Economía

Los precios de los alimentos aumentan desde hace meses, aunque según el INE, la inflación está controlada

Granos básicos, algunas verduras y abarrotes, son algunos productos que se han encarecido de manera constante, por lo que los especialistas sugieren medidas drásticas.

El pan popular es uno de los productos de la canasta básica que se encareció que impacta en la economía familiar. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

El pan popular es uno de los productos de la canasta básica que se encareció que impacta en la economía familiar. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

De septiembre a febrero, los granos básicos son los alimentos que más se han encarecido en el país, pero no son los únicos, pues también han subido de precio muchas verduras, carnes y abarrotes, de acuerdo con la Dirección de Planeación (Diplán) del Ministerio de Agricultura (Maga).

La presión de precios, independientemente de las causas, se da luego de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) reportara que, en enero, el ritmo inflacionario se situó en 2.87% (variación respecto al mismo mes del año anterior) y una inflación acumulada de -0.04%.

Recuento preliminar

En septiembre del año pasado, el quintal de frijol -precio mayorista- era de Q450 y en febrero último se cotizó en Q505 lo que supone un encarecimiento de Q55 o sea 12%; el quintal de arroz pasó de Q349 a Q382.50, para un alza de Q33.50 (9.5%); y el maíz varió de Q167.50 a Q172.50 subiendo Q5 (2.9%), según el reporte de Diplán.

En los abarrotes, destaca los ajustes en el aceite comestible, ya que una caja de 48 unidades pasó de Q175 a Q191.50 o sea un aumento de Q26 (9.4%); una presentación más barata de este producto subió Q26 (17.3%); mientras que el saco de azúcar de 50 libras se cotizaba en septiembre en Q250, pero en en febrero pasado llegó a Q305, lo que implica un incremento de Q55 (22%).

En cuanto a la carne, la libra de bovino en canal subió Q2 para situarse en febrero en Q18, ya que hace seis meses se cotizaba en Q16; y el quintal de papa cuesta hoy Q235, cuando hace un semestre el precio era Q100 más bajo.

Además, el pan popular aumentó la semana anterior y de Q0.25 la unidad pasó a Q0.50, mientras que algunos establecimientos se venden a tres unidades por Q1; lo mismo sucedió con las tortillas, que pasaron de cuatro unidades por Q1, a solamente tres.

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Según Diplán, algunos productos han bajado de precio durante el semestre analizado, como el quintal de cebolla (-Q70), mientras la caja de huevos blanco de 360 unidades disminuyó Q14.50 para comercializarse en Q267.50, mientras que la libra de pollo importado se mantiene en Q11. Pero estos son una minoría.

No hay granos

Gustavo Rivas, directivo de la Asociación Nacional de Granos Básicos, detalló que efectivamente, los precios de los granos se encarecieron debido a que hay escasez. “El frijol que la gente está comprando hoy, es producto que se tuvo almacenado desde la cosecha pasada y algunos “intermediarios” están acaparando, así que se está consumiendo todo lo que sale al mercado”, afirmó.

En tanto que, con el maíz, no está ingresando desde México, lo que genera presión sobre los precios. Además, a finales del año pasado, empresas industriales nacionales compraron parte de las cosechas de la costa sur a precio de mercado, algo que no se había reflejado durante años.

Precio del maíz en Guatemala
En la actualidad no está ingresando maíz de México y está presionando el precio en Guatemala, según productores. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Sin subsidio

Respecto a los combustibles, el pasado 1 de marzo concluyó el subsidio de Q0.80 a cada libra de gas propano, el que tuvo una vigencia de tres meses, por lo que, de nuevo, el precio al público del cilindro de 25 libras está en Q142; el de 35 libras, en Q199, y el de cien libras, en Q568.

Mientras que, en las gasolineras, los combustibles han mantenido una tendencia alcista semanal, de manera que el 28 de febrero, el precio promedio del galón de gasolina súper era de 34.47; el de regular, Q34.23  y el de diésel, en Q31.07 (en modalidad de servicio completo). Y ayer, costaban Q35.99, Q35.39 y Q33.09, respectivamente. En enero, la súper costaba Q31.41; la regular, Q30.60; y el diésel, Q27.42 (promedio).

Medidas drásticas

Tanto autoridades del Ministerio de Energía y Minas (MEM), como de la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (DIACO), informan sobre constantes monitoreos para prevenir la especulación en el costo de los combustibles y otros productos, analistas consideran que no es suficiente, y que se deberían tomar otras medidas, para evitar que una crisis tras otra deteriore la economía nacional.

El director de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín (UFM), Clynton R. López, opina que las medidas que se pueden tomar para contener la inflación están en manos de la banca central.

“Por ejemplo, si el Banco de Guatemala (Banguat) deja de comprar dólares para beneficiar a los exportadores, el quetzal se revalúa y alivia el precio de los productos importados. Otra acción es subir la tasa líder, para restringir la oferta monetaria y aliviar el aumento generalizado de precios”, expuso.

A su criterio, hay que diferenciar dos efectos, que se refuerzan, pero son diferentes: “El que viene del año pasado es el efecto inflacionario, derivado de la política monetaria expansiva, del préstamo que el Banguat le concedió al gobierno por la emergencia Covid y la tasa de interés líder históricamente baja. Esto ha generado inflación.

El otro efecto es de mercados específicos, que han tenidos disrupciones concretas. Por ejemplo, el petróleo y el trigo, que por la guerra tienen shocks de oferta (por destrucción, o porque no se pueden accesar temporalmente) y suben de precio”, añade.

“Creo que el país debería de eliminar todos los aranceles y medidas no arancelarias (fitosanitarias, que solo pretenden restringir la competencia) a productos de consumo. Por ejemplo, los huevos, que en México cuestan la mitad que en Guatemala”.

También sugirió eliminar impuestos al consumo, “que solo distorsionan la asignación de recursos y encarecen productos específicos”.

Mientras que Paulo de León, analista financiero de la Central American Business Intelligence (CA-BI), señala que, efectivamente la crisis inflacionaria viene desde hace un año y los precios de la canasta básica empezaron aumentar desde julio 2021, los que “seguirán subiendo”, a causa del conflicto internacional.

“Los verdaderos efectos del estallido de la crisis rusa todavía no han llegado, porque falta que los precios de las materias primas lleguen a los consumidores, y eso toma tiempo; así que se esperamos más aumentos en los próximos tres meses “, afirmó.

Respecto a los precios de los combustibles, el experto de CABI dijo que, lamentablemente, tanto el Gobierno como los guatemaltecos “están atados de manos”, porque estos no se fijan en el país y ni siquiera Estados Unidos ha podido detener ese incremento internacional.

Pero coincide con Flores, en que se podrían bajar impuestos como el del valor agregado (IVA), el de distribución de los combustibles (IDP) o los aranceles, para abaratar los precios de la canasta básica; como se está haciendo en Colombia y otros países que afrontan similar situación.

El panorama es incierto y según el analista de CA-BI, esta situación afectará “los bolsones de mayor pobreza” de Guatemala, por cual recomienda que en lugar de tomar medidas populistas como fijar precios topes, se debería ubicar a estos grupos de población y brindarles ayuda directa, que podría ser alimentos o transferencias condicionadas, pero bajo un marco de control y transparencia.

 Afecta a los más pobres

Para la Defensoría del Consumidor de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), la situación es preocupante porque cada mes, las familias pueden comprar menos con sus ingresos, aparte de que el alto costo de la vida impacta sobre todo a la clase media y a quienes viven en situación de pobreza.

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Según la PDH, aunque los precios de los comestibles mencionados rigen para mayoristas, en la cadena de comercialización tienen un alto impacto para las familias que se abastecen en tiendas de barrio, abarroterías o en los mercados, donde adquieren solamente lo que pueden comprar para el día.

La Defensoría atribuye estos ajustes al encarecimiento de las gasolinas en el mercado local, así como a la intermediación en la cadena de distribución.