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¿Por qué la inflación en Guatemala sigue alta, tras ocho aumentos a la tasa líder en diez meses?

Al parecer, la tasa de política monetaria seguirá subiendo hasta que se produzca el efecto deseado sobre la liquidez del sistema y que esto, a su vez reduzca los niveles inflacionarios.

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Junta Monetaria Guatemala

Las autoridades lideradas por la Junta Monetaria han actuado en ajustar la tasa líder para controlar la inflación interanual, sin embargo, pareciera no estar teniendo el efecto deseado. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La inflación se define como el incremento sostenido y generalizado de los precios dentro de una economía, que trae como consecuencia una pérdida del poder adquisitivo de las personas.

En esa línea de pensamiento, para todos es sabido que de manera global hemos estado viviendo niveles inflacionarios que no habíamos experimentado desde hace años. Específicamente en Guatemala, en junio de 2022 se computó una inflación interanual de 7.55% la cual no se había tenido desde septiembre de 2011.

Desde enero de 2010 y hasta antes de junio de 2022, el máximo histórico se había registrado en agosto de 2011 con una inflación interanual de 7.63%.  En julio de 2022, mes en el que se registró una inflación interanual de 8.36%, también fue un nuevo máximo histórico y, a partir de ese momento, la inflación siguió creciendo hasta llegar a 9.70% en octubre de 2022 para luego, un mes después, ubicarse en 9.17%. Luego continuó su tendencia al alza de tal forma que se registraron de nuevo máximos históricos en enero de este año (9.69%) y en febrero con un 9.92%. Fue hasta marzo cuando comenzó a moderarse, al alcanzar 8.71%.

La meta de inflación en Guatemala es de 4% anual por lo que, no solo está lejos de alcanzarse, sino que además, en lugar de observarse una reducción en la misma, ésta ha continuado subiendo.

Inflación y tasa líder

La herramienta de política monetaria utilizada por excelencia ante un fenómeno inflacionario es la tasa de interés líder, que mediante uno o más incrementos, busca que se restringa la liquidez monetaria, de manera que se reduzca la demanda de bienes y servicios lo cual, a su vez, debiera detener el alza de los precios.

Estados Unidos, el socio comercial más importante, se enfocó en incrementar su tasa de interés para reducir la inflación que les ha tocado vivir en estos últimos meses.  De acuerdo con los datos publicados en el calendario económico de investing.com, en marzo de 2021, la inflación interanual registrada fue de 2.6% (encima de su meta de 2%).

Desde ese mes, la inflación interanual, publicada de forma mensual, continuó creciendo hasta ubicarse un máximo de 9.1% en junio de 2022.  Paralelamente, en febrero de 2022, la tasa de interés fijada por la Fed (Fed Funds Rate) se ubicaba en 0.25% anual.  A partir de ese momento, comenzó a incrementarla hasta ubicarla en marzo de 2023 en 5%. Derivado de ello, la inflación en Estados Unidos ha venido disminuyendo desde su máximo histórico y en febrero de 2023 ya se ubicó en 6%.

En Guatemala, las autoridades monetarias lideradas por la Junta Monetaria (JM) también han actuado. De hecho, en abril de 2022 la tasa líder se ubicaba en 1.75% anual. En ese momento ya la inflación interanual se ubicaba en 4.62%.  Desde ese momento, JM ha venido aumentando la tasa líder hasta ubicarla en 4.75% el 29 de marzo de este año.  Sin embargo, pareciera no estar teniendo el efecto deseado sobre la inflación.

Ampliando lo discutido hasta el momento sobre la tasa líder, ésta es la tasa que fija la JM como referencia para el sistema financiero local.  En teoría, es la tasa a la cual los bancos pueden pedir dinero en calidad de préstamo al Banco de Guatemala (Banguat) para satisfacer posibles necesidades de liquidez, y consecuentemente, debiera incidir sobre las tasas de interés que cobran los bancos comerciales al momento de conceder créditos (también conocida como tasa de interés activa).

Entonces, la idea de incrementar la tasa líder es que se produzca un aumento en las tasas de interés que cobran los bancos, lo cual incidiría en menos endeudamiento por parte de las empresas, con lo que se reduciría la liquidez monetaria con su consecuente disminución en la demanda de bienes y servicios.

No obstante, cuando se observan los datos publicados en el portal del Banguat, a pesar de que la tasa líder se incrementó 157% pasando de 1.75% en abril de 2022 a 4.5% en febrero de 2023, la tasa de interés activa promedio ponderada cobrada por los bancos, en el mismo período de tiempo, se incrementó únicamente 0.1% pasando de 11.93% en abril de 2022 a 11.94% en febrero de 2023.  En el mismo lapso, la tasa de interés pasiva promedio (la que pagan los bancos a sus proveedores de fondos) subió 3.1% al pasar de 3.90% a 4.02%.

Se observa entonces que el efecto de la tasa líder sobre las tasas de interés de los bancos comerciales, hasta el momento, ha sido muy bajo, por no decir nulo.

¿Qué sucede con la masa monetaria?

Veamos ahora qué ha pasado históricamente con el medio circulante (también conocido como M1).  Este es el conjunto de todos los billetes y monedas en poder de la población, más los depósitos a la vista.

La importancia de analizarlo radica en que si hay demasiada liquidez, se incrementará la demanda y si no hay una respuesta similar del lado de la oferta, se dará un inevitable incremento de los precios.

El medio circulante promedio anual, de acuerdo con las cifras publicadas por el Banguat, pasó de Q73.9 millardos en 2016 a Q151.2 millardos en 2022.  En términos absolutos, esta cifra no nos dice mucho más allá de saber que la cifra ha crecido.

Una manera más reveladora de analizarlo es calculando sus variaciones anuales de forma porcentual y, además, comparándola con las variaciones del PIB real de año a año.  La importancia de hacer esta comparación es que la liquidez debiera incrementarse en la proporción en que aumente la actividad económica de un país. De lo contrario, será dinero circulante que demandará bienes y servicios que no se producen localmente.

Siendo Guatemala una economía abierta, lo lógico sería pensar que esa demanda será satisfecha vía la importación de productos y servicios, pero no olvidemos las rupturas recientes de las distintas cadenas de suministro derivadas de la pandemia.  Y si bien, siempre ha existido una brecha, ésta se profundizó en 2020 y, a pesar de que la evolución porcentual del medio circulante ha sido un tanto más baja, la brecha en comparación al crecimiento real del PIB aún no vuelve a los niveles de 2018 y años anteriores.

La conclusión

Entonces, la tendencia en este momento sería pensar que la tasa líder debe seguir subiendo hasta que se produzca el efecto deseado sobre la liquidez del sistema y que esto, a su vez, reduzca los niveles inflacionarios.

A pesar de que se sabe que el efecto de la tasa líder sobre la inflación no es inmediato, también es lógico pensar que ésta no puede seguir subiendo de manera indefinida sin que haya efectos colaterales.

Por lo tanto, es importante estar atentos a las próximas decisiones que tomen las autoridades económicas, no sólo en relación con la tasa líder, sino también respecto a otras herramientas de política monetaria que tiene a su alcance para que inversionistas, empresarios y población en general, puedan actuar apropiadamente.

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