Durante el primer trimestre de 2022, la IED a Guatemala fue de US$303.9 millones; en el segundo, U$331.8 millones; en el tercero llegó a US$357.3 millones, y en el cuarto fue de US$359.4 millones. La tendencia de la composición de este indicador se mantuvo durante el año, donde la reinversión de utilidades fue el monto mayor en cada período.
En ese mismo orden cronológico, la reinversión de utilidades sumó US$251.1 millones; US$234.2 millones; US$341.5 millones; y US$306.4 millones, respectivamente. En tanto, los instrumentos de deuda totalizaron US$51.6 millones; US$81.2 millones; US$12.3 millones y US$20.9 millones.
Consultados sobre el particular, Fernando Spross, analista de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), y Ricardo Rodríguez, investigador de Central American Business Intelligence (CABI) coincidieron en que la reinversión de ganancias no es mala, pues aunque no implica una inversión inicial, sí significa un destino importante de recursos para la expansión de una firma ya establecida, lo cual es igualmente significativo para el país.
Además, indicaron que la reinversión significa que las empresas ya ubicadas en Guatemala están percibiendo el potencial del país y deciden inyectar más capital a sus operaciones.
Hay potencial desperdiciado
En cuanto al monto de la IED nueva, Spross comentó que si se compara con otros países, Guatemala aún tiene muchas oportunidades para atraer recursos. No obstante, algunos aspectos que limitan esa posibilidad es que aún falta infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria de calidad; la certeza jurídica es cuestionable; y debe mejorar la institucionalidad del país.
“Recordemos que la decisión de invertir en un país no depende únicamente de un factor (como podría ser los costos de financiamiento), sino de una serie de elementos”.
Rodríguez añadió que para lograr que más empresas se instalen en el país, se requerirán esfuerzos mayores para que los inversionistas no vean a Guatemala solamente como un lugar atractivo, sino que la mejor opción. Pero eso pasaría por elevar las condiciones de competitividad como los mencionados anteriormente, aparte de fortalecer las capacidades del talento humano local.
El otro aspecto a considerar es que las empresas nuevas que vienen al país, en muchos casos no invierten directamente todo lo que tienen planeado. El ejemplo reciente es el de la empresa japonesa-americana que se estableció en San Marcos y que tiene planes a mediano plazo en el país, pero su inversión inicial es relativamente modesta (unos US$10 millones). Luego, según lo anunciado, se irá viendo la inyección de recursos.
Menos fondos para manufactura
José Luis Moreira, economista del Consejo Nacional Empresarial (CNE), cuestionó el tema, indicando que “algo que no se dice a menudo en Guatemala es que no toda la IED tiene el mismo potencial transformador y tampoco toda es positiva, pues por ejemplo, está el tema de la minería y la conflictividad social que produce, los pocos empleos que genera y la destrucción ambiental”, indicó.
A su criterio, la IED que le importa a Guatemala en este momento político y económico específico es la que se requiere en manufactura, porque lo que necesita el país es empleo y las verdaderas inversiones que tienen potencial de generar muchísimo trabajo son las relacionadas con la fabricación/transformación de bienes”.
Consideró que 2022 fue uno de los peores años en IED en manufactura, tanto en términos absolutos como relativos. “Una noticia triste para el país, pues sólo el empleo frena la migración”, reiteró.
- Según los registros del Banguat, antes de la pandemia, en 2018, la IED en el sector de manufacturas fue de US$273.9 millones; en 2019 sumó US$227 millones; en 2020, US$263.1 millones; en 2021, US$284.9; y en 2022 bajó a US$157.4 millones.
Al respecto, Alejandro Ceballos, vicepresidente de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex), adscrita a la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), el mal desempeño en el sector manufacturero está relacionado con el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos. “De tener una tasa 0 pasamos a 10% o 12% y eso tiene al mercado detenido y a las inversiones, en espera”, opinó.
Al subir la tasa de interés líder, las tasas para préstamos y para financiar la compra de inventarios también sube, como lo hacen los intereses que cobran las cadenas a los clientes por el adelanto que dan garantizar los pedidos. Todo eso detiene las inversiones porque el flujo de inventarios no puede ser tan grande, explicó.
“Nosotros estamos atendiendo varios inversionistas (más de 10) que buscan incluso invertir en confección que es algo que no sucedía hace muchos años. Lo que nos preocupa es la débil y abandonada infraestructura que no aguanta con más crecimiento y que ya es un retraso en el desempeño de las actuales cifras de comercio local y de exportación. La perspectiva es volver a los números del 2021 y eso nos mantiene con el porcentaje de mercado que logramos postpandemia”, concluyó.
Qué hacer para atraer recursos
¿Qué se debe hacer para que aumente la atracción de capital fresco? De acuerdo con Spross, el país debe aumentar la formación bruta de capital fijo (inversión y ahorro), ya que en la actualidad cuenta con una de las más bajas de la región y es solo de 16% del producto interno bruto (PIB), mientras que el promedio para países de Latinoamérica y el Caribe es de alrededor del 20% del PIB y a nivel mundial es del 24%.
Ambos analistas señalan que debe existir un aumento de la inversión en diferentes ámbitos, pero principalmente en la red vial, puertos y aeropuertos, así como en cárceles, hospitales y escuelas.
Mientras que, por el lado del capital humano, se reconoce que debe mejorarse el nivel de inglés, la programación informática, las matemáticas y otras áreas científicas, para que los jóvenes puedan atender los requerimientos de las empresas y aspirar a mejores remuneraciones.
Respecto a la certeza jurídica, claramente Guatemala tiene que seguir avanzando en mejores procesos hacia la transparencia, la calidad del gasto público y la digitalización de los servicios públicos.
¿Exceso de entusiasmo o error metodológico?
El 11 de octubre de 2022, Janio Rosales, titular del Ministerio de Economía (Mineco), informó que el gobierno había superado la meta de atracción de IED para ese año, de US$1 mil 500 millones y que a esa fecha, ya se registraban US$1 mil 631.94 millones, por lo que para finales del año podría llegar a US$2 mil millones.
Al ser consultado respecto a la diferencia entre las cifras del Mineco y el Banguat, Rosales expuso que el Programa Nacional de Competitividad (Pronacom) lleva registro de lo que en la jerga económica se conoce como atracción de inversiones. Es decir, el monto que una empresa extranjera está dispuesta a invertir en el país, lo cual proviene de los esfuerzos que esa cartera realiza para comprometer dicha inversión. Mientras que el Banguat registra la inversión que efectivamente ingresa al país.
“Esto quiere decir, por ejemplo, que en 2022 se atrajo inversión por US$1 mil 500 millones, pero de forma efectiva, ingresaron solo US$1 mil 352 millones. En ese sentido, para el 2022 se estableció la meta de US$1 mil 500 millones de potencial de IED, la cual se consolida a través del acompañamiento personalizado que se les brinda a las empresas de capital extranjero, quienes confirman la intención de invertir en el país.
Sin embargo, por los procesos administrativos, legales e internos de cada empresa, los tiempos de instalación de las diversas compañías no siempre suceden en el año calendario en que nos encontramos. Por ello, este total refleja las inversiones que, si bien hemos atendido, ya se encuentran operando en el país”, reiteró.
El analista Moreira replicó que esas diferencias lo que muestran es un error metodológico “porque entidades como el Mineco, usualmente contabilizan como efectuados, los proyectos anunciados. Es decir, los números que les dicen los inversionistas internacionales que van a invertir y no lo que verdaderamente ingresa”.
Y reforzó con que la Sexta edición del Manual de Balanza de Pagos y Posición de Inversión Internacional del Fondo Monetario Internacional (FMI), indica que el dinero tiene que entrar la economía nacional para ser contabilizado como inversión.
También señala que la reinversión de utilidades “en realidad es una noción contable de la IED”, ya que según el mismo manual del FMI, tiene que ser contabilizado en este indicador porque los dueños de esos dividendos que todavía siguen en Guatemala, son extranjeros.
“Pero lo que verdaderamente te dice si el clima de negocios en Guatemala ha mejorado o no, son los nuevos flujos de recursos y desde el 2015, estos han sido bastante irrelevantes”. reiteró Moreira.
Principales inversiones
- Según los datos del Banguat, en el 2022 las inversiones prevenientes de Estados Unidos sumaron US$261.3 millones; de Colombia, US$254.2 millones; de Luxemburgo fueron US$221.1 millones; Centroamérica y República Dominicana, US$211.8 millones; y de México, US$193.4 millones.
- Los sectores que más representaron IED fueron comercio y reparación de vehículos (US$388.8 millones); actividades financieras y de seguros (US$266.8 millones); información y comunicaciones (US$255.5 millones); e industrias manufactureras (US$157.4 millones).
- Algunos casos de éxito de inversiones nuevas durante el 2022, son los de la empresa Yazaki en San Marcos, y en cuanto a las reinversiones, está Coca Cola FEMSA, que inauguró un nuevo centro de distribución en Chimaltenango.
- La meta establecida por el Mineco para el 2023 es de US$1 mil 700 millones en nuevas inversiones y reinversiones, para lo que se implementa la estrategia “Guatemala para el Mundo–Despegue de la Economía 2023”.
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