En Guatemala estos dispositivos electrónicos aparecieron a finales del 2009 y fue el Banco Industrial el primero de las instituciones bancarias que ofreció el servicio a sus cuenta habientes.
En la actualidad son pocos los bancos que ya emplean este dispositivo; entre ellos están el Banco Industrial, el Banco Agromercantil, el Banco de América Central, Ficohsa Guatemala, Citi y el G&T Continental.
Javier Ramírez, sub gerente de banca moderna de Banco Industrial, explicó que en el mercado guatemalteco coexisten básicamente en dos modalidades, la primera que fue la del “hard Token” que es similar a un dispositivo USB en cuanto a la forma.
Pero también la más reciente es la conocida como “soft token” que es una aplicación que se puede instalar en teléfonos inteligentes, laptops o computadoras de escritorio.
Además de los anteriores también se conocen productos como la tarjeta de coordenadas o la identificación por medio de una imagen que también se convierten en segundos factores para poder ingresar a una cuenta después de que el usuario ingresó su “pasword” y código personal.
En el caso del token físico, el mismo está sincronizado con el servidor del banco y el usuario puede ingresar a su cuenta sin necesidad de memorizar una clave porque el dispositivo le brinda una cada 10 o 15 segundos.
Aplicación
Paola Rossi, directora de canales electrónicos de banco G&T Continental refiere que en el caso del “Soft Token” la validación se hace por mensaje de texto, lo que brinda seguridad adicional pues el teléfono ya es por si mismo una garantía.
Rossi agrega que en el momento en que se pierda el teléfono o que el mismo sea robado o sustraído, no constituye un inconveniente porque el cliente también puede cambiarse el número del mismo.
Según la ejecutiva, no obstante lo sencillo y amigable es que el uso del token y el éxito que ha tenido , el perfil general del cliente en Guatemala todavía manifiesta precaución e incluso algunos de ellos aún tienen temor de emplear hasta tarjetas de débito, por ejemplo .
Rodrigo Malcapín Martínez, del departamento de mercadeo de BAM, asegura que las transacciones se hacen más fáciles.
Según explica, con el token el usuario puede realizar transacciones en línea como traslados de efectivo a otras cuentas del mismo banco o de otra institución.
También es posible realizar pagos a proveedores directamente a sus cuentas bancarias o bien, autorizar el traslado de cuentas para planillas de empleados y pagar impuestos vía electrónica a cualquier hora del día.
Con el avance de la tecnología los tokens físicos han bajado de precio y de valores de entre US$150 o US$200, han pasado a costar en promedio US$20, en el caso de las aplicaciones, solo es necesario descargarlas. En cuanto al servicio, el costo del mismo varía entre cada banco y va desde lo gratuito hasta cobrar Q10 o Q15 por mes.