Se trata de una cifra impresionante si se tiene en cuenta que representa apenas el 15% de las ganancias de los trabajadores migrantes, que conservan para sí el restante 85% en los países anfitriones.
“Detrás de esas cifras están las remesas individuales de US$200 o US$300 que los migrantes envían a casa asiduamente y que los 800 millones de familiares que las reciben utilizan para cubrir sus necesidades inmediatas y construir un futuro mejor. La mitad de estos flujos se envían a las zonas rurales, donde son sumamente importantes”, señaló Houngbo, se agrega en el documento.
De continuar las tendencias actuales, se estima que durante los 15 años de existencia de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se transferirán US$8 mil 5 millones a familias en países en desarrollo. Para entonces, se calcula que se habrán ahorrado o invertido más de US$2 mil millones, un promedio de 25% de las remesas recibidas. Si se aprovechan correctamente, las remesas pueden tener un poder multiplicador sin precedentes en el desarrollo sostenible.
En Guatemala el ingreso de remesas a mayo del 2019 se registró en Q4 mil 044.9 millones, 12.4% más que e el mismo período del año pasado, según datos del Banguat.
“Los Gobiernos, los reguladores y el sector privado desempeñan un papel crucial a la hora de aprovechar los efectos de estos flujos y, al hacerlo, ayudar a casi 1 mil millones de personas a alcanzar sus propios objetivos de desarrollo sostenible de cara a 2030”, añadió Houngbo.
Por cuanto la mitad de los flujos se envían a zonas rurales en países en desarrollo, hace tiempo que el FIDA viene trabajando para amplificar aún más los impactos que las remesas tienen sobre el desarrollo. El Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, adoptado en diciembre de 2018, también ha reconocido la contribución fundamental de los trabajadores migrantes.
En cuanto fondos que particulares transfieren usando canales privados, las remesas concitan un interés cada vez mayor del sector privado, que las considera una oportunidad de negocios y una herramienta para el desarrollo. Se están haciendo esfuerzos en todo el mundo para acercar los costos de las transferencias a la meta de 3% que establece el Objetivo de Desarrollo Sostenible 10.
Una de las oportunidades de desarrollo más importantes que ofrecen las remesas sigue siendo la de crear un vínculo entre estos flujos y los servicios financieros y, al hacerlo, incorporar a millones de personas al sector financiero.
“Durante el último decenio, el FIDA ha realizado inversiones en más de 40 países y financiado más de 60 proyectos a fin de aprovechar los impactos de desarrollo de las remesas sobre las familias y las comunidades”, dijo Paul Winters, Vicepresidente Adjunto del FIDA, durante un acto celebrado en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York en ocasión del día internacional y de su campaña #FamilyRemittances2030.
“Valerse de instituciones de financiación rural para mejorar el acceso a las remesas y el uso que las familias hacen de ellas ha tenido efectos positivos en las zonas rurales, donde muchos receptores que carecían de servicios bancarios han ingresado al sector financiero formal. A raíz de este efecto inclusivo, ahora las familias pueden constituir garantías usando las remesas y acceder a productos financieros, como cuentas de ahorro, líneas de crédito y pólizas de seguro”, añadió en el comunicado.
“De hecho, es justo decir que en las zonas rurales, las remesas pueden ayudar a que la migración deje de ser una necesidad y se transforme en una elección para muchísimos jóvenes y para las generaciones futuras”.
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