En un comunicado, Fitch informó que el Producto Interno Bruto (PIB) real postpandemia de Guatemala fue uno de los de mayor recuperación de América Latina; los déficits fiscales y la deuda siguen siendo los más bajos en la categoría ‘BB’ y eso se debe a una mayor recaudación de impuestos. Además, los superávits en cuenta corriente han mejorado el desempeño de solvencia y liquidez externa.
Fitch estimó que el PIB creció 4% en 2022, luego de una recuperación de 8% en 2021 y una contracción de -1.8% en 2020. “Esto representa una de las recuperaciones más sólidas entre calificadores y pares regionales, y se ha logrado sin apoyo de políticas a gran escala, a pesar de un shock adverso de los términos de intercambio en el último año. El sólido desempeño fue impulsado por el aumento de las entradas de remesas, el crédito y las exportaciones”, se indica.
Si bien Fitch ve que el buen desempeño de estos indicadores impulsará la economía este 2023, espera que la actividad económica se desacelere modestamente a 3.3%, debido a un menor ritmo de crecimiento de la economía global.
A mediano plazo, Fitch espera que el crecimiento converja a su potencial de 3.5%, que se compara favorablemente con sus pares regionales, pero es mediocre en el contexto de un alto incremento de la población. “Las perspectivas de crecimiento siguen restringidas por cuellos de botella de infraestructura y capital humano, aunque tiene la ventaja de su ubicación geográfica y la urbanización en curso”, publicó.
Las expectativas
Fitch espera que el superávit en cuenta corriente de Guatemala se modere de 1.5% del PIB estimado en 2022 a 1% del PIB en 2023, lo que refleja una fuerte demanda interna, pero respaldado por el crecimiento continuo de las exportaciones y las remesas, a pesar de la desaceleración de EE. UU.
Asimismo, confía en que las reservas de divisas se mantengan altas, ya que han aumentado en los últimos años a pesar de una modesta disminución en 2022 y representan 6.4 meses de pagos externos actuales, por encima de la mediana ‘BB’ de 4.5.
Esto se ha logrado sin un endeudamiento externo soberano importante, elevando la posición de activos extranjeros netos soberanos hasta el 10% del PIB, que es una de las más altas entre los pares ‘BB’ y la más alta de América Latina.
“Este es un tema sumamente importante; es un resultado del trabajo en equipo y que Fitch ha visto que hacemos no solo en el sector público, sino también el banco central, el sector privado, los tanques de pensamiento y la banca. Por segundo año consecutivo, logramos mejores calificaciones de riesgo país ante un entorno mundial bastante complejo”, dijo el presidente del Banco de Guatemala (Banguat) y de la Junta Monetaria (JM), Álvaro González Ricci.
Recaudación aún insuficiente
Los ingresos fiscales siguen siendo bajos, pero aumentaron notablemente del 10.5% del PIB en 2019 al 12.1% en 2022. Es difícil determinar en qué medida esta mejora refleja factores estructurales versus cíclicos, pero Fitch cree que podrían ser, en gran medida, de naturaleza estructural, reflejando las mejoras administrativas tomadas por la SAT.
No obstante, Fitch estima que los bajos déficits fiscales mantendrán estable la deuda del gobierno central en torno al 29% del PIB y la deuda general (consolidando las tenencias del IGSS) en 26.4%, en comparación con la mediana de ‘BB’ de 54.6%.
En 2022, las bajas necesidades de financiamiento de Guatemala fueron cubiertas por fuentes internas, en contraste con la mayoría de los pares calificados, que dependieron más de emisiones multilaterales y de eurobonos. La participación en moneda extranjera de la deuda del gobierno central mejoró del 58% al 43% en la década hasta 2022, lo que refleja un mayor endeudamiento interno versus externo, y ahora está por debajo de la mediana ‘BB’.
“Mucho de lo que considera la calificadora para mejorar nuestra calificación crediticia radica en la parte fiscal. Básicamente, la recaudación tributaria, viniendo de dos choques muy fuertes: la pandemia que generó un shoc de oferta y demanda y una recesión bastante aguda, de la cual, la economía de guatemalteca logró recuperarse rápidamente”, opinó el viceministro de Ingresos y Evaluación Fiscal del Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin), Saúl Figueroa.
“El manejo y la coordinación entre la autoridad monetaria y la autoridad fiscal ha logrado mantener un déficit fiscal controlable como en ninguno de los países de América Latina”, agregó.
Inflación cederá
Fitch también señaló que la inflación aumentó al 9.7% interanual en enero (por encima del 4%+/-1) desde el 2.9% del año anterior, impulsada por los precios del combustible y los alimentos.
“El Banguat ha respondido elevando su tasa de política en 250 puntos básicos a 4.25% desde principios de 2022, lo que representa una postura de política monetaria acomodaticia, en contraste con la mayoría de sus pares regionales”, publicó la calificadora.
Fitch proyecta que la inflación comience a moderarse a mediados de 2023 y alcance 5.5% a fines de año, ya que el componente importado recae en el contexto del endurecimiento continuo de las condiciones financieras mundiales y la desaceleración del crecimiento global.
Ricci indicó que, de acuerdo con las proyecciones de la JM, se espera que a partir de marzo próximo se comience a observar un descenso de la inflación, lo que es coherente con la decisión de elevar paulatinamente la tasa líder de política monetaria y porque se ha visto que, en países como Estados Unidos, el alza generalizada de precios ha empezado a ceder.
Desafíos
La calificadora de riesgo señaló que las calificaciones del país siguen limitadas por “puntajes de gobernanza excepcionalmente débiles”, que se han deteriorado aún más en los últimos años y además, por los bajos indicadores de desarrollo humano.
“La administración (gubernamental) ha sido capaz de superar el estancamiento del Congreso para aprobar reformas y presupuestos; sin embargo, esto podría seguir siendo un desafío para el próximo gobierno después de las elecciones de 2023, dado un panorama político muy fragmentado”, destacó la firma internacional.
“Los puntajes de gobernabilidad han caído del percentil 31 en 2010 al 26 en 2022, principalmente debido al deterioro en el control de la corrupción y el estado de derecho. Esto, probablemente, refleja la interferencia de las administraciones actuales y anteriores en el progreso judicial relacionado con la corrupción, que implicó la disolución de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Guatemala (CICIG) en 2019 y las recientes destituciones de figuras independientes”, refirió Fitch.
Lea aquí el comunicado de Ficht Ratings.