La tarea para el nuevo Ministro no es nada fácil. Cuando un gerente exitoso y con experiencia, que proviene del sector empresarial llega al sector público, el primer choque que recibe es la forma de ejecutar. Acostumbrarse a la exposición, a la crítica pública hasta por el más mínimo movimiento, y quizás la tarea menos valorada y comprendida de un Ministro de Economía es la de ser mediador de la apertura económica que el país escogió hace varios años para insertarse en la economía global.
Para quien no se ha sentado en esa silla, es fácil decir que un Ministro esta de un lado o del otro, que favorece a un sector o a otro, sin tener la menor idea que al ser un país pequeño donde su mercado local no le alcanza para sacar adelante a 17 millones de habitantes, no le queda otro camino que insertarse en el mundo para crear mercado adicional y amplio, para que la producción tenga espacio de crecer y con ello generar los empleos que la población necesita para salir de la pobreza. Eso obliga a un ministro a empujar la competitividad y productividad del país, teniendo la tarea nada sencilla de interactuar con todos los sectores.
Dentro de todo lo anterior proteger al consumidor, impulsar la competencia, llevar eficientemente los registros de los bienes inmuebles con la seguridad que ello requiere.
Ministro, que la fuerza lo acompañe, los guatemaltecos somos luchadores, el país se construye ladrillo a ladrillo y con poner algunos la misión estará cumplida.