Este lunes, la agencia de calificación de riesgo Fitch reafirmó lo que había compartido en un boletín en junio pasado, y emitió un comentario sobre la “continuidad” de la política actual con la victoria de Alejandro Giammattei, del partido VAMOS.
“El resultado de la segunda vuelta presidencial de Guatemala a favor de Alejandro Giammattei señala la continuidad de la política. La administración entrante tendrá un apoyo limitado en un Congreso atomizado, lo que aumenta los riesgos de un estancamiento político continuo”, indicó Carlos Morales, director del equipo de calificaciones Soberanas.
Continúa Morales señalando que “la disminución de la recaudación de impuestos apuntala la perspectiva negativa de Guatemala y, junto con los débiles indicadores de gobernanza y el desarrollo económico, limita la calificación soberana, que se ubica en BB”.
Riesgos han “aumentado”, según calificadora
En abril pasado, Fitch Ratings decidió pasar la perspectiva de calificación del país de Estable a Negativa, debido a un “aumento de riesgos con respecto a la situación evaluada el año pasado”.
En esa oportunidad, la calificadora indicó que la “parálisis política por parte de esta administración -la del presidente Jimmy Morales- y en conjunto con el Congreso fragmentado no hemos visto en los últimos años reformas que pudieran conllevar mayor desarrollo económico y un fortalecimiento en las cuentas públicas”.
Según el Tribunal Supremo Electoral, la bancada del partido VAMOS, ganador de las elecciones presidenciales en segunda vuelta con el 99.73% de los votos contabilizados, solo tendrá 17 escaños, frente a los 52 que tendrá el partido UNE, la bancada más numerosa.
Este fue el comunicado de Fitch el 17 de junio pasado, después de la primera vuelta (en inglés).
Reformas podrían revertir perspectiva
Para Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de Fundesa, “el liderazgo del virtual Presidente Electo, Dr. Alejandro Giammattei, va a ser vital para generar los consensos que permitan una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la Ley de Servicio Civil, de carrera judicial, la Ley de Probidad, y la Ley General de Infraestructura Vial, que son claves para fortalecer las instituciones y aumentar la inversión en el país”.
Zapata considera que la calificación de Guatemala se mantiene con una perspectiva negativa dada la fragmentación del Congreso, “lo que va a generar una mayor presión en el Gobierno electo de negociar con diferentes bancadas para generar los cambios institucionales que el país necesita”.
Según el propio analista de Fitch, el camino para que Guatemala mejore su calificación pasa por “una mejora en el ambiente político, mejora en los prospectos de crecimiento y de inversión o una mejora en la recaudación de impuestos y un aumento en la flexibilidad de la política fiscal”.
Uno de los mayores desafíos del país es el agujero fiscal por la evasión del impuesto al valor agregado (IVA), que alcanzó los Q16 mil 566.8 millones durante el ejercicio fiscal 2018, según la estimación de la Productividad, Eficiencia e Incumplimiento de ese impuesto, que publicó la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) revelada por Prensa Libre.
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