De esa manera, cada mes se hace un balance del volumen inyectado al sistema y del consumo de energía —para lo cual se coloca un medidor bidireccional— y en la factura se cobra solo la diferencia, además de los cargos normales de la factura.
“Si el aporte de energía es mas alto que el consumo, el saldo se guarda para aplicarlo en la próxima factura”, explica Ricardo Méndez, gerente comercial de la Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A. (EEGSA).
Esta modalidad y manera de abastecerse de energía está en auge, explicó el ejecutivo. Esa empresa tenía registrados a septiembre del 2013 solo 150 autoproductores y a noviembre de este año tiene 650, de los cuales principalmente se ubican en el departamento de
Guatemala.
“En la actualidad hay un promedio de una inscripción diaria”, añadió .
Energuate reporta inscritos 50 autoproductores con paneles solares, principalmente en Chiquimula, Izabal y Zacapa, informó el gerente de Planificación, Dimas Carranza.
En esta también hay inscrito un usuario que genera con biomasa, por medio de gasificadores de cáscara de macadamia.
“El objetivo de ser autoproductor es aprovechar la energía solar. El espacio disponible en el techo de una residencia puede servir para cubrir el consumo e inyectar el resto a la red”, comentó Melvin Quijivix, de la consultora X´agon.
En una residencia con consumo promedio de Q300 al mes se necesitarían cuatro paneles solares, comentó Luis Cordón, ejecutivo de proyectos fotovoltaicos de la empresa Enertiva. Añadió que con estos se podría tener un ahorro de unos Q273 al mes, comparado al consumo de electricidad solo proveniente de las distribuidoras.
“Aunque hay diversos precios en el mercado, un panel ya conectado puede costar entre Q3 mil 800 y Q4 mil, y el retorno de inversión es de seis a siete años con vida útil de más de 30 años”, agregó Quijivix. Recordó que se debe dar mantenimiento y limpieza.
Aparte, Quijivix y Cordón explicaron que con la Norma Técnica de Generación Distribuida Renovable y Usuarios Autoproductores con Excedentes de Energía anterior, el cobro por el cargo de distribución (Valor Agregado de Distribución —VAD—) se hacía solo por los kilovatios que resultaran de restar el consumo total de energía menos la energía autoproducida.
Con la nueva norma, que entró en vigor en septiembre, ese cobro es por el total de kilovatios usados durante el mes.
Los saldos de energía cuando el usuario inyecta más al sistema de lo que consume ya no tienen fecha tope de liquidación.
Sugiere cambios: Incentivos
Claus Schieber, gerente de la firma Soluciones Energéticas, ve necesario modificar la Ley de Incentivos para Generación de Energía con Renovables (decreto 52-2003), para aprovechar de mejor manera estos de recursos.
El ejecutivo dijo recientemente que estos cambios permitirían impulsar más instalación de pequeños proyectos renovables, incluso para el autoconsumo.
Los cambios a la norma de GDR (resolución CNEE 227-2014) ayudan a que el pequeño productor de energía o autoproductor —como un hogar, oficina o fábrica— se pueda conectar al sistema y acumular el saldo a su favor.
Apuestan por los pequeños
Las grandes distribuidoras de electricidad están apostando a los pequeños productores de energía clasificados como Generación Distribuida Renovable (GDR), y de hasta un máximo de cinco megavatios.
Energuate posee contratados 20 proyectos que en conjunto generan 37.2 megavatios; de estos, el 65% se ubican en el occidente del país y el 95% son hidroeléctricas; el restante está constituido por la central solar Sibo, con capacidad para 5 megavatios, que se ubica en Oriente.
EEGSA contrató en las tres licitaciones de largo plazo cinco plantas que suman 10.31 megavatios.
El viernes último, Energuate recibió ofertas para contratar 18 megavatios en 11 ubicaciones distintas en la provincia. La intención es que se tenga facilidad de conectarlos al sistema; si embargo, estos pueden ser tanto con recursos renovables como fósiles.