Esa es una de las conclusiones del informe “Perspectivas económicas de América Latina 2017”, presentado este lunes en la Casa de América de Madrid, donde se señaló a la informalidad laboral, las malas perspectivas macroeconómicas y la falta de acceso a programas de capacitación como los principales retos para este colectivo.
“Hay mucho que ganar empoderando a los jóvenes. Si pasan del sector informal al formal y empiezan a trabajar esto subiría en un 3% o 4% el producto interior bruto (PIB) promedio de la región”.
Según el economista jefe para América Latina de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Melguizo, la informalidad en el mercado laboral es “una trampa que dura y afecta en el tiempo”.
El documento, elaborado por la OCDE con el apoyo de la CAF y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), señala algunas medidas para “ofrecer mejores oportunidades de inserción social y laboral para los jóvenes”.
Melguizo propone educar a la juventud en el emprendimiento para evitar el desempleo ya que, según afirma, “los jóvenes emprendedores actuales tienen poco recorrido y están poco conectados” entre sí.
Según el informe, los nuevos programas de capacitación deben mirar al futuro desde tres perspectivas, “el empleo, la política y las ciudades”, ámbitos de los que en la actualidad, “están desvinculados”.