Economía

Merecemos la Ley de Empleo

Independientemente de lo que digan los que no le dan importancia a perder empleos, que creen que Guatemala está sola en el mundo, que no tienen ni la menor idea de lo que es ganarse la sobrevivencia de una empresa en el mercado interno y externo, de los que ignoran que en Guatemala existen miles y miles de pequeños exportadores, de los que tienen resentimientos contra las empresas grandes pues según ellos nacieron grandes, de los que sentados desde un escritorio no visitan el campo ni se asolean un día en el puerto o en una frontera, o hacen una larga cola para hacer trámites para obtener un permiso, de los que en su vida han tenido que pagar cada mes 12 elementos de seguridad para cuidar una fábrica, o pagar una planilla que puede ser de miles de colaboradores.

A todos, quiero decirles porque los exportadores nos merecemos la aprobación de la iniciativa de ley que nos va a poner en consonancia con la OMC y que va a conservar empleos y evitar que el gobierno incurra en incumplimientos internacionales y también locales

Los usuarios de esa Ley no estamos sentados esperando un incentivo fiscal, nos hemos pasado años sudando la camiseta para aumentar las exportaciones, involucrando productores a lo largo y ancho del país, y hacerlos crecer.

Recordemos que si crecen las exportaciones, se reduce pobreza. En el 2015 los exportadores financiaron la capacitación de 6 mil personas especializándolas en Comercio Exterior, conectaron 140 pequeñas comunidades al negocio exportador, se exportaron millones y millones de libras de productos agrícolas, organizaron encuentros exportadores involucrando a Pymes, comercializaron a través de plataformas digitales, lograron certificaciones internacionales, controlaron residuos y plagas, mejoraron calidad en miel, ajonjolí cacao y productos orgánicos.

Por el lado de los productos industriales, los esfuerzos de la comisión de exportadores de manufacturas de Agexport muestran capacitaciones, ferias, asistencias técnicas, investigaciones innovaciones y una tenaz labor en la búsqueda de compradores.

No hay una sola semana del año en que no exista un evento de envergadura para exportar más. Si hablamos del sector servicios de exportación llegando a niveles nunca antes vistos, a pesar de la gran limitación de recurso humano bilingüe.

Los empresarios han puesto sobre sus hombros la tarea de enseñar inglés y formar maestros especializados para no detener el crecimiento. No alcanzarían muchas hojas para describir la titánica labor de los exportadores y el inmenso presupuesto que invierten para costear sus programas que son de alcance nacional.

En el 2015 Guatemala exporto US$11 mil 069 millones, dando empleo y autoempleo a aproximadamente 1.6 millones de chapines con un crecimiento estimado de un 2.4% comparado con el año anterior. Es un crecimiento bajo, pero al menos positivo. La economía mundial estuvo bastante lenta. Si bien se creció en valores de 2.4% el alza en volumen fue de un 14%.

Vendimos más productos por menos precios. Guatemala no fija los precios en el mercado mundial, los fijan los cientos de proveedores que llegan a competir con innovaciones, con salarios bajos (Guatemala triplica los salarios de Asia, duplica en Centroamérica, con excepción de Costa Rica), con apoyos para capacitar personal, créditos al pequeño, asistencia técnica en el campo, investigación y desarrollo, facilitación garantizada en aduanas y puertos y sin sobrecostos de la corrupción en trámites y gestiones.

Todo lo anterior nos da el derecho de pedir al Congreso que en las dos semanas que quedan del 2015, sesione y respalde a dos sectores que lo necesitan para compensar las grandes inversiones que deberían de venir del Estado pero que las empresas pagan. No dejar que se pierda ni un solo empleo de los que hoy en día existen, es más que sobrada razón para hacer el esfuerzo de una sesión extraordinaria más en el Congreso.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: