El FMI advierte que debido a la coyuntura migratoria en EE. UU., puede disminuir el flujo de remesas al país, ¿qué opina?
Como se ha observado en episodios anteriores cuando se ha endurecido la política migratoria de Estados Unidos, el flujo de remesas ha aumentado en lugar de disminuir y eso lo pudimos observar en el 2015 y 2017, cuando se aplicaron políticas de deportaciones selectivas.
Pero cuando se da una amenaza de deportación para los migrantes, lo que hacen es enviar más remesas de lo normal, con una forma de protegerse ante un posible regreso.
Entonces ¿no es una amenaza seria?
En el mediano plazo, vemos estable el ingreso de estos recursos, pero lógicamente estamos vigilando de una manera muy minuciosa lo que está pasando. En todo caso, de acuerdo con las proyecciones iniciales, se apunta a un crecimiento de 7% con relación al año anterior.
El FMI indica que las presiones inflacionarias son elevadas y persisten los riesgos, tanto externos como internos, ¿seguirán los aumentos a la tasa líder?
Las presiones inflacionarias externas comienzan a disminuir y en abril, la inflación en Estados Unidos fue de 4.94%, cuando estuvo en 8.7% hace algunos meses. En Guatemala, las presiones de inflación importada están disminuyendo y en un momento alcanzó 72% pero ahora está en 51%, y los incrementos de la Tasa de Interés de Política Monetaria están surtiendo efecto: la subimos de una manera gradual de 1.75% a 5%, que fue lo que se proyectó por parte de los cuerpos técnicos del banco central, y en marzo pasado vimos ese punto de inflexión a la baja. Lo que esperamos es que la inflación termine en 5% en 2023 y que se regrese a la línea central proyectada de 4%.
¿Qué podría esperarse en la próxima sesión de Junta Monetaria sobre la tasa líder?
Es un poco difícil decirlo, porque es una decisión que tiene mucha discusión y lo que hemos observado en Estados Unidos es que su inflación está lejos de la meta, aunque han dicho que realizarán una pausa en el sentido de evaluar si la tasa sube o baja. En el caso de Guatemala, la inflación viene para abajo, el precio del petróleo ha disminuido, pero no me animaría a decir lo que puede suceder en esa sesión, pero se está cumpliendo lo proyectado.
Una de las recomendaciones del FMI es la transferencia gradual de la gestión del riesgo de mercado al sector privado, lo que respaldará el papel del tipo de cambio como amortiguador ¿cómo se haría eso?
Este es un tema que genera mucha discusión; la recomendación del FMI ha sido que haya cierta flexibilidad en el tipo de cambio y nosotros hemos expresado estar de acuerdo. No obstante, el enfoque del Banco de Guatemala es que debe ser de una manera gradual.
El FMI estima que la participación de la banca central debería ser menor, pero le hemos explicado y comprobado que la regla de participación solo busca moderar la volatilidad del tipo de cambio y no modificar la tendencia de la variable.
La recomendación que hemos abordado con ellos es que en la actualidad no es factible, dado que en el país no existe el mecanismo de cobertura cambiaria y al no contar con ese instrumento, las empresas y los agentes económicos no pueden cubrir su tipo de cambio ante una volatilidad. Entonces, al flexibilizar la regla de participación, se pueden generar volatilidades más altas de las que hay actualmente.
¿Es un convencimiento?
Yo creo que más que convencer, el hecho es que la regla de participación se activa cuando el tipo de cambio varía más de 1.9%, por ejemplo. Actualmente la regla está funcionando y ellos tienen razón en cuanto a minimizar la participación del banco central, pero también debe ir de la mano con generar un mecanismo de coberturas cambiarias.
¿Por de pronto no habrá cambios a la política cambiaria?
No habrá ningún cambio, pero cada vez que ellos vienen a Guatemala (los técnicos del FMI) llevamos a cabo pláticas regulares y les brindamos retroalimentación sobre las decisiones que se han tomado.