Esa variación significó una tasa de crecimiento del 30.2%, y en promedio, cada día del mes entraron US$38 millones.
Estacionalmente, cada inicio de año se registra una leve reducción, luego de crecimientos lineales en diciembre, que es la mejor temporada por las fiestas de fin de año. Sin embargo, ahora el indicador mostró dinamismo. De enero del 2017 a enero del 2021, el crecimiento de las remesas familiares permaneció en un rango del 8%, según el historial.
Participación en el PIB
El Banguat oficializó que las remesas en 2021 representaron 17.8 como porcentaje del producto interno bruto (PIB), y el indicador es mayor al 14.6% del 2020, períodos en los cuales se presentaron los efectos de la pandemia a escala global.
El año pasado se percibieron US$15 mil 295 millones —Q117 mil 771 millones—, en divisas por remesas lo que significó un crecimiento del 34.9% que, en términos absolutos, representó US$3 mil 955 millones más.
“Las remesas han registrado un crecimiento acelerado en la última década, pero principalmente entre 2015 y 2019, así como en 2021, cuando en promedio han aumentado a un ritmo de 16.9%. En términos del PIB, las remesas han incrementado su participación a lo largo del tiempo, pasando de 9.2% en 2011 a 14.6% en 2020”, expone el informe de evaluación de la Política Monetaria, Cambiaria y Crediticia.
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Una investigación de Prensa Libre publicada en enero pasado reveló que siete departamentos concentraron el 54% de las remesas, por un monto aproximado de Q64 mil millones. Estos son Guatemala, Huehuetenango, San Marcos, Quetzaltenango, Petén, Alta Verapaz y Quiché.
El principal uso de las remesas es el gasto en el consumo cotidiano, para atender las necesidades básicas insatisfechas que no han sido cubiertas con ingresos locales lo que genera una mejora en la calidad de vida de las familias.
Para 2022, se proyectan ingresos por US$16 mil 978 millones por este concepto, con una tasa de crecimiento de 9.5% a 12.5%, según la banca central.
