Economía

Líder ejecutivo con vocación de catador

Arturo Rodríguez guió la incursión de Café León al mercado gurmé.

La tostaduría de Café León creció con la idea de que los guatemaltecos pudieran degustar cafés de alta calidad y que no se fuera el producto al extranjero, con lo que se abrió mercado en ese nicho, refiere el director de la empresa, Arturo Rodríguez.

La tostaduría de Café León creció con la idea de que los guatemaltecos pudieran degustar cafés de alta calidad y que no se fuera el producto al extranjero, con lo que se abrió mercado en ese nicho, refiere el director de la empresa, Arturo Rodríguez.

Arturo Rodríguez, director de Café León, es parte de  la tercera generación de su familia a cargo de la empresa, que  en  2018  cumple 80 años.


Café León nació en 1938 y, según cuenta Rodríguez, su padre se hizo cargo de la empresa a partir de la década de 1970.

Rodríguez refiere que su historia dentro de la empresa empezó hace muchos años, ya que la tostaduría funcionaba en la parte de atrás de la casa de la familia y él se involucraba en las actividades porque le gustaba aprender.

Luego de graduarse de diversificado, estudió dos años en el extranjero y al regresar empezó a trabajar con su padre. “Empecé como empleado, a recibir café, tostar y hasta actividades administrativas”, recuerda.

Luego se convirtió en catador de Café León, actividad a la que aún se dedica, apoyado por Carlos Batz.

Actualmente catan diversidad de café, de regiones, de varias fincas y blend, pero se lanza al mercado hasta que se considera que el grano y el tueste es adecuado a la alta calidad que maneja la marca en el país.

La mayor parte de la producción se queda en el mercado local, como supermercados y restaurantes. Además, desde hace años su café se hace llegar al paladar de los guatemaltecos desde su tienda o coffe shop ubicada en el Centro Histórico, zona 1, tanto para consumir en el lugar como para llevar.

Arturo Rodríguez,

director de Café León


“Siempre formamos parte de la zona 1. La molienda, el empaque y la distribución estaban en la zona 1”, comenta Rodríguez, y señala que en 1980 la empresa se trasladó a la zona 12, y quedó solo la tienda de café en el centro capitalino.

Rodríguez sostiene que toda empresa familiar tiene altibajos, y aunque en épocas anteriores no había mucha separación entre lo familiar y lo laboral, han experimentado cambios, apoyados en conocimientos actualizados sobre el tema.

Las estrategias de ampliación del portafolio de productos y formas de distribución van de la mano del cambio del mercado del café, tanto nacional como internacional, así como el crecimiento de las exigencias del cliente, añade.

Una de las estrategias que impulsa el ejecutivo es escuchar y conocer el gusto del cliente. “La exigencia en el gusto de la gente nos ha hecho mejorar e ir a lugares y sabores que antes no había”, indica.

Parte de estos cambios es que en 1990 empezaron con Café León de regiones localmente.

Café León ha tenido logros con base al concepto de calidad consistente, que forma parte del decálogo de la empresa, comenta el ejecutivo. No se trata solo de buscar calidad en los productos, sino en las acciones, agrega.

La experiencia y el conocimiento deben ir combinados, aspecto que ha comprobado en la búsqueda de la mejor taza de café, indica Rodríguez, quien comparte que ha apoyado desde lo administrativo hasta la catación de la bebida, en la búsqueda de la mejor mezcla.


Rodríguez comenta que la Asociación Nacional del Café (Anacafé) había hecho un trabajo exitoso con producción según los microclimas, con características muy diferentes, pero la mayoría del producto era para exportación, por lo que la empresa consideró que los guatemaltecos también debían degustar esos cafés propios.

De esa cuenta fueron los primeros, según narra, que abrieron en el país ese mercado y empezaron a vender en forma masiva el café en su propia tienda, en la 8a. avenida, zona 1. Luego hicieron alianzas con supermercados de ese tiempo, como La Fragua.

Internacionalmente, el café de Guatemala tenía mucho renombre, pero en el país no se podía degustar, recuerda Rodríguez.

A veces, durante el desarrollo de estrategias hay comentarios que podrían botar ese impulso, pero si se tienen bien definidas las ideas y los retos, se debe continuar, sugiere el ejecutivo, quien refiere que al tomar ese nuevo nicho de mercado recibieron comentarios de empresarios que consideraban que su decisión podía afectar al sector porque se iba a volver muy exigente.

Sin embargo, Rodríguez cree que la idea tuvo un efecto positivo, por lo que la demanda ha crecido y la oferta cada vez es mejor.

La adaptación a los mercados también es necesaria. Ese aspecto lo aprendió de su padre, quien al adquirir la tostaduría fue incursionando en servicios nuevos.

Rodríguez recuerda que su padre salió a vender y a buscar compradores, a ofrecer el producto, y luego empezó a vender al crédito. Luego decidieron aprovechar el lugar del que ya disponían en la zona 1 para abrir el coffe shop, y eso “fue un experimento, ya que las personas estaban acostumbradas a que había cafeterías y restaurantes, pero no una tienda solo de café”, agrega.

Con cada paso, dice Rodríguez, ha recibido una gran lección, y aunque inicialmente lanzaron algunos proyectos sin hacer estudios de mercado, son exitosos.

El ejecutivo recalca que esos proyectos les han permitido ir aprendiendo lo que el consumidor quiere, y ahora recomienda también hacer ese tipo de estudios porque hay mucha más información y técnicas, además de que se deben tomar en cuenta los riesgos en los costos.

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