La propuesta tendría que ser aprobada por el consejo directivo de la agencia aeronáutica, que debatirá el tema a fines de febrero.
Las fuentes pidieron no ser identificadas porque no tenían autorización para hablar del tema en público.
Las baterías de litio son usadas en todo tipo de artefactos, entre ellos teléfonos celulares, laptops y automóviles eléctricos.
Unas 5 mil 400 millones de células de esas baterías fueron manufacturadas en todo el mundo en el 2014. Una batería contiene dos o más células. La mayoría son trasladadas por buques de carga, pero alrededor de un 30% vienen por avión.
Pruebas efectuadas por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) muestran que baterías dañadas o defectuosas pueden sufrir variaciones de temperatura descontroladas que se pueden propagar por todo el compartimiento de carga. No es inusual que un compartimiento de carga contenga decenas de miles de esas baterías.
En las pruebas de la FAA, las baterías recalentadas emitieron gases inflamables que, al entrar en contacto con fuego, estallan, reventando las puertas del compartimiento y arrojando por los aires cajas de baterías envueltas en llamas.
El año pasado, ingenieros de la FAA dijeron que las explosiones son capaces de romper los paneles interiores de los compartimientos de carga.
Ello permitiría que se escape el halon, el elemento apagafuegos que se usa en los aviones, con lo que un incendio podría propagarse sin control.