En los primeros seis meses del año, el flujo de divisas por remesas familiares sumó US$8 mil 711 millones (Q67 mil millones) con una tasa de crecimiento del 25% con respecto al mismo periodo del año pasado (US$6 mil 966 millones).
Esa variación porcentual, significa que se han captado US$1 mil 745 millones adicionales que los migrantes han enviado a sus familiares para atender sus necesidades en Guatemala.
Solo en junio, el ingreso alcanzó otra cifra histórica, con US$1 mil 666 millones (unos Q12 mil 828 millones) dinero que se inyecta a la economía y que se destina para el consumo, principalmente del hogar.
Más de un millardo mensual
Al analizar el comportamiento en los últimos 18 meses, a partir de marzo del 2021 se empezó a observar una tendencia en el flujo mensual, pues superaba los US$1 mil millones, rompiendo el patrón de los últimos cinco años. Es decir, en 16 meses continuos, las transferencias sobrepasan los US$1 mil millones por mes, que benefician a más de 6.2 millones de personas, lo que pudo aumentar en un millón como consecuencia de la pandemia.
Por ejemplo, en el primer semestre, el promedio de ingreso mensual fue de US$1 mil 451 millones versus los US$1 mil 161 millones del año pasado.
Sobre el tema, José Alfredo Blanco Valdés vicepresidente de la Junta Monetaria (JM) y del Banco de Guatemala (Banguat), expuso el pasado jueves 7 de julio ante un grupo de industriales que, en el 2022, el flujo de divisas por remesas se mantendrá positivo, a pesar del contexto internacional adverso.
Las proyecciones de cierre indican que habrá una tasa de crecimiento del 15% respecto al 2021, cuando se contabilizaron US$15 mil 295 millones, por lo que la cifra alcanzaría los US$17 mil 590 millones.
Por el momento, la tasa de desempleo en los EE. UU., está rondando el 4%, y hay un escenario de posible desaceleración (menor ritmo de crecimiento), pero el indicador se mantendrá con crecimiento, expresó el funcionario. “Los migrantes guatemaltecos tienen una característica y es que envían constantemente dinero a sus familiares para mantenerlos”, declaró.
Y al presentar el escenario de crecimiento de la economía de EE. UU., que fue ajustada a la baja (de 3.2% a 2.7%) el indicador sigue siendo positivo, por lo que descartó algún efecto negativo en el envío de las remesas.
A diferencia de hace unos diez años, cuando casi el 100% de esos recursos se consumía, en la actualidad ya se reserva una parte para construcción, ahorro e inversión, se indicó.
Efecto inflación y ahorros
El economista Juan Alberto González Jacobo, experto en temas territoriales, mencionó que la tasa de inflación que registra actualmente EE. UU., (8.58% a mayo) está impactando a los migrantes, en rubros como alimentación, vivienda y transporte, en el sentido que están destinando más recursos para atender sus necesidades, afectadas por los altos precios, pero hacen los esfuerzos necesarios por enviar la misma cantidad de dinero a sus familiares en Guatemala.
Aclaró que una de las características es que también hay una mejora en sus ingresos, lo que compensa en parte la pérdida de su valor adquisitivo.
El activista Juan Carlos Pocasangre, presidente de la organización guatemaltecos en Nueva York, contó que ha comprobado que los migrantes están adoptando medidas de ahorro que van desde gastos en alquileres (que es mucho más alto en ese estado), transporte (compra de gasolina) y alimentación, en el sentido que se han puesto de acuerdo o agrupado para lograr ahorros sustanciales.
El principal impacto para los bolsillos de los migrantes está en la gasolina, ya que no se habían observado precios tan altos (US$5 por galón). A lo que González Jacobo añade que los connacionales están conscientes de que en Guatemala también hay inflación, por lo que mantienen sus transferencias monetarias.
Según datos de la banca central, las remesas familiares representarán 18% del producto interno bruto (PIB) este, por lo que ya se convirtieron en un pilar de la economía nacional.
Más comercio exterior
Por otro lado, la banca central actualizó a mayo las cifras de comercio exterior: las exportaciones crecieron 24.8% y las importaciones, 34.7%.
Las ventas al exterior sumaron US$6 mil 770 millones y es mayor en los US$1 mil 347 millones reportados al mismo periodo del año pasado, cuando se ubicaron en US$5 mil 423 millones.
De los 25 productos principales de exportación, los artículos de vestuario lideran la lista con US$773 millones, con un crecimiento del 30%; café, US$618 millones (43.5%); grasas y aceites comestibles, US$454 millones (63.7%); azúcar, US$443 millones (40%); y banano, US$400 millones (20.7%).
A Estados Unidos se destinaron US$2 mil 207 millones (32.6%); Centroamérica, US$2 mil 104 millones (31.11%); la Eurozona, US$694 millones (10.2%); México, US$275 millones (4.1%); y Panamá, US$128 millones (1.9%).
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Respecto a las importaciones, el monto total se situó en US$13 mil 275.9 millones, mayor en US$3 mil 422 millones (34.7%) respecto a mayo 2021 (US$8 mil 853.9 millones).
El aumento en las importaciones estuvo influenciado principalmente por la variación positiva observada en materias primas y productos intermedios para la industria con un aumento de US$1 mil 310.1 millones (45.6%) así como en combustibles y lubricantes, con un incremento de US$930.2 millones (64.1%).
Las importaciones provinieron principalmente de Estados Unidos, con US$4 mil 760.7 millones (35.9%); República Popular China con US$1 mil 759.6 millones (13.3%); Centroamérica, con US$1 mil 517.4 millones (11.4%); México con US$1 mil 444 millones (10.9%); y la Eurozona, con US$801.6 millones (6%); países y regiones que en conjunto representaron el 77.5% del total, afirma la banca central.
