Esto significa que el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), debe especificar la calidad de los materiales, si está de acuerdo con el número de carriles, dónde estarán los retornos, las plazas de cobro y otros detalles. Luego de tener autorizada esa parte, debe dar inicio la construcción completa de la autopista.
Salas considera que según la fase en que se encuentra ahora el proyecto, dicha construcción iniciaría en agosto o septiembre.
Con el diseño presentado se propone mantener la vía con dos carriles, pero se contempla un tercero a lo largo de toda la autopista, con carriles de incorporación y desincorporación de la carretera, con el fin de que ya no haya ingresos a 90 grados, para que se pueda ir con una transición de aumento de velocidad o reducción para incorporarse a los carriles principales.
En la actualidad ya se cuenta en la ruta con servicios de grúa, asistencia mecánica, recolección de basura y mantenimiento para un tránsito seguro, monitoreo vial y ambulancia, además de control de vegetación y coordinación de servicios con otras autoridades.
En alrededor de dos años le corresponderá a Marhnos operar y resguardar las básculas de la autopista: dos en las garitas de cobro y tres en la vía libre, para resguardar los pesos y dimensiones en ambas carreteras. De igual forma, el peaje empezará a cobrarse hasta que esté concluido el proyecto en un 100% y recibido por el CIV y Anadie.
Por esa carretera pasan en la actualidad alrededor de 15 mil vehículos diarios en promedio, y el transporte de carga no es predominante, pero sí aumenta en comparación con la autopista Palín-Escuintla.