En el caso de Guatemala, antes de la pandemia el contrabando de licor abarcaba un 20 por ciento del mercado, y con la crisis sanitaria subió un 10 por ciento, para ubicarse en 30 por ciento, similar al caso de México, que se encuentra en un 36 por ciento, según datos de la organización.
Esteban Giudici, asesor senior de políticas de Tracit, comentó que, por lo general, cuando se corta el acceso a un producto legítimo se genera un nicho de mercado para todo lo clandestino y ese espacio se llenó rápidamente. “Empezamos a ver el problema de manera global. Por ejemplo, en Sudáfrica y la India también se establecieron leyes secas, y un mes después las eliminaron porque empezaron a observar pérdidas fiscales”, destacó el analista.
En un reporte de la firma Kantar y la división Worldpanel publicado en noviembre del 2020 se indicó que las bebidas cobraron relevancia entre los consumidores durante la pandemia, y las alcohólicas como la cerveza tuvo crecimientos del 9 por ciento.
Productos más afectados
De acuerdo con datos de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), los productos más afectados por el mercado ilícito son los que tienen impuestos específicos como cigarrillos y licores, o productos de la canasta básica, bocadillos y lácteos.
Estadísticas compartidas por la CIG contenidas en un estudio elaborado en 2019 por Central American Business Intelligence (Cabi) señalan a México como el punto de origen de un contrabando valorado en US$4 mil millones, las pérdidas fiscales que conlleva, la disminución de oportunidades para la generación de fuentes de empleo y, en mayor grado, el riesgo para la salud de los guatemaltecos.
Enrique Lacs, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas, indicó que los números globales de contrabando de licor son muy cercanos a los reportados en Semana Santa y Navidad.
Lacs hizo ver que, aunque en Guatemala está vigente la ley seca, las bebidas alcohólicas están disponibles en los centros de venta y distribuidores, pero que los productos ilícitos no se limitan a las bebidas. “Más bien hubo problemas en la cadena de abastecimiento internacional, por el covid-19, pero se restituyó relativamente pronto”, afirmó.
Bajan homicidios
Guatemala terminó el 2020 con una tasa de 15 homicidios por cada 100 mil habitantes, la tasa más baja registrada desde que se tienen datos comparables de la Policía Nacional Civil (PNC), a partir de 1995, indicó Carlos Mendoza, analista de Diálogos.
El toque de queda pudo haber provocado una baja en el consumo de bebidas alcohólicas, pero también que las personas que no tenían acceso a alcohol lícito recurrieran a elaboraciones artesanales de alcohol, aunque es una hipótesis, porque según el estudio Violencia en tiempos de pandemia elaborado por Diálogos, se evidencia una correlación entre los toques de queda y la disminución de la violencia en los meses de restricción, especialmente en fin de semana.
Amílcar Montejo, portavoz de la Policía Municipal de Tránsito, dijo que durante los días de mayor restricción se registraron en promedio 10 incidentes diarios, pero en agosto del 2020 el número subió y se mantiene en 25. Además, los puestos de control de alcoholemia se incrementaron.
Conclusiones
La primera lección que dejan estas medidas es que hubo un aumento considerable de la demanda de licor ilegal por parte de los consumidores, y un incremento de las incautaciones de productos ilícitos en México, Guatemala, Panamá y Colombia.
El informe alerta de los efectos para la salud, “que son evidentes; solo en México hubo mil muertos por ingerir bebidas alcohólicas adulteradas”.
Según el estudio de Tracit, en los peores casos las personas morían por consumir bebidas ilícitas como sustituto o remedio casero contra el covid-19. En otros casos, se vieron impulsados a adoptar comportamientos perjudiciales como el saqueo de alcohol y las compras por pánico, lo cual va en contra de los objetivos de distanciamiento social y su exposición al virus.
Los impuestos recaudados sobre el alcohol en varios puntos de la cadena de suministro legal son tradicionalmente una importante fuente de ingresos para muchos gobiernos, resalta el documento. Esto supone una carga adicional para los presupuestos gubernamentales en un momento en que el estímulo fiscal es más necesario.
Finalmente, el informe refiere que las restricciones de emergencia a la producción y a la venta de alcohol “han tenido un impacto en la industria legítima, poniendo en peligro el empleo y el crecimiento a largo plazo, al tiempo que han alimentado un mercado clandestino paralelo que perjudica aún más la capacidad del sector legal para recuperarse una vez que se levanten las restricciones”.
Recomendaciones
Ante una pandemia sanitaria Tracit recomienda a los gobiernos lo siguiente:
- Evitar las leyes de prohibición como medidas de respuesta de emergencia para proteger a las personas de la propagación del virus: los beneficios no tienen garantías, mientras que las consecuencias negativas son muchas y contraproducentes para los objetivos comunes de salud, empleo y economía.
- Es vital asegurar la disponibilidad y el acceso a productos legítimos: que se ajusten a los objetivos de distanciamiento social sin inducir la demanda de sustitutos ilícitos.
- Se debe evitar la imposición de aumentos de “impuestos de emergencia” al alcohol: un enfoque de solución rápida podría terminar siendo tan imprudente como la imposición de leyes de prohibición, lo que daría lugar a un menor consumo de bebidas legales, a una menor recaudación de impuestos y a un aumento de la demanda de alternativas ilícitas no gravadas y más baratas.
- Es clave intensificar la aplicación de medidas de represión para garantizar que las actividades de comercio ilícito causadas por la pandemia no se conviertan en factores permanentes de la economía posterior a la pandemia.