Economía

La economía guatemalteca está muy bien, pero debe anticiparse y superar a varios riesgos, advierte el FMI

La economía mundial pasa por una desaceleración del crecimiento que también podría alcanzar a Guatemala, por lo que todos los sectores deben tomar las previsiones del caso.

Inflación importada en Guatemala

Los precios de los combustibles han influido en el comportamiento inflacionario en Guatemala, declaró Emilio Fernández-Corugedo, jefe de la misión del FMI en foro con Fundesa. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Aunque los indicadores de corto plazo se encuentran robustos y sanos, a excepción de la inflación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya prevé algunos efectos de la situación global sobre la economía guatemalteca, por lo que en octubre se revisarán de nuevo todas las variables con vistas al cierre del año

Emilio Fernández-Corugedo, jefe de la misión de ese organismo para Guatemala, participó en una presentación sobre ese informe con representantes de la Fundación para el Desarrollo (Fundesa) en la cual brindó una perspectiva sobre la revisión del Capítulo IV que se realizó a finales del primer trimestre de este año, en la que se destacó la resiliencia de la economía nacional y su capacidad de recuperación tras la pandemia.

Además, dio a conocer un mapa de riesgos para Guatemala en el que se destacan las dificultades de origen interno y externo que el país debe afrontar y superar para mantener la estabilidad macroeconómica y lograr el crecimiento económico esperado para este año.

El recuento

Fernández-Corugedo expuso que hay algunos riesgos a la baja (posibilidad de que disminuya el crecimiento económico respecto a lo esperado) que se han materializado y otros que se profundizan, sobre todo los externos.

Los tres riesgos con una probabilidad alta, pero con un impacto medio son: la escalada de sanciones y otras interrupciones debido al conflicto en Ucrania; aumento y volatilidad en los precios de los alimentos y energía; así como las tensiones geopolíticas y desglobalización.

En tanto que se coloca el riesgo de desanclaje de expectativas de inflación en países avanzados, como una posibilidad de impacto alto.

“Estamos observando que muchos de estos riesgos se han materializado y otros se están profundizando. También que el conflicto se está extendiendo y que ha habido un incremento sustancial de precios para los alimentos, los combustibles y la energía, que también tiene impactos en Guatemala”, recalcó.

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El jefe de misión reiteró que se está presentando una desaceleración económica en Estados Unidos y aunque todavía no se puede hablar de una recesión, con resultados del segundo trimestre, se está demostrando se hay una contracción. Lo mismo está ocurriendo en la economía europea, así como en China, lo que tendrá consecuencias para la economía mundial.

En cuanto a los riesgos internos, mencionó la posibilidad de un descontento social como consecuencia del encarecimiento de vida, a pesar de apoyos sociales como los subsidios, por lo que se sugirió prudencia al momento de retirarlos.

También mencionó la inestabilidad política; una mayor frecuencia y severidad de los desastres naturales; bajos ingresos fiscales en relación con la inversión pública que necesita el país; y el deterioro de la calidad de la cartera de créditos (incremento de la morosidad).

Por lo tanto, el FMI recomendó velar para que no empeore la pobreza y la desigualdad, impulsando los programas de protección social y la movilización de ingresos, aparte de impulsar reformas para mejorar el clima de inversiones, para retener el talento y capitalizar el bono demográfico (alta proporción de la población en edad productiva).

“La economía de Guatemala está muy bien posicionada para enfrentar estos riesgos, que son fuertes, y hemos visto que ya se ha empezado a responder”, indicó Fernandez-Corugedo, al resaltar el papel que han jugado en ello el ingreso de las remesas familiares y la recuperación de las exportaciones del 2020 al 2021.

 

Inflación fuera de la meta

No obstante, uno de los aspectos destacados en el foro fue que cuando se elaboró el informe, ya había indicios de una tendencia inflacionaria, lo que luego se confirmó y hasta observar incrementos importantes en los últimos meses (en junio el ritmo inflacionario se situó en 7.55%).

Ello implica una diferencia superior al 100% en comparación de mayo, cuando se revisó el indicador y se encontraba en alrededor del 3%. “Hemos observado un incremento bastante significativo de la inflación y está un poco más fuerte de lo esperado; como lo ha referido el Banco de Guatemala, está bastante relacionada con el costo de los combustibles y alimentos; o sea, tiene un alto componente importado”, subrayó.

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Prensa Libre publicó esta semana una entrevista con Sergio Recinos presidente del banco central, en la cual expuso que al igual que otras economías, Guatemala estaría cerrando con una inflación alta, como producto de los efectos internacionales, y las previsiones indican que podría ubicarse en alrededor del 6%.

En todo caso, el jefe de misión reconoció que las metas de las expectativas de la inflación en los últimos dos años se mantienen “bien ancladas”, y la inflación importada se ha incrementado en los últimos meses.

Entre los componentes que explican el comportamiento de este indicador, mencionó los precios de los alimentos para cuyo proceso se requiere de trigo, maíz y otros insumos provenientes de Rusia y Ucrania, aparte de los fertilizantes, cuyos precios hacen prever una cosecha menor a la esperada.

Y aclaró que, si bien la inflación ha subido en los últimos meses, está mejor contenida que en otros países de la región.

 

 

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