Pero, dentro de las cosas con valor, debemos separar al objeto inanimado y al ser viviente. De un lado tendremos los edificios, las casas y un terreno, y del otro a los hombres y los animales. Los hombres tenemos valor y también lo tienen las vacas, los caballos, los perros y las mascotas. Se compran y se venden futbolistas, beisbolistas, cantantes, artistas, gerentes, técnicos, hombres, mujeres, semen, plasma y todo lo que presente utilidad.
Se llega entonces a la conclusión de que la palabra valor está íntimamente ligada al concepto de dueño, lo que a su vez, permite que la cosa sea transferible. ¿Qué es entonces un dueño? Es el que tiene dominio o señorío sobre una persona o cosa (según lo define el diccionario).
De esta manera, podemos decir que “cosa” es un vehículo, un satélite, una casa, un caballo de carreras o un barco, o sea objetos transferibles. Pero “cosa” también es el conocimiento, un ente abstracto sujeto de valorar, como lo puede ser el trabajo de los científicos, compositores, filósofos y músicos.
A Mozart y Beethoven las cortes les pagaban por sus composiciones para determinados eventos. Existe un buen número de inventos que no pertenecen a sus creadores, sino a quienes pagaron por la investigación o compraron los derechos. Hoy se paga a los músicos por componer la música para una película, hecho que se podría interpretar como el pago por la capacidad de realizar ciertas actividades o trabajos.
También se transfieren los derechos o posesiones. Aunque parezca absurdo, se transfiere o se vende lo que no se puede ver, como las señales electromagnéticas de un disco compacto o de una descarga digital vía internet, que no se ven, ni se oyen, ni se sienten, pero están allí. Se venden señales de TV, frecuencias radiales también. O sea, todo puede ser medido en una dimensión monetaria.
Para determinar el valor de un bien, ya sea mueble o inmueble, existen diferentes caminos, que le llamamos métodos, los cuales nos permiten ordenar la información que se obtiene del mercado y mediante técnicas matemáticas o estadísticas, poder llegar al valor probable o más cercano.
Dentro de los métodos más utilizados está el de comparación o mercado, que analiza la oferta y la demanda precisamente del mercado, y de manera comparativa analiza los referenciales obtenidos a través de encuestas o entrevistas, permitiéndonos acercarnos al mejor valor. Este método parte de eventos consumados, o datos ya efectuados, esto es, analizar el pasado o la historia de las personas, sectores, cosas y mercados.
El método de costos utiliza la información actual, mediante la encuesta o entrevista a los fabricantes, artistas, desarrolladores, artesanos o empresarios, permitiendo integrar los diferentes renglones que componen el proceso de la elaboración de tal o cual producto.
Requiere de la elaboración y análisis de los diferentes presupuestos necesarios para concluir una bien a valores actuales.
Otro de los métodos más usuales es el de la renta, que utiliza la información de los bienes dados en alquiler y que producen ingresos. Esta información es muy valiosa e importante dado que en ella se conjugan la oferta y la demanda, así como la deseabilidad o no de residir o de desarrollar actividades productivas o de usufructuar sus beneficios. Una de las grandes ventajas de este método es que los valores de renta pueden ser obtenidos con menor dificultad que los valores de compra o venta. Además, las rentas se producen en mayor cantidad a menudo y pueden ser verificadas con mayor facilidad que las ventas o compras de bienes.
Todos estos conceptos y metodologías las estaremos impartiendo en el curso Valuación de Bienes Inmuebles e Introducción al Catastro, en el Colegio de Ingenieros de Guatemala, a partir de febrero. Interesados, comunicarse con Danilo, de CEDUCA, tel. 2218-2600, ext. 8.
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