Además, el flete terrestre se incrementó en aproximadamente 35%, y se debe a la mayor demanda provocada por la crisis que enfrenta el transporte marítimo y el incremento en los precios de la gasolina.
“Al final, nuestros costos se están incrementando, pero la reducción en las ventas nos impide incrementar precios. Sin embargo, esta situación no es sostenible en el largo plazo”, afirmó Carmen María Torrebiarte, presidenta de la gremial mencionada.
En opinión de Héctor Yumas, especialista en logística y comercio internacional, si un contenedor seco de 40 pies que ingresa de China ya alcanzó los US$65 mil, eso se traducirá en un incremento directo de 15% al consumidor final.
El escenario planteado obliga a mantener un mayor inventario para evitar posibles desabastecimientos que puedan interrumpir los flujos de producción, porque tendría consecuencias devastadoras para el sector, afirmó la ejecutiva.
Desde el año pasado, el sector calzado enfrenta una escasez de algunas materias primas como pintura, resinas y solventes, lo que ha obligado a buscar otros proveedores, ocasionando un incremento en los costos totales.
La pandemia y el contrabando
El sector de calzado ha sido uno de los castigados con la pandemia covid-19.
Por ejemplo, durante al año pasado bajaron las ventas al mercado local en -25% y para el presente año la tendencia continúa, afirmó Torrebiarte. Y se debe a la misma incertidumbre que existe sobre la apertura total de la actividad económica, por lo que las ventas de calzado de marzo de 2020 a septiembre de 2021 se han contraído un -45%.
La venta del calzado escolar es más complicada y disminuyó -60%, porque la mayoría de establecimientos educativos optaron por la educación a distancia, indicó Torrebiarte.
Otro de los principales retos que enfrenta el sector es combatir el comercio ilícito de calzado.
Las importaciones ilegales, que ingresan por las aduanas del país a precios subvaluados, se estima que ascienden a Q1 mil 230.4 millones al año, con un impacto en la recaudación tributaria de Q323 millones anuales, equivalentes al 0.25% del producto interno bruto (PIB). Esa situación, coloca en desventaja competitiva a los importadores y productores locales que si pagan sus impuestos.
El sector de calzado con la finalidad de mejorar sus condiciones de competitividad realiza inversiones para la adopción de nuevas tecnologías, la incorporación de nuevos materiales en sus procesos productivos, así como el diseño para poderse adaptar a las tendencias tanto del mercado nacional como internacional.
Actualmente, el zapato de seguridad para uso industrial está siendo altamente demandado en el mercado guatemalteco para cumplimiento de la legislación sobre seguridad industrial. Asimismo, la tendencia a consumir zapato tenis está muy marcada en el presente año, concluyó Torrebiarte.