El especialista, quien también es catedrático de Marketing y Ventas B2B en la Universidad Francisco Marroquin, explica en esta entrevista la situación de las inversiones Ángel en el país y qué se debe hacer para aprovechar ese potencial.
¿Cuál es la situación de la inversión Ángel en el país y qué oferta y demanda hay?
Parte de las razones que vimos con el equipo en el primer Volcano Innovation Summit (en el 2018) es que existe una oportunidad muy grande porque hay muchísimo talento y creatividad en Guatemala, lo que se evidencia con proyectos espectaculares, pero todavía no hay tanta inversión Ángel sofisticada y educada para conocer ese tipo de proyectos e invertir en ellos para que los dinamice y empuje con mucha más fuerza.
Las inversiones Ángel tienen una temática un poco diferente a la inversión tradicional en negocios.
México, Chile, Brasil, Argentina, Colombia son ecosistemas que ya están más maduros y el número de empresas que se está impulsando es mucho mayor. En Guatemala hay una oportunidad grande y es algo que se viene construyendo desde esa primera edición del Volcano, donde se ha logrado atar ciertos cabos y reunir a todo el ecosistema de emprendimiento que está compuesto por academia, corporaciones, instituciones, inversionistas, Ángeles inversores, emprendedores con base tecnológica e instituciones de acceso a capital.
Desde la primera edición, han pasado cosas interesantes ya que se creó la Asociación Fintech, que aglomera a las empresas que están irrumpiendo en el sector financiero y haciendo más accesibles los servicios a muchas más personas. También surgió el fomento para el acceso a capital para emprendedores y muchas otras iniciativas.
¿Cuál es la diferencia entre una inversión tradicional y una inversión Ángel?
Una empresa tradicional es una compañía que puede ser sostenible, rentable y que a nivel geográfico va a tener cierto alcance en crecimiento. Tienen opciones de acceso a financiamiento y capital como préstamos bancarios, aportes de accionistas u otros socios capitalistas.
Cuando tenemos una empresa de base tecnológica, ese componente la convierte en un proyecto con potencial de escalar muy rápido y llegar a mucha más gente, a otras geografías y mercados, pero necesita una inyección de capital de riesgo mucho más fuerte y aquí es cuando pueden entrar en etapas tempranas los inversionistas Ángeles.
Ellos son sofisticados y están acostumbrados a invertir de forma diversificada en muchas de estas empresas, pero que tienen un aporte de valor y un acompañamiento estratégico y operativo muy fuerte.
Después, en la medida en que estas van creciendo y agarrando tracción, empiezan a involucrar inversionistas más sofisticados como fondos de Venture Capital o fondos globales de Private Equity.
En ese escalón de crecimiento, las empresas van captando capital hasta un punto donde buscan llegar a tener liquidez. Es decir, que pueden salir a negociar en alguna de las bolsas y hasta ser adquiridas por empresas más grandes o una multinacional.
¿Qué se debe hacer en Guatemala para atraer más ese tipo de inversión y fortalecer la participación en el ecosistema emprendedor?
Capital hay, pero probablemente muchos potenciales inversionistas Ángeles todavía no tienen el conocimiento, las herramientas o la experiencia para hacer este tipo de inversión. Entonces, tenemos que fomentar que existan muchos más. Con un mayor volumen de inversionistas Ángeles el riesgo se va minimizando y se atreven a invertir más.
Las instituciones financieras tienen que ir flexibilizando el acceso a estas empresas. La academia se tiene que involucrar y creo que ya lo está haciendo, al generar incubadoras desde la universidades, programas o acceso a capital semilla sin costo, que de alguna manera incentiva esas primeras etapas de potenciales emprendedores.
Por el lado del sector público, es necesario seguir fomentando iniciativas que den herramientas y formación a estos emprendedores e inversionistas, como el Centro Municipal de Emprendimiento, el Ministerio de Economía y el de Educación. Y en los grandes corporativos y empresas, acompañar a emprendedores y empresas pequeñas en ese proceso. También ser más empáticos y colaborativos.
Creo que de esa manera, con un efecto de red, vamos a ir creciendo como ecosistema y vamos a atraer a inversionistas locales y extranjeros, pero deben creer en esos proyectos.
¿Cuál fue la primera inversión de Cacao Capital y en qué otros proyectos ha invertido?
Desde hace algunos años venimos invirtiendo en empresas de tecnología en Centroamérica, Latinoamérica y Estados Unidos, las que están buscando un impacto positivo para la sociedad; que tienen una base tecnológica; y que están cambiando la forma en que comemos, vivimos, nos transportamos y trabajamos.
Esta historia inició en la primera edición del Volcano y donde concretamos nuestra primera inversión. La primera que hicimos fue en una empresa que se llama Trae Guate, que está buscando democratizar el acceso a un transporte más seguro por medio del carpooling y que las personas que pudieran compartir el viaje, bajo un esquema de economía colaborativa, compartan costos, con lo que se reduce la emisión de gases y el tránsito. Además, se colabora bajo un esquema economía creativa.
Se trata de dos emprendedores con una energía increíble, quienes se acercaron a nosotros y ese fue el inicio de Cacao, que es una pequeña firma familiar que invierte en proyectos que buscan un impacto positivo. A partir de ahí, ya hemos realizado más de 20 inversiones directas y más de 100 a través de otros mecanismos, apoyando como inversionistas Ángeles.}
¿En qué sectores han invertido?
En tecnología para el agro, servicios financieros, educación, cuidados de la salud, economías creativas, aplicaciones empresariales y software en la nube. Generalmente, invertimos en etapas de ideas desde US$2 mil 500 hasta US$25 mil en etapas avanzadas, como capital semilla.
¿Cómo se tienen que preparar los emprendedores o quienes están impulsando estas ideas para lograr un apoyo como este?
El mensaje a los emprendedores es que, si tienen emprendimientos de base tecnológica, para acceder a este tipo de capital sigan adquiriendo destrezas, habilidades, conocimientos y buenas prácticas.
Lo que hace falta es que entiendan esas dinámicas: lo que buscan los inversionistas o los fondos de inversión; tener avances en el desarrollo de su empresa y buenas prácticas a nivel financiero, contable, aparte del desarrollo tecnológico.
Es un reto muy fuerte, pero muchos emprendedores ya están tomando esas mejores prácticas, y hemos visto de tres años para acá, un cambio de 360 grados.
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