El giro de negocio era la fabricación y distribución al mayoreo de productos de regalo para kioskos, tiendas de regalo y librerías. El modelo era simple: abrir un punto de venta, transformar materias primas y distribución.
Después de varios años funcionando, el flujo de clientes disminuyó y tomamos la decisión de cerrar y operar digitalmente.
No deje de leer
La intuición no es suficiente
Comenzamos de una manera sencilla y buscando optimizar recursos. Meses antes de cerrar, comenzamos a construir una base de datos con la idea de desarrollar un canal de comunicación vía WhatsApp, y fotografiamos los productos.
Para nosotros era un buen inicio, sin embargo, olvidamos el famoso concepto de negocios que dice: “Primero pregunta al cliente, luego creas estrategias”.
Nuestro primer error fue precisamente ese, asumimos que si un cliente utilizaba WhatsApp era suficiente razón para creer que nos funcionaria para nuestros procesos de comunicación.
El resultado fue que los dispositivos de los clientes se sobrecargaban de imágenes hasta el punto que algunos clientes pedían que no se les enviara información.
Buscamos resolver el problema creando catálogos en PDF. Resolvimos el conflicto del cliente, pero ahora el problema era interno, ya que era complicado actualizar el catálogo, debíamos de actualizar constantemente y muchas veces perdíamos de vista la versión más actualizada, sin embargo, logramos resolver con mejores procesos de comunicación interna.
Los pedidos comenzaron a fluir, pero era bastante laborioso agruparlos. La información estaba dispersa, cada cliente tenía una manera particular de hacer pedidos, algunos dejaban notas de voz, otros escribían en algún papel y enviaban una foto, otros hacían screenshot al catálogo y algunos, más sofisticados, enviaban un archivo de Excel, esto implicaba un desafío, ya que teníamos información dispersa y debíamos entender la manera que cada quien hacia sus pedidos.
Esto nos presentó el segundo gran desafío, ¿Cómo hacemos para agrupar productos, clientes y colaboradores?
Sin miedo al éxito
Después de analizar el problema, buscamos soluciones y decidimos que la mejor alternativa era montar un e-commerce. La emoción de alcanzar el éxito duro hasta el momento en que toco decidir la plataforma a utilizar, nos llenamos de tanta información confusa que no sabíamos que elegir. Después de analizar factores como costo, facilidad de uso y escalabilidad por mencionar algunos, decidimos por WordPress y Woocommerce.
En nuestro segmento de mercado el pico más alto de venta es febrero, sin embargo, para nosotros como fabricantes el pico de venta es diciembre y enero, ya que debemos surtir a todos nuestros clientes, por lo que, anticipándonos a esto, iniciamos el proceso del sitio web unos meses antes. La cantidad de trabajo y el desconocimiento de la magnitud del proyecto fue tal que llegó diciembre y no estábamos listos, estrenamos año y aún no salíamos y finalmente perdimos la temporada de febrero.
Esto fue un fuerte golpe a nuestro negocio, ya que 25% de nuestra facturación anual se logra en una sola temporada, sin embargo, no podíamos dar paso atrás, así que continuamos el proceso, aprendimos y avanzamos hasta tener un sitio web aceptable y funcional.
Le interesará leer
La prueba de fuego
Llego el 2020 y, sin pedirlo, el covid-19 puso a prueba todo aquello que veníamos construyendo.
Es triste decirlo, pero la venta de regalos en temporada día del padre, nunca ha tenido impacto en nuestro flujo de ventas, sin embargo, algo sucedió en 2020, quizá el distanciamiento social o una transformación mágica del consumidor, pero ese año la temporada del día del padre fue nuestro segundo pico de ventas más alto.
A pesar de no tener punto de venta, del toque de queda y distanciamiento social, las ventas comenzaron a fluir. ¿Adivina quién fue el actor principal de esta etapa? ¡¡¡Acertaste!! El sitio web que habíamos construido se convirtió en el eje principal de nuestra empresa.
La pandemia vino a cambiar la manera en que las personas consumen, los canales digitales tomaron fuerza y nosotros pudimos aprovechar ese impulso. Por supuesto no fue casualidad, fue el resultado de una transformación que se venía trabajando. La tecnología no es mágica, simplemente es un acelerador, no el impulso.
¿Debo implementar una transformación digital en mi empresa? La respuesta inmediata es: no necesariamente, pero la respuesta estrategia es “sí”, siempre y cuando quieras que tu empresa se mantenga vigente.
Como empresarios debemos saber diferenciar entre lo inmediatamente rentable y lo estratégicamente correcto. Transformar digitalmente nuestra empresa definitivamente será un desafío, tendrá un costo inmediato y una curva de aprendizaje que tomara tiempo, sin embargo, es el ticket de ingreso a los mercados del futuro. Hoy podemos evadir la transformación digital con cualquier argumento, sin embargo, el costo real lo pagará tu empresa al no poder operar en la dinámica de negocios de los próximos años.
***
Henry Emanuel Vicente Pérez | correo: henry@emprende502.com | sitios web: www.emprende502.com y www.henryvicente.com