1- La implementación de la Gerencia de Asuntos Internos, que en el segundo semestre del 2016 coordinó la captura de dos trabajadores de la SAT vinculados a casos de corrupción.
2- La creación de la Gerencia de Investigación Fiscal, como encargada de coadyuvar a la reducción de la evasión fiscal, defraudación tributaria, aduanera y el contrabando. 3- El fortalecimiento en los procesos de contratación de personal, principalmente a través de la convocatoria pública, para ocupar los puestos vacantes. 4- La implementación de pruebas de confiabilidad para todo el personal de nuevo ingreso y en aduanas a quinientos trabajadores. 5- La rotación de personal en Puerto Quetzal, Santo Tomás de Castilla, Express Aéreo y Aduana Central.
6- La Declaración Pública de Estado Patrimonial del Superintendente e Intendentes, documento que se encuentra disponible en la página de internet de la SAT.
7- Proyecto de sistematización de la información, para facilitar la transparencia en el manejo de la información. 8- Publicación del listado de puestos, salarios y nombres de los trabajadores de la institución. 9- Mayor transparencia en la devolución del crédito fiscal, haciéndolo público en el sitio de internet.
Otro elemento importante en este proceso de transparencia es el seguimiento a los compromisos adquiridos para el período 2016-2018 en el Plan Nacional de Acción del Gobierno Abierto para la SAT y el Minfin, y que se pueden encontrar en el portal del Gobierno Abierto (http://gobiernoabierto.gob.gt/practice/transparencia-fiscal/) en el Eje de Transparencia Fiscal.
Para efectos de mejorar la rendición de cuentas, sugiero al administrador del sitio en Gobierno Abierto que al abrir el Plan de Trabajo y Cumplimiento de Compromisos se tenga acceso a links que permitan entrar a los Medios de Verificación y no simplemente ver una página en pdf. Claro está, dicho seguimiento y exigencia de rendición de cuentas debe nacer de la propia ciudadanía, tanques de pensamiento, universidades y la autodenominada sociedad civil, analizando la información que la propia SAT publica.
El 10 de junio pasado, el presidente Morales, junto al ministro de Finanzas y el superintendente de la SAT, brindaron su primer informe trimestral, titulado “Trabajando por una SAT renovada y transparente”. Al evaluar las acciones que se comprometieron a ejecutar, prácticamente todas se han iniciado y están en proceso de cumplimiento en los siete ejes de trabajo, el último, la creación de la Intendencia de Atención al Contribuyente. Seguramente, en el tercer informe trimestral se puedan publicitar todos estos logros, así como lo que no se ha cumplido, y de esta manera contribuir a mejorar el respeto institucional que tanto hace falta.
Por otro lado, al revisar las estadísticas de recaudación fiscal se puede confirmar que la meta anual de impuesto sobre la renta y de derechos arancelarios se ha superado desde octubre, y que la meta para noviembre se sobrepasó en Q67 millones. Esto, a pesar de los bloqueos en puertos y carreteras del mes.
Todo indica que algo y mucho está cambiando para mejorar en la SAT, aunque falta mucho tramo por recorrer. La reciente aprobación de un financiamiento por US$50 millones por parte del Banco Mundial es una muestra de confianza al proceso y pretende apoyar la modernización de la institución.
La “quema del diablo” requiere recursos y no solamente buenos deseos.