pérdidas económicas a todo un aparato productivo que involucra a miles de guatemaltecos honrados y trabajadores. Presidente, proceda con todo lo que tenga a su alcance y ponga esas personas donde tienen que estar y que nos dejen trabajar en paz.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: