Economía

Negociaciones y procesos de integración

La Organización Mundial del Comercio (OMC) actualmente tiene 164 miembros y 20 más en proceso de adhesión. Los Miembros se encuentran en diferentes etapas de desarrollo y cubren alrededor del 98% del comercio mundial. La organización apoya la integración regional como una forma de avanzar hacia una mayor apertura global.

Dentro del sistema multilateral siempre han coexistido diferentes tipos de iniciativas. Lo importante es que estas sean coherentes y compatibles, para ayudar a fomentar los beneficios del comercio global basado en reglas.

Una de estas iniciativas son los procesos de integración regional.

Los acuerdos de integración regional constituyen una base para la liberalización del comercio. Los acuerdos en materia de reglamentación y eliminación de obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio son de mayor alcance de lo que ha sido posible hasta ahora dentro del marco de la OMC, lo cual ha permitido a los Miembros que estén dispuestos a profundizar estas normas y se beneficien con estos acuerdos, antes de lograr un consenso global en el ámbito multilateral.

Las normas de la OMC reconocen que los acuerdos comerciales regionales, ya sea en forma de uniones aduaneras o acuerdos de libre comercio, en la esfera del comercio de mercancías o en el comercio de servicios, deben contribuir positivamente al desarrollo del comercio en general.

Un ejemplo es el proceso de integración de la Unión Europea, con una integración profunda y de amplio alcance, además de su participación en acuerdos regionales con otros países y su firme apoyo a la liberalización multilateral en el marco de la OMC, teniendo la convicción de que los acuerdos comerciales regionales deben ser peldaños hacia la liberalización multilateral y no de creación de obstáculos, y que el regionalismo y el multilateralismo deben apoyarse mutuamente sin ser contradictorios.

Las negociaciones comerciales multilaterales tratan, por un lado, profundizar y actualizar las actuales normas, así como de conseguir una mayor liberalización del comercio y, por otro lado, establecer reglas acordadas de carácter permanente que permitan a los agentes económicos una mayor certeza.

Aunque la OMC tiene otras funciones, entre ellas, la aplicación y la vigilancia de los Acuerdos, la solución de diferencias entre los miembros y la creación de capacidad comercial, el foro para las negociaciones comerciales multilaterales es una de las más importantes. Su capacidad para regular el comercio, dar previsibilidad, transparencia y posibilitar la resolución de conflictos, depende de que sus normas sean efectivas.

El sistema mundial de comercio se encuentra en una importante etapa de transición y de reflexión.

Después de quince años de negociaciones de la Ronda Doha, la primera ronda de negociaciones de la Organización, ha logrado recientemente concluir como una cosecha temprana dos importantes acuerdos, el Acuerdo sobre la Facilitación el Comercio y la eliminación de los subsidios a la agricultura.

Un grupo de países, en su mayoría desarrollados, promueven en lugar de la Ronda Doha un cambio de método de negociación que resultaría, según ellos, en un enfoque más pragmático que el seguido hasta ahora.

Tal es el caso de la firma de acuerdos, sectoriales o plurilaterales, entre un grupo de gobiernos con objetivos comunes.

Sin embargo, otros miembros en desarrollo piensan que este enfoque puede conducir a la fragmentación del sistema y cambia las reglas del juego. Según estos países, la flexibilización del compromiso único dificulta la concertación y los intercambios entre los intereses contrapuestos de los países.

Lo cierto es que, en esta nueva propuesta no existe garantía para que se consideren las cuestiones más relevantes para los países en desarrollo, ni tampoco que los beneficios resultantes de la negociación se distribuyan en forma equitativa.

Por lo anterior, ante la posibilidad de un cambio en el método de las futuras negociaciones, exige de una profunda reflexión sobre las estrategias nacionales para identificar las oportunidades y desafíos que posiblemente se plantearán ante una nueva agenda del comercio multilateral, en una OMC de la era post-Doha.

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