Gracias a la economía del conocimiento, el término emprendedor tiene una revaloración, ya que en cualquier momento una persona puede convertirse en millonaria con una idea innovadora, un producto o un servicio de calidad.
El modelo tradicional de innovación ha dejado de ser el único camino para buscar el éxito, pues si no buscamos cambiar las reglas del juego de nuestras actividades respondemos a una lenta evolución y, por lo tanto, morimos en el intento. El éxito de la disrupción se manifiesta por el enorme nivel de satisfacción que, como emprendedoras, producimos en el consumidor que hoy vive inmerso en la era digital.
La disrupción se ha transformado en el lenguaje principal de los negocios y es muy fácil de entender haciéndonos la siguiente pregunta: ¿estás interesada en crear un cambio en tu emprendimiento, reinventar y sorprender al mercado? Si la respuesta es positiva, somos disruptivas. Recordemos que tu negocio crecerá el día en que las actividades que realizas se hagan de manera diferente.
Está comprobado que el estancamiento de muchos de los negocios tiene que ver más con la lectura incorrecta de las tendencias, que por los factores económicos que se viven en el país, tomando en cuenta que la tecnología se ha transformado en la fuente principal en esta era digitalizada.
Como emprendedoras, debemos tener siempre la mente abierta y cazar problemas para convertirlos en soluciones y satisfacer un nicho de mercado abandonado, ya que no solo competimos con empresas transnacionales, sino con emprendedores que se sitúan al lado nuestro y muchos jóvenes universitarios creando modelos de negocio que los grandes tiburones ni se imaginan.
La agresividad de la competencia es alta y con hambre de triunfar; los mercados se reinventan con negocios que surgen en un café o en la sala de una casa con amigos que se vuelven socios, y la tecnología digital ahora proyecta costos bajos y un alto valor hacia el consumidor.
Emprendedoras: si no sabemos integrar la tecnología a nuestros emprendimientos y en la gestión del negocio, nos tendremos que conformar con las migajas que nos deje el mercado. ¿Deseamos continuar con el crecimiento natural o ya es hora de dar el gran salto?
Alguien dijo una vez: “¡No nos limitemos a interpretar el mundo, concentrémonos en transformarlo!” Y esto aplica en el ámbito del emprendimiento también, cuestionemos nuestras creencias y nuestros procesos ya que de esta manera podremos entrar en un mundo de posibilidades infinitas que podremos convertir en oportunidades, crear valores únicos rompiendo paradigmas.
La mente disruptiva debe de asumir riesgos, las verdaderas empresarias no tienen una información clara y certera cuando deciden tomar un nuevo rumbo empresarial, simplemente se tiran al agua y asumen el riesgo, ¿suena aterrador cierto? Pero es aún más aterrador quedarse estancada observando como las oportunidades pasan frente a nuestros ojos.
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La autora es directora de Wonder Woman Guatemala. andrea@wonderwomanguatemala.gt