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Préstamos en Guatemala: Las razones por las que en moneda extranjera se estancan, mientras que en quetzales aumentan

La composición de la cartera ha tenido cambios en el sistema financiero nacional y el detonante principal es el ajuste periódico en las tasas de interés, tanto en el exterior como en el país, que ha encarecido los créditos en moneda extranjera.

La composición de la cartera ha tenido cambios en el sistema financiero nacional y el detonante principal es el ajuste periódico en las tasas de interés, tanto en el exterior como en el país. (Foto Prensa Libre: Freepik)

La composición de la cartera ha tenido cambios en el sistema financiero nacional y el detonante principal es el ajuste periódico en las tasas de interés, tanto en el exterior como en el país. (Foto Prensa Libre: Freepik)

En las operaciones crediticias hay un antes y un después: los efectos de la pandemia en Guatemala y luego, la recuperación económica del país. Pero, además, la inflación y los consiguientes ajustes a la tasa de interés de referencia por parte de la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos y de la Junta Monetaria en Guatemala, cambiaron el panorama.

Se dice que “la columna vertebral de la economía” es el desempeño del crédito al sector privado, en el sentido de que, si este se encuentra en niveles favorables, la economía esta sana. Pero hoy se agrega el componente indicado (la tasa líder) que han hecho reaccionar el comportamiento de los préstamos en moneda nacional y extranjera.

Al 30 de junio, con datos de la Superintendencia de Bancos (SIB), el saldo del crédito en moneda nacional muestra un crecimiento del 22% al ubicarse en Q198 mil 377 millones, cuando a la misma fecha del 2022 era de Q161 mil 885 millones. Pero en moneda extranjera existe un comportamiento diferente y con las cifras disponibles, hay un desempeño negativo de -0.26%, ya que al 30 de junio último el saldo era de Q87 mil 104 millones y 12 meses atrás era de Q87 mil 329 millones.

Al desglosar la cifra por tipo de crédito, se ve la influencia de las tasas de interés, aunque se han movido más las correspondientes a los préstamos en divisas, lo que las autoridades explican más adelante.

¿Qué está pasando?

Recientemente, el presidente del Banco de Guatemala (Banguat), Álvaro González Ricci, presentó su informe semestral al Congreso de la República, en el que se recopila el desenvolvimiento de varios indicadores macroeconómicos, pero llamó la atención lo relacionado al crédito bancario al sector privado.

El informe que conoció el Legislativo, cita que, durante el primer semestre, este indicador continuó mostrando un desempeño favorable, acorde con el comportamiento de la actividad económica, pues al 30 de junio, se registró un crecimiento interanual del 14.4% en el crédito total, que fue impulsad por el crecimiento del crédito en moneda nacional de 21.2% (un año antes el crecimiento fue de 15.9%).

El crédito al consumo y al sector empresarial mayor, que en su conjunto representan el 74% de la cartera total en moneda nacional, es la principal explicación del desempeño. Por ejemplo, las variaciones interanuales en el crédito al consumo fueron de 25.3% y para la actividad empresarial mayor fue 24.8%, asociado a los préstamos otorgado a establecimientos financieros, industrias manufactureras y comercio, las cuales tuvieron crecimientos en el orden de 73.2%, 27.6% y 8.5%, indica el informe.

En cuanto al otorgado en moneda extranjera, que tuvo una variación interanual de 0.3%, se indica que el desempeño es menos dinámico comparado con similar periodo del 2022, luego que en la última parte de dicho año mostró una tendencia a moderarse. Como una premisa general, el comportamiento de este desempeño estaría asociado a los préstamos destinados al sector empresarial mayor, que tiene una cobertura alrededor del 87% del financiamiento despachado a los agentes económicos en moneda extranjera.

Por tipo de crédito al sector privado total en moneda extranjera en el primer semestre, el informe de la banca central resalta el capital autorizado para consumo, y en menor medida, al empresarial mayor y al hipotecario, los que han impulsado la recuperación de la cartera crediticia, tras los efectos negativos registrados en otros años y los relacionados en parte a la pandemia.

 

Banguat: “Hay una quetzalización”

El pasado 4 de agosto, el presidente de la banca central, Álvaro González Ricci, y Johny Gramajo, gerente económico, expusieron sobre el tema con datos al 27 de julio, explicando que el crédito en moneda nacional se ha venido acelerando, y el de moneda extranjera también, considerando que después del covid-19, cuando la economía creció 8%, parte de esa expansión tuvo que ver con la actividad crediticia.

Pero luego se comenzó a moderar y justamente lo que cae es el comportamiento al crédito empresarial mayor en moneda extranjera, dando paso a un proceso de “quetzalización” del crédito. Eso significa pasar el crédito que está denominado en moneda extranjera a moneda nacional. ¿Por qué? porque las tasas de interés en moneda nacional en realidad no han subido, pero las tasas de interés en moneda extranjera sí lo han hecho, tanto fuera del país como a nivel local para créditos en dólares.

Entonces, muchos deudores decidieron pasar su crédito en moneda extranjera a moneda nacional, de manera que los créditos empresariales mayores están creciendo a un ritmo de 9.5%, el crédito hipotecario lo hace al 9% y algo relevante es que el crédito al consumo está subiendo en 25%. Este último es más riesgoso y por lo general, es el que se otorga a una tasa más alta. Con los datos al 27 de julio último, por tipo de deudor, el incremento es el siguiente:

  • Empresarial mayor: 9.5%
  • Empresariales menor y microcrédito: 9.3%
  • Hipotecario para la vivienda: 9%
  • Consumo: 25%
  • Total: 14.3%

González Ricci dijo que se trata de excelentes noticias, “porque estamos ya con la inflación bajo control, pues se subió la tasa líder (de 1.75% en mayo 2022 a 5% este año) y funcionaron los caneles de expectativas; todo esto se hizo sin sacrificar el crecimiento económico, lo cual demuestra que las decisiones que se tomaron fueron acertadas y el impacto que ha tenido en el crédito ha sido muy bajo”.

Otra explicación

Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, brindó un análisis sobre el dinamismo del crédito en Guatemala, y confirma algunas variables observadas en el primer semestre:

“El crédito al sector privado registró un robusto crecimiento de 14.4% al mes de junio, lo cual evidencia la solidez del sistema financiero del país, en medio de la incertidumbre de la economía mundial. Sin embargo, resulta interesante desagregar este dato y señalar que el crédito en quetzales tuvo un crecimiento interanual de 21.2% en junio; pero el crédito en moneda extranjera sólo creció 0.33%. En el mes de octubre de 2022 el saldo de créditos en dólares (convertido a quetzales) era de Q 93 mil 254 millones y desde entonces se ha reducido hasta llegar a Q88 mil 963.4 en junio.

Esta divergencia entre el crédito en dólares y el crédito en quetzales tiene que ver con los incrementos en la tasa de interés en moneda extranjera comparada con la relativa estabilidad de la tasa de interés en quetzales. La tasa de interés activa en dólares estaba en 5.52% en abril de 2022 y actualmente está en 6.56%; en tanto que la tasa de interés activa en quetzales se incrementó de 11.83% en noviembre de 2022 a 11.98% en junio de este año.

Las personas podrían preferir tomar créditos en quetzales no sólo ante los incrementos en la tasa de interés en dólares, sino también por el temor a que una eventual crisis mundial podría incrementar significativamente el tipo de cambio y con ello se aumentarían los pagos equivalentes en quetzales. También podría estar afectando que los bancos estén enfrentando salidas de depósitos en dólares hacia el exterior en busca de un mejor rendimiento. Las tasas en el exterior podrían ser más atractivas que las locales.

Sin embargo, esto no debería ser motivo de alarma. Varios países en América Latina han experimentado salidas de capitales hacia Estados Unidos en busca de mejor rendimiento. No tendría que ver con una desconfianza en la economía o en la solidez de nuestro sistema financiero, sino con una decisión de rendimiento locales versus en el exterior”.

 

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