De acuerdo la institución, el 41.1% de la recaudación registrada al 30 de noviembre corresponde a comercio al por mayor y al por menor; el 20.5%, a industrias manufactureras; el 7.9% lo aportan las actividades financieras y de seguros; el 2.9%, las actividades profesionales, científicas y técnicas; el 4.5% proviene de actividades económicas de información y comunicación; el 4.2% de servicios administrativos y de apoyo; y el 18.9% restante, de otras actividades afectas.
Erick Echeverría, gerente de Gobernanza de Datos de la SAT, explicó en conferencia de prensa que entre los principales factores que determinaron el desempeño de la recaudación está la implementación de la Factura Electrónica en Línea (FEL), que a la fecha ya utiliza el 99.89% de contribuyentes del régimen general del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Además, la FEL ha contribuido a la reducción del incumplimiento del pago del IVA, que en 2020 se ubicó en 24.8%, equivalente a Q9 mil 168.1 millones, y en 2021 bajó a 18% (Q7 mil 840.3 millones). Por otro lado, se aplicaron medidas como la construcción de potenciales de recaudación a través del uso de información de comercio exterior, integración de sistemas inteligentes, control a 6 mil 10 contribuyente priorizados; el fortalecimiento del análisis sectorial y control de uso indebido de exenciones del IVA, entre otras.
“Lo más importante son los cambios estructurales de la SAT, tanto en los sistemas de recaudación y fiscalización, como en aduanas. Hay nuevas unidades de inteligencia de fiscalización que usan toda la información disponible y por el lado de la Intendencia de Recaudación tenemos nuevas herramientas control, mientras que en aduana hemos implementado marchamos electrónicos, escáner en todos los puertos y un nuevo sistema de duda razonable”, dijo el superintendente Marco Livio Díaz.
¿Y el componente de precios?
Analistas consultados consideran que ese desempeño es positivo, pero también tiene qué ver con los efectos del alza generalizada de precios (inflación), principalmente en lo referente al Impuesto sobre la Renta (ISR) del régimen simplificado y el IVA doméstico.
“En términos generales, gran parte de la recaudación depende de la cantidad de artículos comprados y vendidos y el precio de estos. El encarecimiento de los bienes y servicios impactó en la recaudación de aquellos impuestos cuya base tributaria depende del monto de las
transacciones. El problema es que cada impuesto se ve afectado de forma distinta”, dijo Hugo Maúl, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).
Basado en los datos del Banco de Guatemala (Banguat) que señalan un crecimiento del PIB real del 4% para 2022 respecto al 2021, y una inflación cercana al 9%, el investigador del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) Ricardo Barrientos dijo que, a grandes rasgos y si en teoría la recaudación no se ve afectada por factores externos como los precios, la recaudación debería crecer un 13%. A partir de eso, se puede analizar cuánto del aumento de cada impuesto está asociado a la inflación.
Y explicó que con base en datos del Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin) al 30 de noviembre, el ISR reporta un aumento de 18.2%. En este caso, el componente del régimen de empresas (ISR anual), refleja el comportamiento de la actividad económica, puesto que recoge declaraciones de 2021, mientras que el componente de inflación entra en la parte del régimen simplificado (ISR mensual).
A su criterio, la recaudación que presenta un mayor efecto de precios es la del IVA doméstico que, según el Minfin, a la fecha indicada tuvo un aumento del 9.9%. “Prácticamente, lo que está recaudando la SAT es lo que equivale a la inflación”, añadió. Sin embargo, consideró que la SAT ha tenido éxito en el IVA de importaciones, lo cual refleja su trabajo en materia de factura electrónica y control en aduanas.
Por su parte, Díaz indicó que, aunque el componente de precios influye en cierta medida en el cobro tributario, es importante reconocer que los niveles inflacionarios no han sido los mismos al inicio y a finales del año, por lo que sigue siendo más importante el fortalecimiento de las capacidades de la SAT y la aplicación de 30 sistemas y herramientas de facilitación y control; así como las nuevas estrategias de recaudación y fiscalización.
