La ministra costarricense de Comercio Exterior, Dyalá Jiménez, dijo en una declaración enviada a los medios que Costa Rica hará la vigilancia epidemiológica de los transportistas, establecerá puntos para que hagan paradas e impondrá un tiempo límite para su permanencia en el país, el cual incluye horas de descanso.
Los transportistas podrán descargar y cargar en almacenes fiscales específicos y luego deberán regresar a Panamá.
El Gobierno panameño también ha confirmado el acuerdo este miércoles.
Según la ministra Jiménez, esta solución ha sido compartida con el resto de países de la región que habían mostrado malestar por las medidas sanitarias impuestas por Costa Rica el pasado lunes y que restringían el ingreso de transportistas extranjeros al país como medida contra el covid-19.
Costa Rica afirma que Nicaragua mantiene cerrado su lado de la frontera común como protesta, lo que en los últimos días ha causado kilométricas filas en ambos sentidos.
Transportistas del lado panameño también había realizado bloqueos.
Desde el 5 de mayo Costa Rica comenzó a aplicar pruebas de covid-19 a todos los transportistas y tras alcanzar la cifra de 50 positivos, la mayoría en la frontera con Nicaragua y a quienes les impidió el ingreso, decidió aplicar las restricciones a partir del lunes pasado.
Estas restricciones consisten en permitir la entrada de los transportistas extranjeros en tránsito, es decir, los que no entregan carga en Costa Rica, sino que cruzan el país desde la frontera con Panamá hasta la frontera con Nicaragua, y viceversa.
Costa Rica también había habilitado la posibilidad de que los transportistas extranjeros que debían entregar carga en este país, desengancharan los contenedores en las fronteras y los entregaran a conductores costarricenses o residentes.
Esto fue catalogado como “no viable” por el sector privado de la región.
El Gobierno costarricense informó que permanece dialogando con los gobiernos centroamericanos para agilizar del comercio y garantizar protocolos sanitarios en medio de la pandemia.
El Gobierno costarricense asegura que no ha cerrado las fronteras al comercio, pero defiende la necesidad de aplicar las medidas sanitarias con el fin de mantener bajo control el virus en su territorio como lo ha conseguido hasta el momento con solo 882 casos y 10 fallecidos.
Ante la presión de la región, Costa Rica pidió el lunes la elaboración de un protocolo de bioseguridad en Centroamérica para garantizar el flujo comercial y la salud de la población.
El ministro de Salud, Daniel Salas, puso como ejemplo el caso de un transportista que ingresó al país y causó un contagio de al menos 18 personas.