“Es el momento de decirles a los agricultures, a los gobiernos y a los ministerios de Agricultura, preparémonos con herramientas biológicas y agroecológicas”, dijo a la AFP el director regional de Sanidad Vegetal de Oirsa, el mexicano Carlos Urías.
La entidad advirtió sobre “el peligro” para los cultivos desde el sur de México hasta Nicaragua por la presencia de la Langosta Centroamericana (Schistocerca piceifrons piceifrons) y el Chapulín Gigante (Tropidacris Cristata dux)”.
Según Urías, han detectado brotes de langostas en Yucatán, México; en Guatemala en el volcán Las Víboras y en el departamento de Petén; y en el centro de El Salvador.
En Nicaragua hay presencia de langosta en Managua, León y Masaya, pero ese país dispone de una “estrategia de control” que “reduce el riesgo desde la primera generación”, detalló el funcionario.
En Honduras se reporta un brote de “chapulín gigante” en el departamento de Olancho, al noreste de Tegucigalpa.
En un comunicado, Oirsa instó a los países implicados “otorgar la máxima atención sobre el desarrollo que la plaga“.
La sequía que prevaleció en los primeros cinco meses de 2024 en la región y luego con “la alta precipitación” se crearon las condiciones “ecológicas” para el desarrollo de los ortópteros, precisó el ente especializado.
La Langosta Centroamericana ataca cultivos de granos básicos y a unas 400 especies de plantas.
Las llamadas mangas del insecto herbívoro tienen la capacidad de migrar más de 150 kilómetros diarios.
Los países centroaméricanos, con cerca de 50 millones de habitantes en 520 mil 000 km2, desde hace décadas han sufrido graves daños económicos por la invasiones de langostas, recordó Urías.
Cómo es la langosta centroamericana