“Para arrancar el año he decidido hacer un aumento de salario (…). Sería, si tomamos en cuenta el aumento que dí en enero de 2016, el quinto en un año”, dijo Maduro en la primera transmisión del 2017 de su programa semanal en la televisora estatal VTV.
El salario es complementado con un bono de alimentación de 63 mil 720 bolívares (US$93 a la tasa oficial), que se mantiene anclado, aunque el mandatario anunció que será reajustado durante los próximos días.
El incremento salarial decretado abarca a los pensionados, puntualizó Maduro.
Los sucesivos aumentos ordenados por el gobernante socialista han sido devorados por la alta inflación -estimada en 475% en el 2016 y proyectada en 1 mil 660% para el 2017 por el FMI- y la pérdida de valor del bolívar frente al dólar. Además del creciente costo de la vida, los venezolanos sufren una severa escasez de alimentos y medicinas.
Cuando la oferta de dinero aumenta, generalmente conlleva un incremento en el nivel general de precios.
Para combatir el desabastecimiento, Maduro informó un plan para crear “un sistema de tiendas” que venderán productos básicos a precios subsidiados, el cual estará controlado por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), organizaciones comunales que distribuyen comida en zonas populares.
Según el presidente, las tiendas se localizarán en las 45 ciudades más pobladas del país petrolero.
En medio de la crisis, agravada por la caída de los precios del crudo desde el 2014, la oposición ha anunciado que retomará este año su ofensiva para buscar la salida de Maduro del poder.
El jueves pasado, Julio Borges, el nuevo presidente del Parlamento de mayoría opositora, anunció que el Legislativo declarará al mandatario en “abandono del cargo”, acusándolo de incumplir sus funciones.
El gobierno denuncia que la crisis es producto de una “guerra económica” de empresarios para provocar descontento popular y deponer a Maduro.